Casi 4 de cada 10 grandes empresas están a la espera de la aprobación de mayores presupuestos para incrementar los sueldos de empleados fuera de convenio este año, en vistas a que estiman una inflación en torno a 120% para 2023.
En ese marco, según relevó la consultora WTW, las compañías iniciaron el año previendo dar aumentos del 85% en promedio, aunque ya en enero no se esperaba siquiera empatar la inflación. Para la 4ª edición flash de la encuesta de WTW, realizada del 12 al 22 de junio a 441 empresas, elevaron las alzas esperadas para el año a 99,7% de media -es decir, 14 puntos más de lo que planificaron en enero- y muchas tienen solicitadas nuevas modificaciones a sus casas matrices, para elevar los presupuestos hasta 116% anual de promedio.
Aún así, de cumplirse estas previsiones, sería un nuevo año de pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores no agremiados. Lo mismo ocurrió el año pasado, cuando se dieron alzas de 87% en promedio según relevamientos de esta consultora, mientras la inflación cerró en 94,8% de acuerdo al INDEC.
En la misma línea están las proyecciones de Mercer, otra consultora multinacional que también se especializa en remuneraciones y beneficios. Para este año, las compañías relevadas en su última encuesta ubican los aumentos de sueldo en 103% anual. En 2022 los salarios ejecutivos medidos por esta firma quedaron casi 5 puntos detrás de la inflación, y en 2021 perdieron por casi tres puntos.
Batalla perdida
De acuerdo a WTW, en el primer semestre del año las grandes compañías nacionales y filiales de multinacionales concretaron aumentos de sueldo de 44,1% en promedio. Las que menos otorgaron, ofrecieron un 36,1% y las que más dieron llegaron al 51,5%.
El INDEC midió que la inflación de los primeros 5 meses del año fue del 42,2%. La suba semestral se conocerá el 13 de julio, pero las consultoras privadas estiman que en junio los precios y tarifas habrían avanzado un 7% intermensual. Eso llevaría a la inflación del primer semestre a 49%, dejando a los aumentos del promedio de las compañías “en orsai”.
Como se denota en las proyecciones anuales, las firmas ya no juegan la batalla para que el poder adquisitivo de sus empleados le gane a la inflación o al menos empate. Aspiran a no perder demasiado.
Y esto es así también porque en muchos casos aplican lo que se conoce como “catch up”, unos pocos puntos de aumento de sueldo extra a principios del año siguiente, para recuperar el terreno perdido.
A veces eso se logra, cuando la diferencia no es amplia, y otras veces, como en 2022, no se consigue.
Sigue en pie aún la expectativa de recuperar algo del valor real de los salarios en el segundo semestre de 2023. “A la fecha, ya es un hecho que en el primer semestre las empresas de la industria general otorgaron, en promedio, 44,1% de aumento a su personal fuera de convenio. Esto es lo único que sabemos que ya no cambiará; pero todo lo que reste por el segundo semestre podrá tener modificaciones según la inflación, las paritarias, otros”, dijo al respecto Marcela Angeli, Directora de Work & Rewards de WTW.
Mejores y peores
Por el momento, de acuerdo a lo que declararon las más de 400 firmas relevadas, para completar el año, las compañías que menos aumento de sueldo ya tienen agendado se agrupan en 88% anual; las que más otorgarán, estiman subas de 110%. En promedio, los sueldos de empleados fuera de convenio aumentarían 99,7%.
Claro que hay amplias diferencias entre lo que otorgarán las distintas actividades. Hasta el momento, la industria que tiene los mayores aumentos de salario aprobados para este año es la de prestadoras médicas y obras sociales, con más de 110% anual.
Sin embargo, las compañías de la industria petrolera, que ya tienen el OK para un incremento similar al mencionado, están esperando que se aumenten los presupuestos al 150% anual. De concretarse, ese sector quedaría muy por delante de la media salarial del mercado en general. Solo le seguirían las aseguradoras, con 142%, y la logística y transporte, con 139%
Paquetes
Ninguna de las compañías relevadas dio todo el aumento de sueldo en una sola oportunidad, y ya solo el 4% mantiene el viejo esquema de un ajuste por semestre.
Por el contrario, el 50% optó por 4 subas en el año -aunque probablemente sean más o realicen un “catch up” en 2024-, 13% planificó 5 ajustes, 9% optó por 6 y hasta hay algunas (8%) que darán más que eso.
El 17% de los responsables de Recursos Humanos consultados por WTW mencionó la opción de dar mayor cantidad de aumentos de sueldo como la medida principal para combatir la pérdida de poder adquisitivo.
