Hasta el Juzgado de Instrucción de Puerto Rico a cargo del magistrado Leonardo Manuel Balanda Gómez, fue trasladado el hombre de 44 años detenido hace poco más de una semana como acusado de robar 20 metros de cable y extraer el cobre, dentro del predio de un aserradero que custodiaba como servicio adicional.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN revelaron que, durante la audiencia indagatoria realizada en los últimos días, el uniformado optó por guardar silencio y no responder preguntas, aunque sí reconoció casi quebrado emocionalmente que lo hizo por necesidad.
“Lo hice porque el sueldo no me alcanza para mantener a mis hijos, tengo nueve y no me alcanza, ni siquiera trabajando extra”, fueron las palabras del efectivo que ya fue apartado de la fuerza provincial, según las mismas fuentes.
En la oportunidad, el sargento fue notificado de la imputación por “hurto agravado por su condición de funcionario público” y seguirá detenido en una dependencia de la Unidad Regional III. También le denegaron el pedido de excarcelación.
El hecho fue denunciado por el dueño del aserradero en la comisaría de Montecarlo el miércoles 21 de junio y ocurrió entre la madrugada de ese día y noche del 20 que fue cuando el suboficial cubrió el puesto de servicio adicional.
Al mismo tiempo que otros empleados le manifestaron que hallaron a unos 50 metros del depósito restos de cables quemados, advirtieron que faltaba de dicho lugar un rollo de cables de 20 metros.
El denunciante se respaldó en las imágenes de las cámaras de seguridad para determinar que el policía había estado de guardia la noche anterior y se comunicó con el sospechoso para preguntarle si había tomado conocimiento de alguna situación extraña o incluso le preguntó si él tenía algo que ver. Esperando tal vez una negación, se sorprendió cuando el efectivo se lo habría reconocido que lo hizo por “necesidad”.
Este caso fue el tercero en menos de un mes que involucró a efectivos de la Policía provincial como sospechosos en hechos delictivos.
El 2 de junio fue detenido un agente con prestación de servicio en la comisaría de Pozo Azul. El hecho se dio a conocer dos días después y de las consultas con fuentes de la investigación se desprendió que el joven de 25 años es sospechoso de robarse una batería y una rueda de auxilio en una camioneta secuestrada y bajo resguardo en esa dependencia. Fue imputado por “hurto agravado” en el Juzgado de San Pedro días después.
Posteriormente, una semana después, se dio a conocer que un sargento de Policía fue detenido por Gendarmería Nacional durante un control en rutas provinciales 105 y 205 en el kilómetro 1, jurisdicción del municipio de Fachinal. Este caso fue más grave ya que el uniformado fue sorprendido vestido de civil a bordo de una motocicleta sin patente ni documentación y con dos fusiles robados del Comando de Apóstoles en donde trabajaba.
Los tres sospechosos de dichos hechos fueron apartados de la fuerza y ahora deberán resolver las causas penales con la Justicia.