Por orden del juez de Instrucción de turno, Miguel Mattos, pasadas las 22.30 de este lunes fue detenido en su casa del barrio Rocamora de Posadas, el entrenador de fútbol femenino Héctor Aníbal Torres, de 60 años, por la presunta violación de las restricciones de acercamiento a las víctimas y denunciantes de delitos contra la integridad que habría cometido bajo su órbita de trabajo y proximidad. Ahora permanece alojado en una celda de la Comisaría Tercera, sita en avenida Uruguay y Ambrosetti de esta capital.
Conocido como “Chino” Torres, el viernes 5 de enero no respetó lo que le ordenó el juez de Instrucción 2 que investiga las denuncias en su contra.
Tal como lo adelantó oportunamente PRIMERA EDICIÓN, para que le concedieran la excarcelación juratoria o bajo palabra, firmó una serie de requisitos determinantes, entre ellos no acercarse a menos de 500 metros a ninguna de las seis víctimas, que hasta el momento, figuran en el expediente. La medida fue impuesta por el juez Juan Manuel Monte un mes después que Torres fuera detenido y alojado en la comisaría Segunda en la avenida Tambor de Tacuarí.
Cuando se le otorgó el beneficio también se le indicó que debía fijar arraigo, una vez al mes, presentándose en el Juzgado de Instrucción de calle Santa Fe y que no podía salir de la provincia sin pedir el permiso fundamentado.
Sin embargo, de la claridad de las condiciones impuestas Torres habría decidido obviar la de acercamiento a las víctimas, la mayoría jugadoras adolescentes de fútbol femenino del Club de Educación de esta capital.
El viernes por la tarde se presentó en la cancha del club Jorge Gibson Brown en el barrio Villa Urquiza para cumplir con la organización de la que formó parte: un encuentro de reconocidos jugadores en actividad y retirados del fútbol local.
La jornada futbolera tenía fines solidarios, de acuerdo a la promoción en redes sociales que Torres encomendó, y contaría con la participación de Yamila Rodríguez, posadeña que hoy se destaca como delantera en el Palmeiras de Brasil y fue vuelta a citar para la Selección Argentina de mayores.
Lo que no habría respetado puntualmente Torres, es que a media cuadra reside una de las menores que lo denunció en octubre pasado por abuso y acoso sexual cuando aún él era su profesor o entrenador de fútbol. Pero tampoco habría considerado o directamente no le importó que las mismas jugadoras que lo denunciaron tienen como estrella o referente a Yamila Rodríguez y que podrían haber asistido a verla jugar y poder saludarla. Pero esta posibilidad se las truncó Torres con su aparición en el encuentro deportivo.
Tal como lo publicó este Diario, cuando la madre de la víctima con domicilio frente al club Brown confirmó que el imputado tomaba tereré y daba indicaciones a los colaboradores a un costado del césped de la calle Yerbal y avenida Cabred, se dirigió de inmediato a la comisaría Tercera (Uruguay y Ambrosetti) para denunciar la flagrancia delictiva.
De inmediato, y mientras se tomaba contacto con el juez de turno (Mattos), un patrullero de la Unidad Regional I estacionó en el acceso a la cancha de fútbol con dos premisas básicas: aguardar una orden para arrestar a Torres pero también evitar cualquier incidente que pusiera en riesgo, primordialmente a las víctimas.
Pasadas las 18, Torres fue alertado que los policías estaban apostados en la calle Yerbal y raudamente salió del estadio, se subió a su automóvil Chevrolet y se retiró con rumbo incierto.

Desde el Juzgado de Instrucción 7 solicitaron los informes al juez Monte, respectivos a la causa y a las medidas restrictivas impuestas. Cuando confirmaron las pautas y acciones que no debía violentar el encartado, se emitió la orden de detención.
De acuerdo a voces también exclusivas de este medio, se pudo establecer que Torres fijó dirección en el barrio Rocamora y por jurisdicción se encomendó a la comisaría Segunda que lo ubicara y detuviera.
Las denuncias a Torres se registraron durante la tercera semana de octubre del año pasado y correspondieron a jugadoras menores de edad, desde los 12 a 17 años. Todos los casos surgieron tras el último torneo amateur que jugó el equipo del Club de Educación que dirigía Torres.
Una de las adolescentes rompió el silencio y le contó a su madre lo que sufrían. Una reunión de padres se organizó el martes 17 de octubre y las víctimas estallaron en llanto y dolor al detallar lo que padecieron desde marzo del 2023, cuando el entrenador decidió cambiar de entidad y alejarse de Huracán y llevarlas al nuevo club.