Con el protocolo marco aprobado, las instituciones educativas debieron poner manos a la obra para adaptar cada una de las pautas a sus propias realidades. Y es que, en nuestra provincia, las diferencias entre escuelas es notable: algunas en zonas fronterizas, otras técnicas, otras privadas y otras para alumnos discapacitados.
Instituto Superior Santa María
Uno de los colegios que más ha avanzado con la elaboración de su protocolo, es el Instituto Superior Santa María de Posadas. “El protocolo que armamos fue siguiendo los lineamientos del Servicio Provincial de Enseñanza Privada (SPEP) y del protocolo nacional que fueron los que nos acercaron las pautas básicas para la re-apertura, siempre y cuando se den las condiciones. Sin embargo, lo fuimos ajustando a nuestra realidad como instituto”, contó a PRIMERA EDICIÓN la rectora Sonia Rojas.
En ese sentido, contó que “la semana pasada no sólo tuvimos encuentros con los directivos de otros espacios educativos para acordar pautas en común, sino que también tuvimos una reunión, junto con nuestro Técnico de Seguridad e Higiene, con los padres y alumnos para conocer su mirada”.
Una de las solicitudes de los chicos, fue que querían volver en grupos del mismo nivel. “Querían que esté todo el grupo completo de quinto, el grupo completo de primero… y así”, dijo.
Por ello “decidimos que, como son grupo prioritario, todos los alumnos de quinto año asistirán a la escuela tres días por semana y tendrán dos días de virtualidad. La idea es trabajar por grupos porque no queremos tener más de 14 o 15 chicos en un curso, porque a pesar de que nuestras aulas son muy espaciosas, queremos que se respeten los dos metros como mínimo”, explicó.
Por otra parte, ya que habrán docentes y alumnos que continuarán con la modalidad virtual, la Rectora contó que decidieron dividir tareas: “Vamos a organizar un cronograma en el que se establecerá que aquellos docentes que no vayan a la escuela, por motivos particulares, se encargarán de dar clases a los chicos que tampoco asistan”.
Rojas adelantó que la semana que viene planean mandar al SPEPM el protocolo terminado, con el objetivo que sea revisado y devuelto para ser enviado a los padres, junto con un formulario en el que puedan poner sus inquietudes.
EPET 6 Eldorado
En el caso de la EPET 6 de Eldorado, “nuestra escuela cuenta con un espacio muy grande y tiene una matrícula de 800 alumnos en total”, dijo la directora del establecimiento, Sonia Pantiu.
Aclaró que, pese a las grandes dimensiones de la escuela y de la matrícula estudiantil, cuentan con sólo un portero. Debido a que, según el protocolo nacional, el regreso deberá ser escalonado para que haya no más de 15 chicos por clase, “vamos a dividirlos en dos turnos. La idea es que sean 400 alumnos por semana”, explicó.
Sin embargo, destacó que “en nuestro caso, una de las complicaciones es que, al tener talleres, tenemos estudiantes en ambos turnos”.
Por lo tanto, una de las posibilidades sería “darle prioridad a los chicos de los primeros y últimos años, para reducir la cantidad de 400 alumnos a unos 150 por semana”.
Sea cual sea el caso, “vamos a tener que hacer un registro de los chicos que van a asistir realmente a clases, porque hay chicos que ya nos dijeron que no van a volver por ahora”, dijo y sostuvo.
Por otra parte, otra de las cuestiones que le preocupa a Pantiu es el reajuste horario ya que “en la entrada al colegio ya perderíamos más de una hora porque tenemos que garantizar e distanciamiento: no es sencillo evitar el aglomeramiento de 400 chicos y garantizar la higienización de las manos antes del ingreso”, dijo.
La directiva agregó que “todavía estamos trabajando en ese punto”.
