El juicio oral por el crimen del prestamista colombiano Gustavo Rojas Gallego (32) en el barrio Yacyretá de Posadas -el sábado 27 de febrero de 2021- tiene nueva fecha y hora de inicio: el 14 de agosto a las 8.30 en la sala de audiencias del Tribunal Penal 1.
El expediente tiene dos acusados: un misionero de 30 años, José Ramón Ramírez, y Brayan Damián Casso Acosta, ciudadano nacido en Colombia y vinculado a la misma actividad de la víctima fatal, la oferta y cobro de micropréstamos informales.
La causa fue elevada a debate por el juez de Instrucción 7, Miguel Mattos, bajo la acusación de “homicidio criminis causa y robo en concurso real”. O de manera simple: Rojas Gallego fue atacado en un asalto y ultimado porque conocía, al menos, a uno de sus agresores.
El debate, tal como lo adelantó PRIMERA EDICIÓN, gira envuelto por el polémico beneficio que en mayo pasado, dos jueces del Tribunal Penal 1, le otorgaron al Casso Acosta (29), la prisión domiciliaria porque el vencimiento de la prisión preventiva, pero a pocas semanas del juicio y ante las circunstancias ampliamente favorables para profugarse y sin ninguno de los requisitos de su lado para una detención en una vivienda con tobillera electrónica que exige la ley.
De todas maneras, la semana pasada el TP-1 resolvió revocar el beneficio y Casso Acosta fue detenido nuevamente en la unidad de procesados. Vale aclarar que a Ramírez, la excarcelación o prisión domiciliaria no le fue otorgada, y de los dos encartados, es el de menor responsabilidad.
De fuentes contactadas por este Diario, se pudo saber que ayer se realizó una audiencia de visu en la que los dos acusados, defensores, querella y fiscal, analizaron un acuerdo de juicio abreviado, pero el patrocinio legal de Casso Acosta se opuso a que firmara una condena de 23 años de prisión. Situación opuesta expresó José Ramírez, quien aceptó 20 años de sentencia, pero el acuerdo exige la rúbrica de los dos imputados.
En el expediente hay elementos clave en contra de ambos acusados. Por ejemplo: un registro de ADN positivo en una mancha de sangre encontrada en la ropa secuestrada a Casso Acosta y que corresponde al patrón genético de Rojas Gallego.
Otro punto central está impreso y cosido a las fojas determinantes de este caso y corresponde al relato de José Ramírez, quien admitió haber participado y detalló las circunstancias y participación en el crimen. Aportó días, horarios, personas, direcciones y movimientos que coinciden con las pruebas de los investigadores policiales.
Según la instrucción de la causa, ambos colombianos se conocían, Casso Acosta habría sido cobrador en la red de micropréstamos que Rojas Gallego realizaba de manera paralela con la venta ambulante de muebles económicos de madera por diversos barrios de Posadas.
Días antes del crimen, la víctima fatal discutió y prescindió del servicio del sospechoso porque este se habría quedado sin rendir varias cuotas que los clientes de Rojas Gallego saldaron en tiempo y forma.
De este incidente, testigos y allegados habrían señalado que derivaron las amenazas de muerte a Rojas Gallego por parte de Casso Acosta. La primera advertencia fue el robo de su motocicleta Honda Titán 150. Posteriormente el vehículo fue recuperado y el colombiano apuntado se fue a Corrientes a trabajar con Ramírez.
Dos días después del crimen, Casso Acosta fue aprehendido por efectivos de la Dirección Homicidios de la Policía en un una vivienda de la calle 76, manzana 15 del mismo barrio, Yacyretá, zona oeste posadeña. Allí se secuestraron las prendas de vestir, entre otras evidencias.
Según el Cuerpo Médico Forense, “El Colombiano” Rojas Gallego fue atacado con un arma blanca, en su cuerpo se registraron 16 estocadas, en la cabeza, cuello y pecho, la letal fue la que le rompió el ventrículo derecho del corazón.