La conmoción por las denuncias contra un entrenador de fútbol femenino de Posadas, a quien acusaron menores de edad de maltrato, acoso y abuso sexual, aumentó durante las últimas horas con nuevas presentaciones que se judicializarían en las próximas horas, una vez que el sumario que se inició en la Comisaría de la Mujer de Itaembé Miní, ingrese al Juzgado de Instrucción 2.
Mientras el juez Juan Manuel Monte aguarda este paso procesal, una de las personas que fueron clave para que las víctimas rompieran el silencio fue Úrsula Rodríguez, presidenta del Club de Educación, dialogó este jueves con “Primera Plana” (FM 89.3 Santa María de las Misiones) y explicó paso a paso cómo tomaron conocimiento de lo que las jugadoras de su institución, la mayoría adolescentes y niñas, habría padecido.
“Las chicas me pidieron una reunión, me dijeron que querían hablar conmigo, pero que no esté el director técnico y que ahí iba a haber algunos papás. Obviamente accedimos. A los dos o tres días de que ellas nos habían pedido la reunión, me llama este hombre y me dice ‘van a pedir una reunión, van a hablar mal de mí, yo sé, esto siempre pasa, por eso hay que sacarlas, son dos o tres las problemáticas que hay que sacar’. Le dije que no me molesta que me llamen, ni la hora, ni el día, ni nada. Yo siempre estoy abierta y más aún si son niñas. Voy a escucharlas, a ver qué me quieren decir. Y voy a hablar, las voy a escuchar a ellas y a los papás, después vamos a hacer una reunión, los tres grupos”.
“Hablaron conmigo y yo sinceramente pensé que era porque él las hacía jugar muy seguido, porque el entrenamiento siempre era muy largo, porque no paraban, trabajaba mucho sobre el error en el momento. O sea, comparto que uno trabaje sobre el error (del juego), pero para mejorarlo mañana o pasado, no el mismo día que ganaron un campeonato y decirle cosas feas, a insultarlas”.
“Escuché que decía cosas por el cuerpo de alguna de las chicas, que eso era lo que a mí me molestaba. Ahí me fui metiendo porque en el Club Educación hay muchas actividades y en todas estoy yo. Todas tienen una precomisión pero con él no pudimos lograr eso, porque siempre se cerró. Como eran chicas que venían de otro club, yo no me metía, trataba de no invadir y hoy me me arrepiento un montón”.
“Las chicas empezaron a hablar y bueno, una de ellas nos cuenta que no quería que él esté ahí. Le dije que yo no puedo cambiar así porque sí, sin tener un porqué. Ella empieza a contar, nos empezamos a figurar todos, porque decía ‘no, no queremos entrenar más con él, la vamos a seguir a usted, vamos a estar con usted, queremos hablar con usted, queremos seguir jugando en la liga, pero con usted, con él no‘. Entonces una chica le dice que tenían que dar el porqué y ahí empezaron a contar cosas horribles acerca de propuestas, manoseos, etcétera. Nos empezamos a quebrar todos. Mostraron los mensajes de texto y audios y dijimos ‘listo, vamos a hacer la denuncia, a separarlo del cargo” y que los padres de las chicas tenían que hacer lo mismo. Otros querían ir a agarrarlo y no era la manera, era buscar que lo haga la Justicia. Fuimos todos juntos a la Comisaría de la Mujer (Itaembé Miní) e hicimos las denuncias”.
“Maltrataba a las chicas. A las niñas de 12, 13, 14 años si decían que le gustaban las mujeres, las retaba, decía que eso no tenían que hacer, que tenían que hablar con los padres, ellas, muchas le decían que sí, que habían hablado con sus padres, a él no le importaba, las alejaba, después le volvía a preguntar si le gustaban los varones, entonces ahí sí se acercaba”.
“Muchas chicas empezaron a declarar y se están acercando cada vez más, algunas de hace diez años, quince, veinte, incluso hace más de treinta años hay casos”, aseguró Rodríguez a la FM 89.3.
