El Juzgado de Instrucción 2 de esta ciudad, a cargo del magistrado Horacio Alarcón, aguarda para esta semana los análisis que restan por parte del Cuerpo Médico Forense para poder encarar la fase final de la investigación por el crimen del menor Josías Galeano (15).
Se trata de unos estudios histopatológicos -de una sección del cuello- que podrán determinar si el menor recibió una llave a esa altura que pudo haberlo desvanecido, y de esta manera caer boca abajo a un bañado y ahogarse.
Vale recordar que un avanzado estudio bioquímico, basado en un examen a su sangre demostró que el adolescente murió por “asfixia por sumersión”.
Por otra parte, la familia se encuentra en compás de espera para poder retirar el cadáver, que permanece en la Morgue de Posadas desde que se realizó la autopsia, que debido al avanzado estado de descomposición no pudo arrojar resultado de la causa del deceso.
Mientras tanto, el único detenido en la causa, Rogelio Andrés “Koki” Texeira (26), fue notificado de la prisión preventiva, acusado formalmente por homicidio, tal como lo dispuso recientemente el juez Alarcón. En su momento el joven señalado como el autor del hecho se abstuvo de declarar.
En su resolución el magistrado ponderó, entre otros indicios forenses, los dichos de dos testigos que aseguraron en sede policial y judicial que el sospechoso les confesó que mató a Josías.
Uno de ellos incluso, afirmó que el ahora detenido le dijo “le hice una llave al cuello por atrás y como reaccionó, le apreté más y se murió”. Por ello la principal hipótesis en torno a la mecánica del fallecimiento es que el menor pudo ser desvanecido por esa “llave” y al caer a un bañado (donde hallaron su cadáver) se ahogó.
El calvario de la familia
Desde la familia de Josías adelantaron que no dejarán de hacer marchas en pedido de Justicia, al tiempo que adelantaron que el próximo 11 de agosto la madre fue citada para cotejo de ADN.
Vale recordar que el cuerpo fue reconocido por tatuajes y vestimentas, ya que el avanzado estado de descomposición hizo prácticamente imposible dicho trámite judicial. Con las pruebas genéticas se tendrá la certeza que exige la ley para su identificación oficial.
Josías estuvo desaparecido 34 días. Desde aquel sábado 30 de abril que salió de su casa del barrio Villa Blanquita de Oberá y no regresó. Su madre radicó una denuncia dando cuenta de su desaparición.
Fue allí que comenzó una extensa búsqueda. Entre muchos testigos uno de ellos dio una pista que fue fundamental. Declaró que le llevaba alimentos a un joven conocido como “Koki”, quien también era buscado por la policía porque supuestamente fue visto junto a Josías.
El dato más importante que dio a los uniformados fue que este individuo le confesó que mató al menor. Estos dichos orientaron los rastrillajes policiales hacia un bañado ubicado en el barrio PROSOL de Oberá, donde el viernes 3 de junio a las 19 hallaron semisumergido el cuerpo de Josías.
El sospechoso fue detenido cuatro horas antes del hallazgo del cuerpo. Estaba en la zona junto a una cuadrilla de tareferos.
Actualmente la familia espera retirar el cuerpo y darle sepultura. Será responsabilidad de la Justicia darle un cierre a la investigación por la muerte de Josías.
Avanzado test
Varios puntos claves lograron los bioquímicos. Determinaron que Josías fue arrojado aún con vida en un bañado y que se ahogó allí. Además, que murió en el lugar donde lo hallaron. Todo gracias a un avanzado test sanguíneo.
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