A pocos días de que se cumplan 29 años del aniversario del recordado ascenso de Luz y Fuerza a la Liga Nacional, siendo el primer equipo de Misiones en jugar en la máxima categoría del básquet argentino, el entrenador Rubén Magnano anunció su retiro de la actividad.
Múlticampeón con Atenas de Córdoba (Sudamericano y Nacional), constructor de la Generación Dorada de Ginobili y compañía, y oro olímpico en Atenas 2004, el cordobés tuvo su paso por la provincia de Misiones en la temporada 94/95, donde dejó una huella imborrable.
“Ese paso por Luz y Fuerza, por Posadas, fue muy importante para mí como entrenador”, recordó años a atrás el DT en una entrevista en EL DEPORTIVO del diario PRIMERA EDICIÓN, en la cual no evadió ningún pregunta y hasta habló de la gastronomía misionera-guaraní.
El proyecto de Luz y Fuerza surgió un par de años antes de su gran consagración dentro de la historia de la Liga Nacional. Y sin dudas será uno de esos equipos que quedará en el recuerdo, por lo que cosechó, por la importancia que tuvo al representar a Misiones como provincia y por lo que posteriormente fue transmitiéndose de aquel equipo que quedó grabado en la memoria de todos.
Si bien sus inicios tuvieron origen en territorio local, posteriormente el equipo participó de los Argentino de Clubes y luego dio el salto de calidad, cuando en 1992 consigue el ascenso al TNA. Así fue como participó de la temporada 1992/93, en el primer certamen, donde finalizó en el 10° lugar. Al año siguiente mejoró, terminó 6°. Hasta ese momento, el equipo era dirigido por Dante Collavino.
La particular llegada de Magnano a Misiones
Llegó entonces un cambio desde la conducción técnica del elenco posadeño, con la llegada de Rubén Magnano al cargo. El cordobés ya venía de ser campeón con Atenas y era parte del cuerpo técnico de la Selección argentina, con todo lo que eso significaba.
Con todos esos pergaminos se dio una situación en la que terminó recalando en Luz y Fuerza: “Habíamos campeonado con Atenas, luego, en ese momento yo era asistente de la selección y vamos a jugar el Mundial en Canadá, pero cuando regreso del viaje ya no tenía equipo. Estaba sin trabajo y aparece la posibilidad, con el mercado ya muy avanzado y casi cerrado, de irme al TNA a dirigir a Luz y Fuerza. Terminé cerrando de palabra en el aeropuerto, no había llegado a Córdoba y ya había confirmado que me iba a dirigir a Posadas”, recuerda Magnano.
Rubén ya venía de ser campeón con Atenas en la 1991/92 pero también con otros títulos como el Sudamericano de Clubes en 1993 y en 1994, también con el Griego. Tras lo previamente relatado, terminó con la posibilidad de dirigir al club misionero por dos años, uno en el TNA donde fue campeón y ascendido, y el otro ya en la elite, en la Liga Nacional.
“Fuimos con Ale Lotterio, y salimos campeones. Fue una temporada muy buena para el equipo. Al otro año estuvimos en la Liga Nacional después del ascenso que habíamos logrado en esa 1994/95, pero después el equipo tuvo algunos problemas y lamentablemente se desarmó todo”, agrega el prestigioso entrenador multicampeón con Atenas y la selección.
“La página posterior fue extremadamente triste. Los por qué los desconozco. Después de tanto esfuerzo y tanta lucha, de jugadores, de cuerpo técnico. Nos quedaron debiendo la mitad de la temporada en la Liga Nacional. Vivimos situaciones de bajo nivel”, lamentó el DT en otra entrevista.
El buen trato en Misiones y una temporada de menor a mayor
Alejandro Lotterio, asistente de Magnano. recuerda también aquel año que sigue latente en el recuerdo no solo del básquet misionero sino también de todos los que fueron parte de ese proceso.
“Cuando Rubén me habla por teléfono, él estaba en Canadá todavía, me dice ‘mirá, preparate que nos vamos a Misiones, llego y en 5 días nos vamos’. Y bueno, obvio, encantado de la vida me iba pero atrás mío tenía a la familia. Ahí empezó el periplo mío para convencer a mi familia, mi señora y los chicos, de que nos íbamos a ir lejos (…) Encaramos viaje con muchas preguntas también, porque no sabíamos nada ni teníamos mucha idea de con qué nos íbamos a encontrar cuando llegáramos (risas)”, recuerda Lotterio sobre aquella anécdota de Magnano y cómo decidieron irse a Luz y Fuerza.
“La verdad es que fue un gran año, se armó un gran equipo con muchos jugadores de experiencia para la categoría y con muchos jóvenes que nos llenaban de energía el equipo, todos jóvenes que a la postre nos dieron un resultado extraordinario”, relata el entrenador, en aquel entonces, ayudante de Magnano.
