En el marco del 25° Aniversario de las Ferias Francas de esta ciudad, ayer por la mañana se llevó a cabo un Encuentro de Pioneros y Pioneras que formaron parte de los orígenes de estos espacios de comercialización.
Allí, un importante grupo de productores de distintas localidades concurrieron con el objetivo de contar sus historias, compartir anécdotas y recordar el trabajo que llevaron adelante para llevar sus productos de la chacra a la mesa de los posadeños.
La primera feria franca se instaló en el populoso barrio Villa Cabello y actualmente Posadas cuenta con diferentes puntos de ventas en la capital posadeña: Santa Rita, Itaembé Miní, Chacra 32-33, Centenario, A-4, Los Álamos, Miguel Lanús, Villa Urquiza, Itaembé Guazú, Jardín Botánico, Club Guaraní, PJ, y en el Parque del Conocimiento.
La ministra de Agricultura Familiar, Marta Ferreira, manifestó a PRIMERA EDICIÓN que “hoy nos concentramos en los pioneros y pioneras que estuvieron en los inicios en la organización de la feria”.
“La idea es repasar la historia, vamos a repasar también la historia de cómo comenzó cada feria de Posadas”, señaló.
Al tiempo que agregó que “con esto queremos recordar la esencia, cuáles son los principios que sostienen y fundamentan a las ferias francas para también pensar si estamos en el mismo camino o si no nos hemos desviado un poquito y poder reencausar”.
En este contexto, Ferreira explicó que “es reimportante hoy poder escuchar estas historias, y que nos queden como elementos para seguir trabajando con los feriantes que están hoy”.
Observó que a lo largo de los años han habido cambios en las ferias “algunos muy buenos y otros que hay que analizarlos”.
“Todos sabemos que cuanto más crece y se desarrolla, más complejo es todo. Pasar de tener una feria a más de 15, requiere de una organización diferente y también de mucho control sobre la calidad y el origen del producto”, apuntó.
Rememoró a su vez que “la primera feria funcionó en Villa Cabello donde todos los sábados había una reunión unos 10-15 minutos debajo del árbol para ver cómo les fue con las ventas, si hubo algún problema y si algo falló para poder corregirlo”. “Hubo mucha capacitación, sobre todo por la garantía de la inocuidad, eso hoy quedó un poco flojo y son cuestiones como para ir corrigiendo, por eso es importante este encuentro como para repasar la historia, valorar y poner en valor a estas mujeres y varones que se bancaron el inicio”, sostuvo.
Y destacó que “como todos sabemos los inicios son difíciles, había días de lluvia, había días que no vendían nada, tenían que hacer muchos kilómetros sin ayuda del Estado que comenzaba a involucrarse y a la vez muchos innovaron un montón”.
Historias de pioneros
La productora de Cerro Azul, Benigna “Nina” Pereira comentó a este Diario que durante 15 años formó parte de ese primer grupo de feriantes que vino a ofrecer sus productos a Posadas.
“Traíamos todos los productos de la chacra, se traía lo que se plantaba, había bastante demanda, pero no había tanta cantidad de productos, éramos pequeños productores entonces se vendía todo, ahora veo que cada puestero tiene mucha cantidad”, señaló.
A todo esto, Nina recordó que lo que más se vendía eran las verduras y que en su puesto los más buscados eran la leche y productos lácteos. “Fui la primera en la feria franca que llegué con la leche pasteurizada, llevaba 130 litros de leche todos los sábados y se vendía todo”, precisó.
Manifestó que lo que más le llama la atención es el hecho de que ahora “se compra mucho más de los mercados, ya que se nota mucho cuando se venden plantas que no son de la chacra”.
A su turno, Marta Weller de Andrade relató que comenzó a trabajar en el año 1999 en la feria de Villa Cabello, lugar donde encontró mucho apoyo por parte de los demás feriantes y los clientes que la elegían semana a semana.
“Dejé de ir a la feria en el 2017, fue una experiencia muy linda, siempre junto a mi familia. En el principio estábamos todos como medio acobardados, pero fue una experiencia muy linda porque nos hicimos amigos de mucha gente linda, vendiendo los productos con mucho aliento que los mismos clientes nos daban”, relató.
Enfatizó que guarda muchos recuerdos de aquellas épocas y como anécdota acotó que “vendía muchos ramos de flores, como margaritas, clavelinas, caléndulas, calas, que volaban en fechas especiales como el Día de la Madre y el Día del Maestro”. “La gente dejaba la acelga por las florcitas, porque le entraba por los ojos”, apuntó.
De igual manera, Herta Gitzel de El Alcázar expresó que las ferias francas tuvieron un inicio en Posadas con muchas dificultades debido a que “los feriantes que comenzaron a participar venían de muy lejos”.
“En aquellos tiempos veníamos arriba de camiones y de volcadores con los productos. Los municipios de Montecarlo y de El Alcázar colaboraban y eso desembarcó en la feria de Villa Cabello. Teníamos días de lluvia con muchas dificultades, aunque también teníamos muchas ganas de querer progresar y hacer cosas para mejorar en ese sentido el ingreso de los productores de cada localidad”, detalló.
Enfatizó que todo lo que se traía eran productos genuinos de las chacras misioneras, entre los cuales rescató el “ananá, la banana, las mandarinas y además elaboraciones propias como panificados, leche, queso, ricota y otros alimentos”. “Mis hijos siguen con la producción, mi familia sigue viviendo de la chacra que está encaminada en todo sentido. Los productos existen entonces cosechamos, vendemos y queremos seguir protegiendo este espacio”, cerró.
Cabe mencionar que se consideran ferias francas al conjunto de puestos móviles o fijos que funcionan en espacios públicos o privados cedidos por la Provincia, Municipios y/o particulares, destinados exclusivamente a la venta minorista de productos alimenticios, frutihortícolas, de granja, panificados, regionales y productos elaborados artesanalmente de los pequeños y medianos productores, constituidos en simples asociaciones y con autorización municipal.