Otro 10% están viendo cómo mejorar el paquete de beneficios, que suele ser una forma de mejorar la propuesta de valor sin que mayores impuestos impacten en el bolsillo del empleado o empleada.
Por caso, solo un tercio de las compañías que participaron de esta encuesta no dan beneficio de almuerzo. Aunque algunas solo lo hacen con comedor en planta o viandas los días de trabajo presencial.
El 45% ya reconoce el gasto de Internet de los empleados y un 5% lo tiene bajo análisis. Bajo ese concepto, pagan -en la mayoría de los casos a contrafactura- entre 4.300 y 8.500 pesos mensuales; 7.833 de promedio.
El reconocimiento de un monto mensual por guardería, un debate que está a la orden del día en la Argentina, es algo que ya implementó el 63% de las grandes compañías que suele medir WTW.
Otro 6% lo está analizando. El promedio invertido por empleado es de 37.250 pesos mensuales. “Entendemos que ‘la medida por excelencia’ que se está tomando es poner foco en ir actualizando el presupuesto salarial según evolucione la inflación. Luego si vamos sumando el porcentaje de compañías que aplican cada una de las medidas listadas, se ve que todas tratan de hacer algo, aunque en ningún caso vemos una alta prevalencia”, apuntó Angeli.
Si se puede marcar como tendencia que, así como los aumentos de sueldo llegan en más cantidad de ajustes por año, también las revisiones de montos por estos beneficios y los de “car allowence” se están realizando más frecuentemente. Un 38% de las empresas dijo que los actualiza cuatro veces al año, y otro 5% ya lo hace en más ocasiones.
“La generación que viene, no sé si llega a un techo propio”
La clase media fue el sector más perjudicado por las políticas económicas implementadas durante los últimos gobiernos argentinos.
Pese a que goza de empleo y un ingreso todos los meses, no aparece en el radar de los planes sociales u otro tipo de medidas estatales que buscan aminorar la pérdida de poder adquisitivo ante la constante inflación. A esto se suma la presión fiscal, que impulsa la informalidad -ya que hace mucho más complejo el proceso para contratar trabajadores por la vía legal- y dificulta el aumento de la producción en cualquier negocio, comercio, empresa o emprendimiento.
En este sentido, el economista Claudio Zuchovicki, hizo la siguiente predicción: “Un tipo que gana $400.000 y tiene un autito con su seguro al día, con obra social y dos hijos en el colegio, etc, empezó a resignar algo todos los días, no sólo plata, porque vive mejor que alguien que gana $80.000, que puede cobrar algún plan y está contenido”, comienza diciendo en uno de sus reels de Instagram.
Y agrega: “A un clase media le estás sacando lo peor que le podés sacar: la ilusión de que si me esfuerzo, cambio mi realidad. Cuándo atacás al mérito y el mérito no tiene sentido, ¿qué sentido tiene estudiar? si a todos nos va a dar lo mismo; ¿qué sentido tiene hacer las cosas bien si me va igual que el que hace las cosas mal?”.
Llegar a fin de mes
Finalmente, el especialista en dinero y finanzas advirtió una tendencia que está comenzando a gestarse en el país: “Cuando eliminás la movilidad social, es difícil que alguien pueda progresar en serio. Progresar significa: yo tengo una calidad de vida 100 veces mejor que la de mis viejos, y ellos vivieron 100 veces mejor que mis abuelos, pero mis hijos rompieron la racha. No pueden tener la calidad de vida que yo tengo. Y les pasa a todos mis amigos. Es la primera vez que la generación que viene, no sé si llega a un techo propio”.
La inflación golpea cada ves más a la clase media argentina. De hecho, el 53,4% de las familias se endeuda para pagar créditos pasados o para tener nuevos gastos y, dentro de ese porcentaje, el 63,8% utiliza esos préstamos para gastos en alimentos y medicamentos, según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Los hogares en la Argentina buscan fuentes de financiamiento extras para su consumo presente. A su vez, el endeudamiento permite suavizar la falta de ingresos debido a la alta inflación que atraviesa nuestra economía.
En nuestro país, el 46,1% de familias es sostenida por trabajadores con empleos formales que solicitan financiamiento, mientras que el dato asciende a 63,7% si la familia está compuesta por trabajadores informales. Hay una brecha de 17,6% entre familias que necesitan ingresos extras para poder sostener los gastos a fin de cada mes.
Fuente: Agencias de Noticias y Medios Digitales