Magnano armó el equipo con jugadores experimentados dentro de la categoría. A un combo ya brillante con el cordobés en la dirección técnica, Lotterio como asistente y Donald Jones como jugador franquicia, se sumaron otros jugadores estrellas como Pablo Hoya y Fernando Posseto, más otros jóvenes muy importantes como Lauro Mercado, Gustavo Monella, un joven Matías Tomatis, Miguel Zandomeni, Carlos Fernando Rodriguez, Raúl Tarnowyk y Matías Caramuto.
“Por suerte pudimos armar un gran equipo. Muy contento de toda esa experiencia y de cómo nos trataron allá, la pasamos muy bien ese tiempo en Posadas. Hicimos muchos amigos con los que al día de hoy todavía nos seguimos hablando, tanto Rubén como yo, con mucha gente de Misiones. Tuvimos un paso muy lindo”, explica Lotterio sobre la conformación del plantel.
Tal es así que Luz y Fuerza arrancó la temporada sin encontrar aún su mejor versión pero de todas formas siendo siempre uno de los grandes animadores de aquella 1994/95. Pasó la primera fase como uno de los líderes de la zona junto con La Unión de Colón y Regatas Mendoza, y mientras que en la división sur nos íbamos a encontrar a un Obras candidato. La segunda fase, en el TNA 1, el equipo eléctrico se terminó de acomodar y fue dominante, perdiendo apenas un solo partido de esa segunda ronda y quedándose con el 1 de la regular.
Llegaron entonces los playoffs, con el plus de la ventaja de localía para los dirigidos por Magnano. Pasó Libertad de Sunchales en cuartos de final (3 a 0), luego se llevó una dura serie ante Obras en semis (3 a 1), para así terminar arribando a la gran final por el título y el ascenso contra Regatas Mendoza.
Final para el infarto en el club Tokio y ascenso
Serie apasionante de cinco partidos contra los mendocinos, donde Luz y Fuerza consiguió adelantarse por 77-69 en el primer partido. Sorpresivamente, los misioneros resignaron su localía en el segundo encuentro, cayendo por 96-89. Con la llave igualada en 1, la historia cambió de escenario y todo parecía a favor de Regatas después de ganar el tercer compromiso de la final por 106-97. Sin embargo, Luz y Fuerza sacó adelante el cuarto partido, contra la espada y la pared, ganó con lo justo por 72-69 y obligó un quinto punto para definir todo.
El último partido fue una verdadera batalla. Ambos equipos se jugaban todo por el único y gran premio de la temporada: llevarse el título de la categoría y en consecuencia lograr el ascenso. Solo uno iba a poder conseguirlo, y terminó siendo Luz y Fuerza, después de una ardua disputa que no se definió hasta la última bola. Aquel 15 de junio de 1995, la noche de la consagración, quedó grabado a fuego para los misioneros en el club Tokio de la ciudad de Posadas.
“Me acuerdo que fue un partido bastante parejo y duro. Faltando unos 30 segundos íbamos ganando por 6 puntos creo, ya con el partido prácticamente liquidado. Entonces ellos atacaron, encestaron, recuperaron la pelota y volvieron a encestar con tiros libres incluidos… ahí ya se nos venía el mundo abajo (risas). Pero por suerte pudimos correr, y en esos instantes, ya quedando muy pocos segundos, hace una penetración creo que Carlos Rodríguez, tira, y el Nano Posseto cachetea el rebote y la pelota entra. Con eso ganamos el partido. Imaginate que con semejante cierre, la alegría, el alboroto de todos… fue una felicidad enorme”, explica Lotterio desde una brillante claridad en su cabeza.
Con un 83-81 sobre la “chicharra” fue como Luz y Fuerza terminó bañándose con toda la gloria del título y el ascenso a la Liga Nacional. Terminaría luego jugando la temporada 95/96 en la elite con algunos de los nombres que campeonaron en el TNA (Posseto y Tarnowyk) más otros jugadores importantes de nuestra historia como el extranjero Jerome Mincy, Mario Milanesio, entre otros.
“Lo más importante creo que fue todo el desarrollo que hicimos en el trayecto de la preparación, de los juegos, y de llegar al final con esa historia que estamos contando. Fue un gran grupo de trabajo, con jugadores muy importantes que se han brindado para eso y que terminó con ese ascenso inolvidable. Tengo muy gratos recuerdos de ese equipo”, dejó Lotterio como última reflexión de esa gran 1994/95 consagratoria para Luz y Fuerza.
*Fuente y fotos: Liga Nacional de Básquet, Básquet Plus y EL DEPORTIVO de PRIMERA EDICIÓN.