El déficit de lluvias repercute directamente en los suelos, y por ende, en los ríos, las producciones y el abastecimiento de agua potable para muchas regiones del país.
La situación de escasez de precipitaciones sobre la Cuenca del Río de la Plata está presente desde mediados de 2019, y sigue en la actualidad, por lo que sus afluentes principales, como los ríos Paraná y Uruguay, están sufriendo bajantes y estiman que la situación seguirá así.
Increíblemente, “lo que estamos viviendo es la continuidad de cinco años anteriores, no salimos de ese ciclo, este es el sexto otoño al hilo en el que tenemos, en la región formadora del río Paraná, pero en general en la Cuenca del Río de la Plata, esta situación de déficit de lluvias en general“, expuso el ingeniero del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borús.
En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones , Borús dijo que “en lo que hace a los caudales, a la vida de los ríos, estamos claramente en la continuidad de este ciclo, que no tiene visos de terminar”.
Confió que las precipitaciones en la Cuenca del Plata están “muy por debajo de lo normal, en el orden de la mitad del caudal que debería venir de la alta cuenca del río Paraná, en Brasil, lo que descarga (la represa) Itaipú concretamente, con un río Iguazú también que está oscilando en valores que estaba en 2020. Es una situación claramente de escasez”, apuntó.
En el corto plazo, el ingeniero avizoró que la situación seguirá igual en el tramo paraguayo-misionero del río Paraná, “no va a cambiar, va a estar con oscilaciones fuertes, pero siempre muy por debajo de lo normal”. Y estimó que la escasez se extendería “hasta la mitad del invierno”.
En el mismo sentido, confió que el río Uruguay “está en la misma situación“. Si bien la cuenca del Uruguay tiene lluvias importantes a cada rato, “la respuesta es muy escasa, porque sencillamente los suelos están muy lejos de tener la capacidad saturada, están con condiciones de déficit”.
Lo que debería pasar para revertir la situación actual, según Borús, es que “se normalice la frecuencia de eventos sobre todo en la región central de la Cuenca del Plata, que es la que tiene respuesta hidrológica rápida. Es la cuenca más próxima de Itaipú, la misma provincia de Misiones, la cuenca baja del río Iguazú, y el este de Paraguay. Si lloviera allí de una forma frecuente -no intensa- los suelos irían gradualmente adquiriendo una condición hídrica normal con la capacidad de generar excedentes, y los ríos se nutren de los excedentes de las lluvias”, destacó.

La variabilidad climática plantea incertidumbre a futuro
Para Juan Borús está claro hace tiempo: el cambio climático está mostrando los dientes. En el mes de mayo del año pasado, en comunicación con esta radio, el ingeniero alertaba que, por la variabilidad climática, se verán cambios bruscos “permanentemente” en los ríos.
La situación hoy es la misma y Borús sostiene que esto genera una escenario de incertidumbre a la hora de hacer un pronóstico para los próximos meses. “Uno pensaba que las lluvias acumuladas para mayo, junio y julio en Misiones estarían en el orden de las normales (según las últimas tendencias climáticas del Servicio Meteorológico Nacional), pero no está tan claro eso, inclusive lo que estamos viendo es que hay lluvias erráticas y escasas”, aseguró.
“Siempre existe la duda porque estamos sometidos a una variabilidad climática que -hay que decirlo- es la manifestación más fuerte del cambio climático y eso significa cambios rápidos”, apuntó y ejemplificó que: “Podemos decir que tenemos la sospecha de que en los próximos dos meses las lluvias en la provincia de Misiones van a ser normales o eventualmente escasas, y podemos tener un evento a corto plazo que provoque problemas en cualquier lado, en Oberá, Posadas o Iguazú, eso puede ocurrir sin ninguna duda, como ocurre con algunas lluvias concentradas en poco tiempo, es el signo de estos tiempos, algo a lo que nos tenemos que acostumbrar”, cerró.