El juez de Instrucción 2 de Oberá, Horacio Alarcón, deberá determinar los próximos pasos tras la denuncia que se realizó ayer en la Unidad Regional II de la Policía de Misiones en la que un misterioso hombre de 41 años que no quiso identificarse, ni siquiera acreditó su residencia, aseguró que en las fiestas privadas que habría organizado el productor televisivo y ganador de Gran Hermano, Marcelo Corazza, participaba también el conductor y empresario conocido artísticamente como Marley.
La llamativa presentación policial se realizó durante la mañana temprano y el denunciante se define como “testigo protegido” figura de proceso judicial e investigativo que en Misiones no está contemplada en el fuero provincial de Justicia.
De todas maneras, en las once líneas de la denuncia, se destaca de manera directa que la supuesta víctima vio a Marley en una ocasión en la quinta de Pilar, Buenos Aires, donde había varones menores de edad y en la que se sospecha se cometían abusos sexuales.
Señala que la fiesta fue “hace años” y que reconoció tiempo después a “El Porteño” y a “El Bonito” como Marcelo Corazza y Marley, respectivamente.
Detalle sugestivo fue que, minutos después de la denuncia y con adelantos a otros conductores y periodistas de medios nacionales, se hizo circular y viralizar la imagen de la exposición policial y el presunto testigo clave y víctima encapuchado apareció en una entrevista en un canal de noticias.
En cuanto al alcance que puede tomar la denuncia en manos del juez obereño, se estima que durante las próximas horas defina correr la actuaciones a la Justicia Federal de la Provincia de Buenos Aires, ya que fue hacia allí donde se traslado la causa con los procesamientos y detenciones de los presuntos integrantes de la “asociación ilícita”, en la que no figura Marley.
Procesamientos
Cabe recordar que el jueves, Marcelo Corazza, fue trasladado a la Unidad Penal 28 en el Palacio de Tribunales de Capital Federal y luego a la cárcel de Ezeiza por la causa radicada en el fuero federal porteño y resultó sorteado el juez Ariel Lijo tras incluirse el delito de “trata de personas” en la acusación inicial por corrupción de menores y exhibiciones obscena.
El ex Gran Hermano enfrenta el proceso por “trata de personas” que corresponde al carácter federal y por eso el juez Javier Sánchez Sarmiento se declaró incompetente y envió todo el expediente a los tribunales de Comodoro Py, en el barrio de Retiro.
La sala quinta del tribunal de apelaciones integrada por los jueces Matías Pinto y Hernán Martín López también confirmó los procesamientos con prisión preventiva de los otros tres detenidos en la causa: el misionero (con domicilio en Oberá y pasado en Apóstoles) Francisco Rolando Angelotti Notarbartolo, Raúl Ignacio Mermet y Andrés Fernando Charpenet.
Todos fueron detenidos el 20 de marzo pasado sospechosos de integrar una banda que se dedicaría a la captación de menores para su explotación sexual, pero Corazza fue liberado a principios de abril cuando el juez Javier Sánchez Sarmiento lo procesó sin prisión preventiva por corrupción de menores y exhibiciones obscenas, pero le dictó la falta de mérito en relación al de asociación ilícita.
A todos se los acusa de “haber conformado una organización destinada a reclutar menores y mayores de edad en situación de vulnerabilidad, con el fin de someterlos a la práctica de relaciones sexuales y la explotación sexual sin su consentimiento, ya fuere por intercambio de dinero o por satisfacción personal o de terceros”.
Esta organización habría desarrollado esta actividad delictiva desde hace más de 20 años, tanto en el norte del país, como en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires.
Hasta el momento se conocen las identidad de al menos once víctimas en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires y Misiones.
Los abusos ocurrían en autos particulares en Caballito, Parque Centenario, Plaza Miserere, Costanera Sur, una quinta de Castelar, albergues transitorios del conurbano y domicilios particulares.
La sospecha de los investigadores es que el misionero Angelotti captaba a jóvenes y niños a través de sitios de chats en Internet para llevarlos a vivir con él a su domicilio de General Rodríguez y a distintas fiestas. En el caso del denunciante de ayer, una quinta de Pilar era otra de las sedes.