Hace tres años que Arnoldo Kaiser, pequeño productor de Olegario Víctor Andrade, ya dejó atrás el trabajo de la feria para disfrutar junto a su esposa Edita Knebel, de los frutos de su esfuerzo y todo su legado, puesto que junto a otros colonos don Kaiser también es un pionero de la feria franca de Posadas.
Sin embargo, su historia comienza mucho antes, cuando se dedicaba a la plantación de tabaco, verduras y otros productos agrícolas, pero en menor proporción y casi que para consumo familiar porque no tenían la forma ni el lugar para comercializarlos.
Pero cuando surgió el novedoso espacio en Posadas, las cosas comenzaron a dar un giro.
Sobre aquellos tiempos el hombre rememoró: “Noni Reuter, un productor de nuestra zona me comentó a mí y a varios productores sobre la posibilidad que teníamos de comercializar los productos en la feria de Posadas, al principio no nos entusiasmamos mucho, porque era difícil para quienes no tenían vehículo, pero tampoco dijimos que no. Hugo (Petizo) Schafer, yo y otros colonos plantábamos tabaco, era nuestro producto madre, la situación era bastante complicada porque no había un ingreso diario o semanal como la posibilidad que ofrecía la feria, la cosecha se daba una vez al año y cuando cobrábamos esa cosecha de tabaco había que pagar la libreta que sacamos en un almacén local cuya dueña nos fiaba de cosecha a cosecha, y así vivíamos”.
Como todo camino nuevo para abrir, las cosas fueron difíciles al principio, pero con el pasar de los años todo fue mejorando para las familias feriantes que comenzaron a ver un futuro próspero, “agradezco esta oportunidad que me dio la vida de ser feriante, agradezco al proyecto del Gobierno provincial que nos dio la posibilidad de crecer como productores y feriantes”, destacó don Arnoldo.