“Los padres se sorprendieron, nadie sabía nada, es más, le decían a las chicas ‘por qué no me contaste’. Ellas contaron todo en ese momento. De hecho una mamá antes de ayer (martes) en una reunión con los abogados me dijo que no tenía drama de denunciar ‘pero ella (víctima) le cuenta a usted y a mí no’. Pero no porque yo sea mejor o peor, sino porque tienen vergüenza de contar semejante atrocidad a sus papás”.
“Ellas quieren jugar, son niñas, se divierten y de hecho ayer empezaron el entrenamiento con un preparador físico y el nuevo técnico. Estuvieron ayer (miércoles) y estaban felices porque volvieron a hacer lo que les gusta, porque este miserable les robó el sueño a muchas de ellas, a muchas. Hay chicas que hoy son profesionales, pero no en el fútbol, y cuando las escuchás te preguntás ‘¿Cómo esto no salió antes?’”
“Muchas no lo denunciaron antes porque pensaron que esto no va a avanzar, pero ahora sí va a seguir y ahora son muchas las que están sumándose a las denuncias, o sea, están comentando, están hablando, se están uniendo”
“Cuando él se va de Huracán me dice que lo hizo porque no le daban el espacio para las chicas, por ejemplo, no tenían la casa, no tenían el baño, no tenían dónde cambiarse, no aportaban nada a las chicas. Le dije que no tenía problema en recibirlas, las chicas me hablaron también, y bueno, así entraron al Club de Educación”.
“En uno de los audios que tienen las chicas, dice ‘yo siempre salgo bien parado, a mí me conoce todo el mundo, yo soy una persona pública’. Incluso me mandó a decir ‘Úrsula se apresuró, esto tenía que quedarse entre ella y yo. Ella es la única que puede parar esto’”.
“Ellas son las valientes, por hablar y contar todo lo que sucedió, los insultos, los maltratos que salían de su boca”.
“La inscripción para el último torneo (previo al Día de la Madre) era 15.000 pesos, yo le si 10.000 me dijo que le pidió a un vecino los otros 5 e inscribió al equipo. Después las chicas ganan el premio de 50.000 pesos, según él debían la combi y a un papá que ya le había prestado 25.000. Las chicas le dieron la plata, ahora qué hizo, no lo sé. De hecho las ropas, uniformes, juegos de camisetas, pelotas y un montón de cosas las consiguieron porque iban a representar la provincia y a nombre de las chicas. Tenían que vender alfajorcitos, siete docenas cada una. Veinte chicas que vendan siete docenas a mil pesos, ése dinero él recaudaba y cuando se rompió su auto se lo ayudó también”.
“Él no puede entrenar más, repito, no puede entrenar ni un perro, ni un gato, nada. Tiene que ser separado del cargo que tiene en la Municipalidad también. Ahora está con licencia, me dijeron, porque no tienen pruebas. No tiene que acercarse a nadie, tiene que ser excluido totalmente del deporte”.
“Hizo cosas por el fútbol femenino, pero, ¿A costa de qué? Porque yo le explicaba a los papás que un psicópata no es la persona que está con los pelos parados o gritando, o haciendo cosas, él psicopatea por abajo, tranquilito, habla despacio pero después cuando se violenta, dice cosas y hace cosas terribles, es una persona que no merece respeto para nada”.
“En la Comisaría de la Mujer tomaron una denuncia que duró dos horas, Después otra a una de las chicas adultas, mayor edad. Después toman dos denuncias más, la mía y la de otra madre, y después las policías nos dicen que teníamos que ir a la Comisaría de la Mujer del centro porque por la dirección de él correspondía ahí. Y ahí fueron a hacerse las demás denuncias. A algunas no les quisieron tomar la denuncia. Les dijeron que tenían que anexarlas al expediente. Las están haciendo, tienen muchas más denuncias. Siete u ocho hay”.
“Recuerdo lo que dijo una de las chicas, también víctima: ‘La humillación más grande fue jugar un torneo en homenaje al que me destruyó la vida’. Le hicieron un homenaje a él y ella tuvo que jugar”. “Hay que felicitarlas a ellas, a las chicas que son las que pudieron hablar para que esto no ocurra más y para que otras puedan sanar ese dolor que tienen hace años. Muy valientes, son muy valientes”.