Recientemente las Bibliotecas Populares del país celebraron su día (23 de septiembre), en conmemoración a los 152 años de la creación de la CONABIP (Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares), una iniciativa llevada adelante por aquel entonces por el presidente Domingo Faustino Sarmiento, en 1870.
Actualmente, gracias a los avances tecnológicos en materia de comunicación, las bibliotecas dejaron de ser únicamente ámbitos culturales de lectura y estudio, para convertirse en espacios de interacción comunitaria y de acceso a la información de manera segura.
En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, Elsa “Tita” Tañski, presidenta de la Federación Misionera de Bibliotecas Populares, explicó que en la provincia estos espacios están conformadas por organismos públicos (CONABIP) y el Gobierno provincial y comunitario reflejado en sus Comisiones directivas, donde los miembros “tenemos que estar haciendo actividades y buscando recursos para poder subsistir”, aclaró.
A su vez, comentó que “las Bibliotecas nos hemos actualizado e hemos ido creciendo conjuntamente con el desarrollo tecnológico, de todo lo que significa el derecho a la información, el buscar información, el aprender a buscar en los lugares seguros. No nos basamos solamente en los libros, sino que complementamos con todo lo que es tecnológico y digital, esto lo pueden ver en todas las Bibliotecas Populares. En todas existen complementación con el mundo digital”.
Cabe señalar que la provincia cuenta con alrededor de 50 Bibliotecas Populares de las cuales 32 están reconocidas por la Comisión Nacional de Bibliotecas y es por eso que “estamos esforzándonos, desde las autoridades de la Federación, donde también formo parte de la comisión nacional como vocal, y esa es nuestra tarea: fundar más bibliotecas y procurar de que todas tengan su buen funcionamiento” contó la referente.
Tañski también dirige la Biblioteca Popular Sarmiento de Santa Ana, donde reciben la visita de niños y adolescentes que se acercan a leer por lo general “las sagas y demás, van a pedir los libros para complementar con la lectura digital, leen a través del teléfono y también se actualizan con respecto a sagas. Van y piden ‘está faltando el tercero de tal saga’, y a lo mejor no llegó todavía a la Argentina”, comentó.
Es por ello, muchas veces, los miembros de las bibliotecas “tratamos de hacer compras online, al exterior con tal de completar las sagas que están pidiendo los jóvenes”, aclaró.
Con respecto a los cuentos clásicos de la literatura universal, “Tita” explicó que siempre serán clásicos junto a sus nuevas versiones “cuando voy a hacer compras en la feria libro de Caperucita lo compro porque son clásicos que tienen una larga vida y cada versión es un poco distinta; hay adaptaciones y digamos que siempre quedan los clásicos”.
Vale señalar que hay ciertas obras que despertaron debates por cuestiones de género, al respecto la profesional comentó que “no hay que sacarlos porque tiene un análisis psicológico que acompaña al desarrollo y el crecimiento de los chicos, no por nada han subsistido durante siglos, así que toda la cuestión de la actitud de los niños con respecto a la soledad o tal miedo están reflejado en los cuentos. Los chicos no son tontos, ellos saben leer y les llega de acuerdo a su propia inteligencia. A veces hay libros que no tienen texto, por ejemplo, únicamente ilustraciones, los miro y digo: ‘¿que quiere decir?’ Pero el chico lo mira y entiende todo, entiende la historia de principio a fin, así que tenemos que dejar que ellos desarrollen lo suyo”, sostuvo.
Con respecto a los autores misioneros, Elsa señaló que generalmente su lectura es promocionada desde las escuelas, pero “por supuesto son autores a los que nosotros les prestamos muchísima atención, personalmente tenemos un sector específico sobre escritores misioneros y tratamos que se lean. Tenemos muy buenos libros, así que hay que tratar de difundir. Estar al día con todo, pero prestarle mucha atención a lo que está alrededor nuestro”, finalizó.