El segundo detenido en la causa que investiga el juez de Instrucción 7, Miguel Mattos, por el femicidio de Claudia Elizabeth Benítez (32), fue indagado ayer y buscó con su relato negar las pruebas y evidencias que hasta el momento se sumaron al expediente.
La medida no duró más de quince minutos y se realizó en momentos que se aguardan los informes de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) sobre los siete teléfonos celulares que el instructor solicitó, uno de ellos el de la víctima fatal y que justamente habría sido recuperado porque Franco Jesús Ramos (27) lo habría vendido pocas horas después de hallado el cuerpo de la taxista, el miércoles 18 de mayo en un pozo de agua en un predio abandonado del paraje Nemesio Parma.
Tantos las circunstancias directas al femicidio de Benítez como a su vínculo con el smartphone recuperado y que derivó en su detención por parte de investigadores de la Dirección Homicidios de la Policía, Ramos ayer negó y, de fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, también solicitó su excarcelación.
En cuanto a recuperar la libertad, esto al menos hasta ayer no se concretó, por el contrario las mismas voces sostienen que no es una posibilidad tampoco que baraja la causa.
Lo que se aguarda, con relativa ansiedad para esclarecer el asesinato, es el informe de la SAIC, organismo técnico dependiente del Superior Tribunal de Justicia que mayores recursos informáticos y de tecnología en general posee la Justicia.
Los peritos de esta dependencia iniciaron hace una semana el análisis a siete teléfonos celulares y una notebook para determinar si hubo contactos previos, durante y posteriores entre los dos detenidos (el primero fue el esposo de taxista) y quien resultó víctima fatal.
Entre versiones que rodean al expediente, este Diario pudo establecer que hay firme sospecha de que el celular de Franco Jesús Ramos registraría un llamado al teléfono móvil de la taxista. De confirmarse este dato, más las evidencias posteriores que lo señalan como quien redujo o vendió el aparato tras el asesinato a golpes y puñaladas, la excarcelación de este joven sería una aventura imposible de aprobarse.
El esposo de Claudia Benítez continúa detenido e imputado por el femicidio y también de los resultados de los dispositivos informáticos dependería su situación procesal.
En agenda de septiembre
Los problemas graves de Ramos con la Justicia no son pocos. El olero aguardaba en libertad, hasta el jueves 2 de junio pasado, ser juzgado por un hecho similar al de la taxita Benítez y registrado también en Nemesio Parma pero en diciembre de 2013.
Esta causa que aguarda debate en el Tribunal Penal 2, posee cuatro acusados de participar del crimen de Marina Da Silva, joven de 19 años que desapareció el jueves 19 de diciembre de 2013 y su cuerpo fue encontrado en un pozo con agua de diez metros de profundidad, el último día del mismo año.
Los acusados son el concubino de la joven, Franco Ramos y un amigo de este, Alejandro “Pili” Da Silva. Además de Juan Ángel Portal, presunto amante de víctima fatal y Omar Rito Ramírez, dueño de una olería en la que trabajaban los involucrados.
Todos fueron acusados por el delito de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”.
Todos los encartados recuperaron la libertad por diferentes factores, en el caso de Ramos, este fue el último en conseguirla por el plazo vencido de su prisión preventiva.
Aguardan resultados
Los peritos de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) del Superior Tribunal de Justicia, tendría para los próximos días un informe sobre los siete celulares que el juez de Instrucción 7, Miguel Mattos, ordenó peritar en torno al femicidio de Claudia Benítez.
La apertura de los aparatos fue realizada el martes de la semana pasada, como también se encendió para analizar, una computadora de la vivienda de Itaembé Miní, donde residía la víctima fatal.
De acuerdo a voces consultadas por este Diario, los integrantes de la SAIC esperan los informes de las empresas de telefonía celular para establecer geolocalización, encendidos y rebotes de antenas, además de los listados de cruces de llamadas o mensajes.
Entre estos aparatos, uno es el de la taxista Benítez, recuperado tras el crimen y que habría sido revendido por uno de los dos detenidos que tiene el expediente.