Qué sería ser una familia de clase media al estilo “Los Simpsons” en Argentina?. ¿Es posible?
La situación de la clase media argentina en comparación con otros países depende de varios factores, como el nivel de ingresos, la estructura económica, la distribución de la riqueza y otros factores socioeconómicos.
En términos generales, en Argentina en los últimos años ha enfrentado una serie de desafíos económicos incluyendo la inflación, la devaluación de la moneda, la presión tributaria y la recesión económica.
Esto ha llevado a una disminución del poder adquisitivo y una mayor inseguridad financiera para muchos hogares de clase media en el país.
De acuerdo a la escritora y activista política norteamericana, Gloria Steinem, “La fuerza de la clase media es la estabilidad, la propiedad y la educación”. ¿Qué ha sucedido justamente entre una familia de clase media argentina y la famosa familia norteamericana de “Los Simpson” en el tiempo?.
Para ello, vamos a comenzar explicando que el jefe de familia (en este caso Homero), recibe un salario como Inspector de Seguridad en la Planta Nuclear que en Argentina equivale a $275.000 mensuales. Efectivamente es el salario neto en Argentina para una persona que tiene que estar altamente capacitada y expuesta a radiación.
Con ese ingreso debería poder en Argentina solventar los gastos de una familia compuesta por dos adultos (Homero y Marge), dos niños en edad escolar (Bart y Lisa), un bebé (Maggie) y un abuelo (Abraham, padre de Homero Simpson).
En el primer cuadro se enumeran los servicios del hogar y seguros, en donde el gasto más alto es mantenimiento de una cuota mensual del geriátrico del padre de Homero por $180.000.
Por su parte habitan en una casa propia pero que se encuentran con una hipoteca de un crédito UVA por $100.000. A su vez tienen un auto propio con mantenimiento de $36.000 mensuales más $13.000 en concepto del seguro.
A esto sumamos los servicios de la casa, como cable $5.121, 2 celulares $8.454, internet $5.259, seguro del hogar $6.900, agua $3.900, luz $776 y gas $5.468.
La cuenta final es de $371.000 mensuales. Es decir que con esta canasta de servicios, nuestro Homero “argentino” con su ingreso está 35% debajo de sus obligaciones para la administración del hogar. Una comparación y metáfora cada vez más recurrente en los “Homeros” de Argentina.
En el siguiente cuadro incluimos alimentos, educación y salud. Los gastos de colegio para Bart y Lisa y guardería Maggie por un valor de $ 90.000, una canasta básica de alimentos para cinco personas por $75.000, micro para llevar los chicos al colegio y canasta escolar de alimentos para los dos niños por $24.000.
A su vez, la obra social familiar se lleva $75.774 (se asume una de categoría de prestación media). El gasto hogareño suma $243.252.
En el último cuadro incorporamos las actividades que suele hacer la familia “Simpson” en la famosa serie americana: ocio, entretenimiento y vacaciones.
Sumamos videojuegos $22.740, salidas a un bar $21.600 (se asume el valor de cada cerveza por $900 con una periodicidad de visita de Homero a la Taberna de Moe de 3 veces por semana), clases de música para Magui por $6.000, vacaciones al exterior para la familia (suponemos un viaje por el cual se pagaría 48 cuotas mensuales) $47.816, salida a un restaurante de comida rápida por mes por $8.600 y a un restaurante de comida italiana una vez por mes por $15.000.
La clase media, que es la columna vertebral de este tipo de consumos en los países, en este caso Argentina, debería erogar $121.756 mensuales.
La familia de los “Simpsons” que vive en Argentina tendría gastos mensuales por $736.886.
Si tomamos como parámetro el salario de un inspector nuclear (se tomó la escala salarial de acuerdo a la comisión nacional de energía nuclear) en Argentina esta familia tendría un déficit de $461.886.
El Salario del “Homero” argentino logró cubrir sólo el 37% de los gastos de la familia.
La realidad de la agenda de temas de la clase política de cara a las próximas elecciones presidenciales está muy lejana de ver esta situación de degradación de la clase media.
Este sector socioeconómico de la población ha visto deteriorarse las condiciones de su empleo, la fragilidad de su actividad económica independiente o la supervivencia de su negocio o pequeña empresa.
Su posición económica la ha llevado a que incluso con un empleo formal tenga que entrar en situación de pobreza o en disminución de la calidad de vida por falta de posibilidades de acceso a servicios con los que ya no puede contar porque su nivel de ingresos no lo permite.
Mientras los países desarrollados del mundo evalúan cómo incorporar a esa clase media ante los desafíos de la inseguridad laboral que implica los procesos de automatización y digitalización laboral programada de tareas, en nuestro país evaluamos a diario qué subsidio social se le puede otorgar para que no caiga en la pobreza.
Además, siempre está la promesa que se le puede acercar para, una vez en esa situación, solo sacarla temporalmente vía la asistencia estatal de mala calidad en salud, educación y seguridad ya que no puede pagar más los servicios privados que la hacían sentir parte de ese sector social medio.
En su obra “La acción humana”, Ludwig Von Mises sostiene que la clase media podía ser vulnerable a la intervención estatal excesiva y a la inflación que podía erosionar el poder adquisitivo de sus ingresos, y disminuir su capacidad para ahorrar e invertir.
Solo una economía estable y libre podría proteger sus derechos de propiedad y fomentar la competencia y la innovación.
Todo esto ha sucedido a la inversa en el país en los últimos 20 años para su degradación.
Todo lo que podía acontecer aconteció. La familia Simpson de “Argentina” cada vez está más distante de esa clase media que veía oportunidades y desafíos para ascender un escalón hacia la clase media alta y hacia la alta.
Hoy el aspiracional es volver a ser clase media cuando cayó a clase media baja.
Como expresó Gloria Steinmen, periodista y escritora estadounidense de origen judío, considerada ícono del feminismo en su país a finales de 1960 y principios de 1970, la estabilidad, la propiedad y la educación en nuestro caso sin horizonte, cada vez debilitan más la fuerza potencial de nuestra clase media.