Cada año, e incluso cada trimestre, las negociaciones paritarias buscan compensar la pérdida del poder adquisitivo de los salarios. Algunos gremios lo logran, pero muchos otros no, y los avances de precios se vuelven “catastróficos” para la mayoría de los trabajadores asalariados.
Asimismo, se encuentran grandes diferencias entre unas provincias y otras, frecuentemente relacionadas con la composición de la matriz económica de cada jurisdicción.
De acuerdo a los datos más recientes publicados por el Ministerio de Trabajo, diez provincias tuvieron ajustes salariales por debajo del IPC en el último año.
Las estadísticas no son lo suficientemente nuevas como para analizar lo ocurrido en las últimas semanas, luego de la devaluación y los efectos económicos poselecciones PASO, pero permiten tener un panorama claro de cómo viene funcionando el mercado laboral de cada zona del país.
Si bien 14 distritos tuvieron aumentos salariales del sector registrado superiores a la evolución del IPC, en los 10 en que hubo deterioro del poder adquisitivo habita más de dos tercios de la población del país: casi 30,9 millones sobre un total de poco más de 46 millones, según los datos del Censo de Población 2022.
Las provincias que menos pagan
Según los datos oficiales, entre junio de 2022 e igual mes de este año la provincia con menor ajuste promedio de los salarios del sector privado registrado fue Santa Cruz, que presentó una variación del 105,3%. En ese mismo período, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) avanzó 115,6%.
Por tanto, los trabajadores de esa provincia tuvieron ajustes que estuvieron 10,3 puntos porcentuales por debajo de la inflación.
Si bien es cierto que la diferencia puede variar de acuerdo al período de tiempo que se tome como referencia (por cuestiones estacionales), al tratarse de un promedio, que reúne los datos de todas las actividades formales que se desarrollan en cada provincia, los cambios mes a mes son mínimos.
Además, se trata de una comparación interanual y las fechas de negociaciones paritarias tienden a ser siempre las mismas en cada caso.
Continuando con el análisis, se encuentra que la segunda provincia con menor ajuste salarial entre junio de 2021 e igual mes de este año fue La Rioja (109,1%), seguida por Tucumán (111,4%), Corrientes (112,2%) y Chubut (112,7%).
Entre las jurisdicciones que perdieron frente a las subas de precios se encuentra la más poblada del país. En provincia de Buenos Aires, por ejemplo, el ajuste salarial medio del sector formal fue de 114,8%.
La diferencia fue de solo de 0,8 puntos, pero se trata de la jurisdicción que mayor cantidad de trabajadores registrados tiene (2 millones según el último informe del SIPA).
También perdieron contra el IPC la Capital Federal (113,8%) y la provincia de Córdoba (115,2%).
Las provincias que mejor pagan
Del otro lado, los trabajadores de Jujuy fueron los que tuvieron el mayor ajuste salarial promedio en el período analizado (132,7%), superando por 17,1 puntos porcentuales a la inflación de ese período. Completaron el podio Neuquén (128,5%) y Salta (128,4%). Luego están Río Negro (122,3%), Catamarca (121%) y La Pampa (120,4%).
Es importante aclarar que los porcentajes de ajustes salariales representan el ritmo de aumento de los ingresos de cada provincia, pero el hecho de que una jurisdicción haya tenido un incremento nominal alto, no implica necesariamente que sus trabajadores estén entre las que más ganan.
Jujuy, por ejemplo, fue la provincia con mayor crecimiento salarial nominal entre sus trabajadores formales, pero el sueldo promedio está claramente por debajo de la media nacional ($254 mil brutos en junio contra $303 mil a nivel país). Además, su mercado laboral registrado es de solo 59.600 personas.
Por el contrario, hay jurisdicciones que tuvieron un ajuste salarial bajo en el último año, pero figuran entre las de mayor ingreso promedio en el sector asalariado. Es el caso de Santa Cruz, que aparece última en el ranking de aumentos, pero es la que tiene mayor nivel de ingresos a nivel país ($550.000 brutos), de acuerdo a las estadísticas relevadas por Trabajo.
¿Cómo se destrozó en 50 años el salario en dólares de los argentinos?
El salario en dólares de los argentinos marca un nuevo piso, acercándose a los valores mínimos que se registraron durante la crisis de 2001 y el Rodrigazo, en 1975.
En agosto, entre la incertidumbre electoral por las PASO y la posterior devaluación del tipo de cambio oficial, los dólares libres consolidaron la corrida cambiaria que arrastraban desde comienzos de julio y marcaron récords históricos.
Hoy, aunque las cotizaciones paralelas dan signos de estabilizarse, tras el salto del blue, la capacidad de ahorro en moneda dura de los trabajadores quedó deteriorada.
A inicios de este mes se conoció la actualización del Salario Promedio de los Trabajadores Registrados (Ripte), públicos y privados.
En julio, último dato disponible, los ingresos aumentaron un 7,4% (cifra que se encontró por encima de la inflación de ese mes, que fue del 6,3%). Llegó, así, a $324.997,28 brutos.
Al ajustar ese dato frente al dólar contado con liquidación (CCL, también llamado Cable) libre, una cotización que sirve como una suerte de “termómetro” de la economía del país (alejado del cepo, los controles e intervenciones del Gobierno), significó un ingreso de US$444.
El dato fue elaborado por Fernando Marull, economista de FMyA, quien comparó el salario promedio durante los últimos 50 años al tipo de cambio paralelo, descontando la inflación americana acumulada.
La cifra queda muy lejana al pico que se alcanzó en el año 2017, cuando los argentinos cobraban en torno a los US$1.832 brutos. Hoy se gana una cuarta parte que 5 años atrás.
Ajuste M
“¿Qué factores explican esta caída? Como informó La Nación esta semana, la Argentina post 2015 empezó a hacer algunos ajustes fiscales, a ordenar las cuentas fiscales, monetarias y de reservas. Pero el país se quedó sin financiamiento y esto impactó en 2018 y 2019.
En ese período se observa el primer golpe, cuando los salarios cayeron de US$1.800 a US$1.000, mientras que después de las PASO 2019 tocaron los US$ 450, valor que se mantuvo durante los últimos cuatro años”, explicó.
Ajuste F
Para Marull, el escenario actual se explica por la falta de una moneda confiable, el desorden fiscal que atraviesa la macroeconomía argentina, la escasez de reservas en el Banco Central (BCRA), la actual crisis cambiaria y una inflación que supera los tres dígitos.
Ese conjunto de factores impactó en un salto del dólar paralelo, movimiento que no acompañaron los ingresos de los trabajadores.
Al observar qué sucedió con los salarios en los últimos cincuenta años, los valores actuales se encuentran cercanos al piso que se alcanzó durante el Rodrigazo en 1975, cuando fue de US$ 411.
Similar sucedió en la crisis de 2001, tiempos donde los sueldos tocaron los US$ 419.
La cifra más baja fue en la hiperinflación de 1989, cuando se ganaba en torno a los US$ 134, amplió La Nación.