Las actividades comerciales informales a metros de la frontera seca con Brasil, estarían vinculadas al cuarto muerto a balazos en Bernardo de Irigoyen desde mayo de 2021, tres de estos homicidios con la misma modalidad: sicarios profesionales.
Ayer a las 9.30 y frente a un galpón de su propiedad sobre la avenida Tránsito Pesado y calle Saltos del Moconá (a menos de cien metros del límite con Dionísio Cerqueira) fue acribillado Sebastián Fernández Da Rosa, comerciante de Irigoyen.
Siete disparos en el pecho y espalda y a corta distancia le propinó un motociclista vestido de negro, mismo color de su vehículo y sin sacarse el casco.
De acuerdo a un empleado de Fernández Da Rosa, testigo clave de lo sucedido, su patrón estaba apoyado mirando su teléfono celular en su camioneta Toyota Hilux, cuando apareció de repente el sicario en motocicleta, extrajo un revólver y descargó los siete impactos a menos de cinco metros.
“Tiempo a nada”, remarcaron las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN. El comerciante de 42 años no tuvo chance de correr o defenderse.
El crimen se convirtió en el tercero con la misma modalidad en 16 meses y en la misma localidad, de frontera seca con Brasil y por donde el tráfico de vinos finos argentinos se convirtió en la mercadería predilecta y por la que se montaron múltiples depósitos y almacenes para transportar bebidas al vecino país, favorecido por el valor de cambio y ante un producto destacado en la producción argentina.
De acuerdo a las voces en contacto con este Diario, la investigación apuesta a hallar rastros o sospechas en la información que pueda surgir del celular de Fernández Da Rosa. Esta labor, el juez Ariel Belda Palomar, la solicitó a la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) del Superior Tribunal de Justicia.
La pesquisa se completa con efectivos de la Unidad Regional XII e investigadores de la Dirección Homicidios de la Policía provincial.
Ayer por la tarde, la labor de los policías permitió demorar a un muchacho de 30 años y domicilio en el barrio Martín Fierro de Bernardo de Irigoyen. Se presume que podría estar ligado al crimen pero se aguardaba anoche la autorización respectiva para allanar su vivienda detrás de evidencias o nuevas pistas. La sospecha principal continúa fija en que actuó un asesino entrenado para hacerlo, un sicario contratado o destinado para cumplir con la orden mafiosa de ajustar cuentas con la vida del objetivo.
En cuanto a la víctima fatal, se pudo establecer que posee varias propiedades en Bernardo de Irigoyen, entre ellas un complejo deportivo con cancha de césped sintético para fútbol cinco enfrente al galpón donde acopiaba mercadería y en cuya vereda fue abatido ayer.
Pero que su actividad comercial, mayoritariamente, corresponde a la exportación a Brasil de mercaderías, incluyendo frutas y hortalizas. Sin embargo, la venta o el contrabando de vino es una de las líneas que se mantiene para la investigación por probables en la orden de ejecutarlo a plena luz del día.
En la escena del crimen se recogieron plomos de balas calibre 38, de acuerdo al relevamiento preliminar. El arma utilizada fue un revólver lo que se sustenta también con que no se hallaron casquillos cerca del cuerpo, es decir, quedaron en el tambor.
Este tipo de armamento, es el habitual que utilizan los soldados del sicariato porque no se traba como las pistolas y no deja evidencia para analizar más allá de las municiones.
El juez de Instrucción de San Pedro, Belda Palomar, solicitó que el cuerpo de Fernández Da Rosa sea trasladado a Posadas para la autopsia en la Morgue Judicial. Se aguardan los resultados de los registros de cámaras de seguridad de la zona, entre otras medidas también solicitadas por el juez mencionado.
Se destacó también que Fernández Da Rosa era integrante de un club de “jeeperos”, dueños de automóviles Jeep que habitualmente compiten en zonas agrestes, o de chacras y monte. La sede del club en Bernardo de Irigoyen fue atacada hace pocos días por ladrones, quienes desmantelaron el lugar de elementos de valor.