Es fundamental conocer las necesidades del perro, para poder cubrirlas y así prevenir muchas de esas conductas indeseadas que aparecen justamente por no tenerlas cubiertas.
En primer lugar, la socialización, que debe comenzar desde una edad temprana y continuar durante toda la vida del perro, consiste en el proceso en el que el perro aprende a relacionarse con los de su especie y con la humana. Además, aprende a relacionarse con el entorno que le rodea para así poder desenvolverse sin problemas.
Luego, sigue la empatía, que es ponerse en el lugar de tu perro para comprender cómo se siente, por ejemplo, cuando asusta en una determinada situación. Empatizar es ponernos en su lugar y ayudarlo a salir de esa situación o a afrontarla de la mejor manera posible.
Siguen a la constancia y el respeto de los tiempos en el entrenamiento para, así, conseguir resultados consistentes. No se trata de trabajar unos días o unos meses, sino como si fuera una carrera de larga distancia en el que tenemos que estar en movimiento todo el rato. También es necesario respetar los tiempos de aprendizaje, ya que dependiendo de su edad y de cada perro como individuo único tiene unos procesos de asimilación y aprendizaje distintos.
Para concluir, la idea general sería conocer a tu perro, cubrir todas sus necesidades básicas y garantizar de ese modo su felicidad y su calidad de vida.
Laura Kuperman
Educación Canina.
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