De todos los nombres comunes que posee Pachira glabraPasq es el que más resuena en medicina homeopática. Resultó ser el “árbol del dinero”, y eso lo volvió atractivo, curiosamente, como quien tiene dinero.
La generación y provisión del dinero contiene energía masculina, del padre, de los padres.
Linaje masculino.
La gestión del dinero es sostenida por energía femenina, la madre, las madres.
Linaje materno.
Y hasta ahí todo bien, sin embargo, en el solaz distraído de la vida suelen confundirse los tantos, prestándose roles, intercambiando nociones, proponiendo otras funciones, desbalanceando el equilibrio, total. Vamos a ver qué pasa.
Pasa que el valor que poseen los roles, las funciones, los acuerdos energéticos, el orden natural se desvirtúan y los ciclos pasan a formar parte de un caótico encuentro en luchas de quereres, poderes, saberes. Luchas donde se mezclan las partes que no forman parte.
Y ahí no queda más que volver a mirar, identificar las formas y las funciones y ubicar cada cosa en su lugar, tomar por astas y formalmente permitir el accionar del desarrollo de cada uno, sin que esto signifique desplazar, anular o solapar lo que cada uno vino a hacer en este plano terrenal.
Según su forma y su función, según su naturaleza en línea con el orden que genealógicamente nos ha sido conferido el día que iniciamos el proceso de nuestra gestación.
Plena conciencia de lo que se está gestando, en el paso a paso, estando atentos, atentas, para advertir desajustes, malos entendidos, períodos vacíos, marcas innecesarias. Solo el amor puede con el desorden mental, visto desde cerca, lejos, desde adentro o desde afuera.
Resulta fundamental identificar los patrones antinaturales, repetitivos y romper los ciclos, una vez entendido el valor real que posee cada uno, cada cosa. Para poder comprar, vender, prestar, dar, tomar, para brindarnos y para recibir, sin reclamar, sin demandar, entender y aceptar.
Mgter. Anahí Fleck
Maestrando en Neuropsicología. 0376-154-385152
















