La merma que muestran los combustibles a partir de las subas continuas y la dura situación macroeconómica que atraviesa Argentina mantiene en rojo intenso los números de las estaciones de servicio.
Sin embargo, el estado de alza que evidencia el crudo internacional motivaría un nuevo aumento doméstico y las petroleras podrían aplicar un “retoque” de al menos un 9% en el transcurso de noviembre.
Esta posibilidad preocupa a los estacioneros, en tanto la demanda de naftas y gasoil acumula 10 meses consecutivos de caída. Tan solo en el último mes, según datos de la Secretaría de Energía, las ventas de combustibles se desplomaron más del 11%. Se trata de la caída más baja en lo que va del año y la perspectiva preocupa a los empresarios del expendio, que atraviesan uno de los períodos más complicados en lo que va de la década.
El área de Energía y entidades como la Cámara de Empresarios de Combustibles (CEC) vienen dando cuenta de una disminución continua en la demanda por efecto de los ajustes de precios ocurridos este año y la pérdida del poder adquisitivo de los automovilistas en general. Recientemente, el titular de la CEC, Raúl Castellano, reconoció a iProfesional que los expendedores transitan una “fuerte preocupación por lo que ocurre con la demanda”.
Durante septiembre, de acuerdo a los números oficiales, se despacharon 1.313.874,63 metros cúbicos de naftas y gasoil, “en tanto que, en el mismo período, pero de 2023, el volumen totalizó 1.489.196,98 metros cúbicos”, añade un informe de la plataforma Surtidores.
En cuanto al mapa de ventas, el consumo de combustibles en agosto cayó en 18 de los 24 distritos nacionales. San Luis y Santiago del Estero, con bajas de casi el 8,5 y el 8% encabezaron la estadística de los territorios más afectados. Por su parte, la Ciudad y la provincia de Buenos Aires mostraron un rojo del 0,06 y el 4,7%, respectivamente.
“Da la impresión de que no hay un rumbo definido para los combustibles en el país más allá de estos aumentos que se han sucedido”, comentó, recientemente, Castellano a iProfesional.
“El Gobierno no ha establecido ningún canal de diálogo directo con las estaciones de servicio. Preocupa lo que está ocurriendo con la demanda”, agregó.
Empresarios en vilo
“En referencia a sus desempeños por producto, la nafta premium exhibió un descenso del 20,66% interanual, las ventas de nafta súper variaron -3,71%, las de diésel de máxima calidad -8,48% y las de gasoil Grado 2, -19,31”, amplió Castellano.
Con relación al mes anterior, las ventas de combustibles mostraron durante septiembre una retracción del orden del 4%. La baja en Capital Federal se ubicó en torno al 5,6%, mientras que las mermas más contundentes comprendieron a las provincias de Córdoba (10%), Jujuy (8,6) y Misiones (8,5%).
“Septiembre fue un mes de caída en las ventas para todas las empresas en comparación con el mismo mes del 2023. Tampoco las cifras son positivas en la variación mensual, ya que todas perdieron entre un 0,2 y un 20% el nivel de ventas”, indicó el monitoreo de Surtidores.
Dado este contexto, la posibilidad de que ocurran nuevos incrementos durante noviembre mantiene en vilo a los empresarios del expendio.
Escenario
Según trascendió hace muy pocos días, pese a anunciar una reciente baja de las naftas, ahora las petroleras evalúan aplicar nuevas subas a raíz del aumento del barril de Brent, el precio de referencia de las ventas de crudo en Europa, África y Medio Oriente.
El escenario de enfrentamientos que mantienen Israel, Irán y Líbano, además de la invasión hebrea a la Franja de Gaza, disparó el valor del Brent, que llegó a ubicarse por encima de los US$ 80 en el primer tramo de este mes.
La consecuencia casi automática es que las compañías ya avisan que será necesaria una suba para no perder esa paridad de exportación, una referencia casi sagrada para la industria.
“No hay rumbo definido”
En tanto la decisión de las compañías es ajustar sus números de acuerdo a los valores internacionales, durante noviembre se evalúa la posibilidad de aplicar un incremento cercano al 9% para compensar las oscilaciones exhibidas por el petróleo en las últimas semanas.
En el segmento de los estacioneros reconocen que una suba de esas características intensificará aún más el rojo que afecta los surtidores. Los empresarios reclaman tener participación en las decisiones que toman el Gobierno y las compañías a los fines de trazar una estrategia que revitalice la venta de naftas.
“Da la impresión de que no hay un rumbo definido para los combustibles en el país más allá de estos aumentos que se han sucedido”, comentó, hace pocos días, Castellano a iProfesional.
