No hubo acuerdo este jueves entre la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y los empresarios del transporte automotor del interior del país, por lo tanto la reunión en la Secretaría de Trabajo de la Nación que se celebró al mediodía pasó a un cuarto intermedio y las conversaciones se reanudarán el miércoles 21.
Se trató de la primera sesión de la conciliación obligatoria dictada por la cartera de Omar Yasin, que la semana pasada impidió in extremis una medida de fuerza por 24 horas dictada por el sindicato que nuclea a los choferes.
La UTA reclama que se pague a los trabajadores del volante en las provincias el mismo acuerdo salarial acordado para el área metropolitana -CABA y el conurbano bonaerense-, que llevó el salario básico a los $600.000 en enero y más de $700.000 a partir de febrero, aunque si se suman los viáticos y la asignación extraordinaria, con lo cual los salarios podrían alcanzar a casi $1.100.000 este mes.
Por el hermetismo con que se manejan las negociaciones, la falta de acuerdo y el contexto político y económico en medio de la decisión nacional de cerrar el grifo a las provincias, por el fracaso de Javier Milei con la Ley Ómnibus, fuentes consultadas por este Diario estiman que no es descabellado pensar que una vez agotadas las herramientas legales para sostener el servicio con medidas conciliatorias, sería inminente una medida de fuerza.