Carlos Alberto Bernhardt, habla pausado, piensa cada respuesta, la masculla entre sensaciones en carne viva un día después de que el Tribunal Penal 1 resolviera que el asesino de su hija, Rocío Antonella (27), no es culpable de “femicidio con alevosía”.
Dialogó con Primera Plana (FM 89.3 Santa María de las Misiones) y PRIMERA EDICIÓN sobre la condena a 20 años a Cristian Daniel Vargas (33) y los próximos pasos a dar para intentar torcer esta decisión ante el STJ y el mensaje que envía la Justicia provincial tras la sentencia del lunes frente a la problemática de la violencia de género y los femicidios.
“Con absoluta sorpresa recibimos el fallo del Tribunal Penal 1. Claro que hay cosas que no comprendemos, por ejemplo el razonamiento que tuvo para cambiar la carátula de esa manera (de femicidio a homicidio simple). Con seguridad, nuestra comprensión de lo que es un femicidio no se corresponde con el pensamiento que tiene el tribunal”.
Posó su crítica sobre el contexto de violencia antes del ataque fatal a Antonella: “Hubo violencia extrema previa, hubo indicios serios, de la estocada que le dio muerte a mi hija. Esa violencia extrema del asesino que dice ‘le di dos tapes’. En la jerga misionera sabemos perfectamente que un tape es similar a una bofetada o cachetada. Ahora, con dos tapes le destrozó la cara y le provocó dos tremendos tajos en la cabeza, al lado de la oreja también”.
“Son cosas terribles, no se comprenden, fue violencia previa a la estocada que determinó la muerte de Antonella. ¿Y ahora nos vienen con que fue un accidente? Ella ya estaba absolutamente indefensa y no lo digo yo sino las pericias”.
Carlos Bernhardt no esconde su consternación, admite que no encuentra explicación a la sentencia del tribunal encabezado por Viviana Gladis Cukla, Ángel Dejesús Cardozo y Gustavo Arnaldo Bernie: “No comprendo el razonamiento de ellos, voy a esperar a sus fundamentos del fallo. Si nosotros no lo pudiésemos entender, se comprende porque somos los padres, pero no lo comprende nadie en realidad, estamos sorprendidos”.
Sobre la acusación durante el debate y los alegatos, destacó del fiscal Martín Alejandro Rau: “Su alegato fue coherente y fundado, con una línea totalmente estructurada y que demostró los hechos como lo veíamos nosotros también. Alguna pequeña diferencia de apreciación pero pequeña. Comparto el 95 por ciento de lo que dijo en el juicio”.
“Yo creo que el tribunal no apreció el momento en que estamos. Hace mucho tiempo se viene peleando por la igualdad de género por que la violencia contra la mujer sea reprimida, acotada, minimizada. Pero todo el mundo sabe de esto menos el tribunal aparentemente, porque lo que dijo el defensor no tenía sentido, defendió lo indefendible y creyeron lo que dijo el acusado, un machista retorcido que demostró lo que es al hacer lo que hizo”.
Respecto al pedido abierto de perdón a la familia que realizó el acusado, sostuvo: “Vargas pidió perdón, no le creo, esa sangre de pato que intentó mostrar no le creo, no tiene ningún tipo de arrepentimiento. Pero lo perdono por mí y por mi familia, porque el rencor y el odio lo único que genera es más dolor, es más negativo. Lo perdono por nosotros, por mi familia”.
En cuanto a los testigos del juicio, resaltó: “Todas las mujeres que declararon hicieron lo que los hombres deberíamos hacer más seguido, involucrarnos, meternos y no dejar pasar las cosas. Es admirable la valentía que tuvieron, no mintieron, no miraron para el otro lado, ni siquiera eran amigas de mi hija pero se involucraron”.
Amplió sobre el desempeño de los magistrados de este debate: “Me reservo un tiempo, un momento más de paz y reflexión para intentar saber qué tienen en la cabeza estos jueces. Con lo que resolvieron, sinceramente, siento miedo, ya no sé con lo que puedan llegar a salir”.
Seis audiencias sin preguntas
Para Bernhardt no pasó inadvertido que durante las seis audiencias de debate, los tres jueces no formularon ninguna pregunta a los testigos citados: “En un primer momento no me llamó la atención. Posteriormente me di cuenta que algo no cuajaba, no correspondía. La falta de empatía de estos jueces, la falta de ver la realidad me sorprendió. Por ejemplo las fotografías del expediente que el defensor calificó como emotivas. ¡No señor!, esas fotos son pruebas, esas imágenes muestran lo que hizo este animal, este asesino antes de matarla y tampoco le dieron cinco de bolilla a eso los jueces, no pidieron aclaraciones al respecto, es inconcebible”.
“No pido penas ejemplares, solo pido justicia y punto. Si la Justicia determina algo debería ser indiscutible, pero en nuestra Justicia siempre hay claroscuros, siempre dudas, algo que no está del todo bien y no solo por este caso. ¿Cuántas denuncias hay de hombres a los que les han dado restricciones y resulta que los tipos van y rompen cualquier protocolo y terminan por asesinar a la misma mujer que los denunció previamente? ¿Dónde estamos parados, qué clase de Justicia tenemos?”.
La casación como recurso para torcer el destino del fallo del Tribunal Penal 1, fue otro de los puntos de análisis con el padre de Antonella: “La esperanza es lo último que se pierde, pero confianza ya no tengo en un tribunal de esa categoría. Estos fallos no hacen más que exacerbar el sentimiento de impunidad. Es más, tal vez a este hombre le dieron 20 años porque fue alevoso lo que hizo pensarán. No le pongo término jurídico a esta decisión del tribunal, fue asqueroso por supuesto, pero le pueden poner cualquier adjetivo. Es obvio que esto genera impunidad para que se repitan actos de estas características y tal vez para que los puedan disimular un poco”.
“En este caso fue la valentía de estas mujeres que permitieron que esto al menos con rapidez se respondiera y detuvieran al asesino. No con Justicia obviamente”.
“Este fallo nos descolocó a todos, porque fue algo impensable este fallo, tal vez alguna disidencia por alguna cuestión menor se podría analizar pero en esto, en el cambio de carátula es impensable, insisto
También sostuvo que su conmoción e incertidumbre se maximizó al ver que una mujer, presidenta del Tribunal no coincidía con la figura de femicidio en este caso. “Obviamente que sí, me sorprendí porque esperaba que una mujer tuviera un mejor entendimiento de lo que significaba la violencia para con ellas mismas. Pero me equivoqué, para decirlo de alguna manera”.
“No quiero venganza, no quiero condenas ejemplares, quiero que se cumpla la ley y que todo sea claro, sin lugares a malos entendidos”, finalizó.