“El Gobierno no ha establecido ningún canal de diálogo directo con las estaciones de servicio. Preocupa lo que está ocurriendo con la demanda”, agregó.
“Nadie tiene que subsidiar a nadie”
“Quiero realizar un acuerdo justo con los consumidores. Nadie tiene que subsidiar a nadie. Ni nosotros a los consumidores ni los consumidores a nosotros. En consecuencia, si el precio del crudo internacional sube, el precio de los combustibles localmente va a subir. Si el precio baja, vamos a bajar”, afirmó a inicios de este mes el presidente y CEO de YPF, Horacio Marín.
“Con los aumentos sostenidos que se vienen haciendo del impuesto al combustible (1% mensual y muy atrasado), del tipo de cambio (2% mensual) y en los costos de nuestras operaciones (con inflación en pesos superando la devaluación), efectuar una baja de precios en surtidor debido solo a una reducción en la cotización de crudo, va a requerir alzas cuando el crudo también suba, es decir un acople al mercado internacional”, explicaron a Infobae desde una de las compañías del mercado hace dos semanas.
“Además, hay que entender si no resulta muy prematura esa baja de precios ya que no se sabe si la reducción del precio del crudo se extenderá en el tiempo. Esta iniciativa de bajar precios, significa un doble esfuerzo para la industria, pues se absorbe también la suba del 1% del impuesto y del 2% del crawling peg”, agregaron.
Menor consumo
En la industria local hay preocupación por el desplome en el consumo de combustibles de los últimos meses derivados de los aumentos y de la recesión.
En agosto las ventas de nafta y gasoil cayeron 9,2% interanual, mientras que acumularon nueve meses consecutivos en retroceso, con el agravante de que se observa una marcada aceleración en la velocidad del retroceso (en julio había sido 5,2%) según los datos oficiales relevados por la consultora Politikon Chaco. Hubo una merma de 3,2% contra el mes anterior.
Se observa que las mayores caídas se dan en los combustibles que son más caros. “En referencia a sus desempeños, la nafta exhibió una caída del 7,7% interanual con marcada disparidad según el segmento: la nafta súper cae 3,5% interanual pero las premium lo hacen en -19,2%. Respecto al gasoil, el resultado global fue de caída del 10,9% interanual: dentro de este, el común cayó 13,2% y el premium lo hizo en -6,2%. En ambos, hay aceleración en la velocidad de descenso”, precisó Politikon Chaco en un informe elaborado a inicios de este mes.
Aumentos pisados
El Gobierno decidió luego frenar el ritmo de incrementos en la nafta y el gasoil a través de dos frentes, con el objetivo de evitar un impacto intolerable para los bolsillos.
Primero instruyó a YPF a que mantenga sus incrementos promedio a nivel nacional en línea con el crawling peg del 2% mensual más algún punto adicional para recomponer su margen.
El otro punto tuvo que ver con el diferimiento en las actualizaciones del tributo que pagan los combustibles, el cual se encuentra indexado a la variación trimestral de la inflación que informa el INDEC.
Caputo difirió en mayo, junio, julio, agosto, septiembre y ahora en octubre los incrementos del ICL previstos en el Decreto 466/2024.
Este mes correspondía aplicar sobre el tributo un incremento correspondiente a la variación del IPC correspondiente al último trimestre del 2023 y al de los tres primeros trimestres de 2024.
“Como la inflación es el objetivo a vencer, se va atrasando un poco la actualización”, explicaron en el gobierno. Quedarán pendientes además los ajustes sobre el ICL que resulten de cómo termine la inflación del tercer y cuarto trimestre.
Llenar el tanque
Así, en este octubre, llenar el tanque de un automóvil casi estándar de 45 litros demanda $47.160 ($1.048 el litro) para los que carguen nafta súper en una YPF de la ciudad de Buenos Aires o $58.320 ($1.296) en el caso de la Premium.
En tanto, para un vehículo con motorización diésel, que en el caso de una pick-up puede cargar 80 litros promedio, el impacto en el bolsillo es de $ 84.960 ($1.062) para llenar con gasoil grado 2 o $ 104.560 ($1.307) para la versión premium.
Para los nostálgicos, un dato importante. Hace 12 meses, en octubre de 2023, llenar un tanque de 45 litros con nafta súper a un valor de $248 por litros demandaba un total de $ 13.640 -siempre en YPF de CABA-, mientras que a $363 los 80 litros para una pick-up con gasoil premium el gasto total era de $29.040. Es decir, aumentos interanuales de 245% y 260%, respectivamente.
Fuente: Medios Digitales