Nuevas voces se oyeron durante las últimas horas preocupadas por las condiciones de detención de María Ramona Ovando (48) alojada hace más de dos años sin condena firme en la Unidad Penal V del Servicio Penitenciario Provincial.
Ayelén Mazzina, ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidades de la Nación, se entrevistó el miércoles con Ovando para interiorizarse de su estado de salud, del contexto de su encierro y de la situación de los planteos judiciales para que se le conceda el arresto domiciliario, incluso con monitoreo electrónico, que le permita el contacto familiar ya que hoy se encuentra detenida a más de 200 kilómetros de sus hijos y demás parientes, todos en contexto de vulnerabilidad económica.
La funcionaria nacional dialogó con PRIMERA EDICIÓN luego del encuentro con Ovando: “Ella nos recibió en la unidad penal y nos describió su estado de salud, su ánimo y nos contó sobre lo que desea, ver a sus hijos“.
Agregó: “El caso de María no debe caer en el olvido. Hay muchas Marías más en la Argentina y tampoco deben quedarse sin derechos. Vinimos a pedir su excarcelación, no tiene condena firme y se violan tratados de derechos humanos constitucionales para el país“.
Pero fue aún más enfática: “En Misiones no hay justicia con perspectiva de género y es preocupante el hostigamiento del Poder Judicial con ella por tres factores: por ser mujer, pobre y pertenecer a su sistema patriarcal“.
“Una mujer con delicado estado de salud, triste porque además se acercan las fiestas (Navidad y Año Nuevo) y no tiene contacto familiar más que unas pocas llamadas telefónicas. Ya ni siquiera puede estudiar”.
Sostuvo además Mazzina que resulta llamativo que no haya respuestas favorables a los pedidos de “amicus curiae” para garantizar la detención domiciliaria o la excarcelación de Ovando mientras se definen los recursos casatorios planteados desde octubre de 2020 tras la condena a veinte años de prisión impuesta por el Tribunal Penal de Eldorado por facilitar o permitir que dos hijas y una nieta de ella fuera abusadas reiteradamente.
“No tenemos respuesta de la Justicia misionera pero vamos a seguir presionando, el Ministerio de las Mujeres está comprometido con ella. Fueron vulnerados sus derechos por parte del Estado desde que era niña y vamos a charlar y reunirnos con quien sea hasta que lo entiendan”.
“María no sabe leer ni escribir, fue víctima de maltrato y abusos en su infancia, fue madre adolescente, es una mujer que creció, que vivió, que crió a sus trece hijos en condiciones de extrema pobreza, de extrema vulnerabilidad y su historia tiene ausencias de todo tipo y tenemos un Poder Judicial que está lejos de contemplar estas condiciones, que son sociales, culturales, económicas y que la condenaron dos veces como si fuera una mala madre”.