Un hombre fue condenado a 11 años de prisión efectiva tras admitir su culpabilidad por el crimen del empresario yerbatero Bladimiro Pizl (74), perpetrado el sábado 27 de enero de 2018 en su chacra de Bonpland. Fue en el marco de un juicio abreviado que se concretó y fue avalado por el Tribunal Penal 2 de esta capital.
El imputado, José Oscar Zárate Ortiz, de 32 años, acordó la pena asistido por el defensor oficial Marcelo Ozuna, y ante el representante de la Fiscalía de Instrucción 2, René Germán Casals.
El acusado aceptó su responsabilidad en el hecho que se le atribuyó y mostró conformidad por la pena requerida y con su calificación legal correspondiente: “homicidio en ocasión de robo”.
El implicado fue notificado y presenció por videoconferencia la citada medida judicial y desde su lugar de reclusión, la Unidad Penal VIII de Cerro Azul (atento a las medidas de prevención por la pandemia).
Vale recordar que el martes 27 de noviembre de 2018 el ahora condenado escapó por la ventana de un juzgado de Alem donde fue a firmar un juicio abreviado. Saltó y comenzó a correr por los techos de casas lindantes, hasta ganar la calle. La Policía local lo capturó. Vale aclarar que el mencionado Tribunal aún debe homologar el reciente acuerdo.
Por 7 mil pesos
Bladimiro Pizl era un productor que se levantaba temprano para trabajar en lo que más le gustaba, las tareas rurales. Ese sábado, entre las 9 y las 11, llegó a bordo de una Ford Ranger a su chacra del lote 133, paraje Arroyo Magdalena de Bonpland. Tenía la intención de pagar a sus empleados.
Detuvo la camioneta en el portón de acceso y descendió. Fue allí que, según consta en la elevación a juicio, lo interceptó Zárate Ortiz. Le propinó un golpe con un objeto contundente en la cabeza, que le provocó “traumatismo de cráneo gravísimo”, a nivel de la zona frontal derecha. Esta severa lesión le ocasionó la muerte.
El agresor se apoderó de 7 mil pesos en efectivo y un teléfono celular Nokia y se dio a la fuga.
Dos de los trabajadores llegaron hasta la entrada del campo y lo encontraron tirado sin vida, al lado de su camioneta y con un fuerte golpe en la cabeza. Ambos testigos fueron al lugar porque advirtieron que su patrón no se presentó a realizar el pago semanal, ya que era muy puntual.
Cayó por el celular
El lunes 19 de marzo de 2018, los investigadores dieron con el ahora imputado porque vendió el celular de la víctima y esto posibilitó que lo rastrearan. Lo detuvieron en su domicilio, en Alem.
En su momento, PRIMERA EDICIÓN pudo hablar con uno de los hijos de Bladimiro. “Mi viejo era muy familiero. Nos gustaba juntarnos todos los fines de semana. Para nosotros fue un golpe inesperado, nunca se nos hubiera ocurrido que a nosotros nos iba tocar de cerca algo como eso”, dijo el menor de los tres hermanos.
“Era un tipo que se levantaba todos los días a las 5 de la mañana para empezar su jornada laboral. Todo lo que consiguió en su vida lo hizo con gran esfuerzo y sacrificio. Nunca le hizo mal a nadie”.
Además trazó un perfil de su padre: “Siempre estuvo dedicado a la actividad de la yerba mate y ganadería. Lo que más le gustaba era la chacra, su pasión, su cable a tierra. Era un tipo fuerte, tenía 74 años y no tenía problemas por cargarse una bolsa de 50 kilogramos al hombro. Una persona con muy buena salud, que no renegaba del laburo y le gustaba disfrutar con la familia”.
Acerca del hecho, recordó que en la chacra donde lo asesinaron abrían el portón a la mañana y el último trabajador que quedaba lo cerraba al caer la noche. Pero ese día, cuando él llegó, la tranquera estaba cerrada. “Entonces debió bajarse de la camioneta y lo sorprendieron de atrás. Fue como una emboscada”.
Horas más tarde lo encontró la gente que salía de trabajar. “Ellos me llamaron a mí. No me explicaron qué había sucedido, sólo me dijeron que había un problema con mi papá”. “Por esa mísera plata hicieron un tremendo daño con la vida de mi papá. Parece que fue un simple ratero al que se le fue la mano, pero debería pasar toda su vida en la cárcel, no tiene perdón de Dios lo que hizo”, afirmó.