EPET 39 El Soberbio
Una historia diferente es la que viven los alumnos de la EPET 39 de El soberbio. “Tenemos una escuela muy precaria que está desbordada de alumnos. Somos una escuela técnica que hasta el día de hoy tiene talleres de machimbre. Funciona hace 8 años y desde entonces, las mejoras del edificio no llegaron nunca. Es una escuela que no tiene la cantidad suficiente de personal, con casi 200 alumnos tenemos un solo preceptor y aún no tenemos portero, pese a los reiterados pedidos”, expuso el director, Sergio Vallejos.
En cuanto a lo exigido por el documento nacional, de que cada escuela cuente con baños acondicionados y que estén correctamente equipados con los elementos sanitizantes, Vallejos consideró que “es ridículo que hablen de cabinas desinfectantes cuando nuestras aulas son galpones donde metemos 50 alumnos por clase… y al menos nosotros tenemos inodoros pero conozco instituciones que ni eso tienen, usan letrinas”, reclamó.
Agregó que su situación es aún más preocupante que la de otras escuelas, debido a su proximidad con Brasil, donde “hay una infinidad de casos de coronavirus”.
“Hace más de tres meses que estamos en esta situación y todavía no se avanzó en ninguna construcción ni mejoramiento de las escuelas, no se acondicionó nada. ¿Qué estamos esperando? Creo que si desde ahora nos ponemos las pilas, capaz en 60 días más podríamos llegar a tener más o menos las escuelas en condiciones pero los que hablan de volver en agosto, es un disparate”, apuntó.
Además, Vallejos habló del “otro gran problema”, refiriéndose al tema salarial. “Así como están los salarios ahora… habilitá las clases y lo que vas a habilitar son los paros y reclamos. Porque hoy en día que el docente está en su casa, puede llegar a fin de mes pero cuando tengan que empezar a recorrer escuelas, pagar la niñera y tener más gastos, ahí el sueldo no alcanza para nada”, aseguró.
Escuela Especial 13 “Arco Iris”
“Seguimos un protocolo muy similar al propuesto por Nación, con la principal diferencia que al no tener mucha matrícula, vamos a dividir a los estudiantes únicamente en los horarios de merienda y desayuno con los horarios del recreo”, explicó la directora Mónica González. La docente contó que “la idea es que mientras un grupo esté en el comedor, el otro vaya al patio”.
En total, son cerca de 37 chicos los que asisten a la Escuela Especial 13 en Oberá. Algunos tienen pérdida total de la audición mientras que otros tienen una capacidad mínima de escucha.
A diferencia de otras escuelas especiales “no requerimos tanto contacto con los chicos más grandes pero sí con los del nivel inicial, porque muchos necesitan que los ayuden a ir al baño o los terapeutas tienen que estar más atentos”, dijo.
Por otra parte, como a la escuela “asisten chicos de varios lugares de la provincia porque atendemos a chicos con muchas patologías”, Mónica aseguró que “todavía no tuvimos ninguna solución con respecto a ese tema”.
Finalmente, pidió ayuda con la entrega de barbijos y elementos de aseo personal. “Si son los transparentes, mucho mejor, porque no hay que olvidar que se comunican por lenguas de señas”, dijo.
Hacen falta más porteros
Pese a las diferencias que marcan a cada establecimiento educativo, lo cierto es que hubo un factor que se repitió en cada una de las entrevistas a los directivos: la falta de personal de limpieza y mantenimiento. En el caso de la EPET 6 de Eldorado, “tenemos 800 chicos y sólo un portero. Estamos en condiciones de volver, pero necesitamos al menos dos porteros más, sino es imposible”, dijo. Por su parte, Vallejos aseguró que ellos no tienen ningún portero y pese a los continuos reclamos, todavía nadie pudo solucionar este problema.
La directora de la Escuela Especial de Oberá también mencionó tener inconvenientes en este punto ya que “sólo tenemos un portero que asiste únicamente a la tarde, a la mañana no tenemos a nadie”, sostuvo.
Cabe destacar que este es uno de los reclamos que los gremios docentes habían hecho en la mesa técnica pedagógica de la semana pasada.