La clase media en la Argentina transita hoy uno de los peores momentos de la historia y gran parte de este estrato social pasó a engrosar en los últimos años las filas de la pobreza.
Se trata de un sector social gravitante en la política y la economía de la Argentina. Su malhumor puede castigar duramente en unas elecciones presidenciales o activar una protesta. Existe un 20% del total del país en los sectores medios empobrecidos o clase media, que cayó en la pobreza en Argentina durante y después de la pandemia.
La situación actual de estos miles de argentinos, que hace unos años se enorgullecían de formar parte de la clase media, hoy es altamente alarmante. Además de un 3% de clases altas, hay un 27% de hogares de clase media técnico-profesional integrada con capacidad de ahorro, alto capital social y un poder adquisitivo superior.
Hacia abajo, antes incluso de llegar a los pobres estructurales, un 20% de hogares de clase media han caído en la pobreza de ingresos, educación, salud, vivienda y capital cultural.
Los sectores medios bajos representaron el 45% de la pobreza en hogares y el 52% en las personas. Entre el 2021 y el 2022, los hogares de sectores medios y medios-bajos sufrieron el impacto de la precariedad y la inestabilidad laboral.
Los hogares de clase media pasaron del 5,9% de desempleo al 7%; mientras que el subempleo inestable pasó del 17,7% al 21,6%. En tanto, aquellos de sectores medios-bajos pasaron del 28% al 31,8% de subempleo inestable.
En los hogares medios-bajos, el 27,9% no pudo acceder a un sistema de atención médica en 2022 y el 26,5% no logró contar con los medicamentos necesarios.
El 27,2% de los hogares medios- bajos presentaron déficit habitacional en el 2022. El 36,9% de los hogares medios-bajos reflejaron un déficit de empleo y seguridad social.
Profesionales
Después de la pandemia, la clase media perdió la capacidad de ahorro y tuvo que dejar de lado algunos “lujos”, como las vacaciones, el auto y el sueño de una vivienda propia.
Son estratos sociales con un nivel profesional aceptable, pero que hoy la inflación y la crisis económica los ha golpeado o los expulsó debajo de la pirámide. En la familia tipo de esta clase media empobrecida, los dos jefes de hogar tienen trabajo; aunque se desempeñan, en gran medida, en la informalidad.
“Este sector le pide a la política en general que haya más seguridad en las calles y trabajo. A diferencia de lo que ocurrió en el 2001, que hubo una medida concreta (el corralito) que castigó directamente los ahorros de la clase media, ahora lo que está ocurriendo con esos sectores, es que van sufrieron un proceso de deterioro más profundo en las condiciones de vida y de trabajo”, remarcó Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
La nueva clase media empobrecida en la Argentina, que no tiene subsidio estatal como los sectores de más bajos recursos, resignó la educación de sus hijos. Incluso, algunos pasaron a vivir en barrios populares y ya no cuentan con programas privados de salud.
Cansados de todo
Se trata de un estrato que, posiblemente, vaya a resolver la interna del Frente de Todos y la de Juntos por el Cambio. En muchos casos, sus miembros se sienten atraídos por mensajes de antisistema, como el que impulsa Javier Milei a raíz del hartazgo social en que se encuentran sumergidos estos grupos.
Buena parte de este sector medio hoy moviliza la economía y tracciona hacia abajo con el empleo que ofrecen a empleadas domésticas y a trabajadores de menores recursos. Es el sector en que una buena parte de la dirigencia argentina puso la atención de cara a los comicios presidenciales de octubre. Este segmento podría gravitar en una elección altamente polarizada.
Según los datos del Indec, el valor de la Canasta Básica Total para un hogar de cuatro integrantes, en febrero, fue de $140.000 (lo que se requiere para no ser considerado pobre). Para la consultora W, del total de la población, un 17% pertenece a la clase media alta (C2), con ingresos promedio por hogar de $300.000 y un piso de $250.000; y un 28% a la clase media baja, con ingresos promedio de $150.000 y un piso de 120.000 pesos.
Solo un 5% pertenece a la clase alta (con ingresos promedio de $800.000 por mes y un piso de $450.000). El resto está en los estratos más bajos, por debajo de la línea de pobreza.
Vivienda
El mercado inmobiliario es inaccesible para la adquisición: no hay oferta de metros a precios accesibles para la clase media y no existe el crédito hipotecario disponible. Hoy se necesitan unos cuatro sueldos promedio para comprar tan solo un metro cuadrado de vivienda en un barrio estándar de la ciudad de Buenos Aires.
“La aceleración de la tasa de inflación desplaza a la población desde la clase media a estratos inferiores. La “trilogía del gran deseo” (comprar una casa, un auto 0 km o irte de viaje como proyecto) cada vez queda más lejos, más utópico”, destacó el economista Pablo Besmedrisnik, director de VDC Consultora.
“Cuando hablamos de clases sociales, además de la condiciones objetivas, la pertenencia a una clase social es una forma de identidad subjetiva. Nuestro país se ha caracterizado por tener una proporción mayor de clase media en relación a otros países de la región, con educación gratuita, también una salud pública que atrae a personas de otros países” dijo a Infobae Mariela Mociulsky, CEO de Trendsity.
El próximo martes 21 se reunirá por primera vez en este año el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVyM), donde representantes sindicales, empresariales y el Ministerio de Trabajo definirán la actualización de un salario que hoy se encuentra en $69.500.
Fuente: con aportes de Medios Digitales