El Gobierno nacional prepara el decreto que va a desregular la economía en la Argentina. Aunque no es una sorpresa ni novedad, ya que Javier Milei y los principales referentes de La Libertad Avanza expusieron la idea desde la campaña electoral, siempre quedó la posibilidad de una revisión de las plataformas de campaña frente al ejercicio del Gobierno. En muchas propuestas, las alianzas políticas y el contexto de país, hicieron dar marcha atrás al flamante Gobierno argentino.
Pero, de cumplirse la premonición, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) va camino a su fin, ya que se fueron expresando diferentes voces (desde Juntos por el Cambio, el puertismo y el PRO misioneros) para que no exista regulación en el sector.
Siempre que se concrete esta decisión política, los miles de pequeños productores misioneros estarán ligados a la oferta y a la demanda que tanto daños provocaron en la previa a la sanción de la ley del INYM, donde no era negocio la yerba y varios terminaron vendiendo sus chacras.
Porque es muy desigual la relación entre los grandes del rubro (especialmente los correntinos) con los más pequeños y la mayoría de las cooperativas que no cuentan con el mismo respaldo financiero para trabajar.
Aunque ayer fueron los propios directores de la Producción y Secaderos los que movieron fuerte las fichas políticas para quedarse al frente (de manera interina) en una cuestionable acción legal, no se avizoran buenos tiempos para una herramienta que costó tanto sacrificio, tanta movilización y que dio muy buenos resultados al sector.