La tranquilidad de Comandante Andresito pocas veces se ve alterada por algún hecho extraordinario. Hasta que algún suceso revoluciona las calles y pone en la vereda a sus casi 12 mil habitantes. Y en la tapa de los diarios a la localidad del noreste posadeño, cerca de la frontera con Brasil.
Algo así sucedió en mayo pasado, cuando Anelis Korniejczuk (16) ganó fama nacional al quedarse con la medalla de oro en jabalina y con la de plata en bala, en los Juegos Sudamericanos de la Juventud Rosario 2022. Cuando volvió a casa, todo el pueblo esperaba para darle un abrazo a quien es una de las proyecciones del atletismo misionero.
Lo de Anelis sorprende a propios y extraños. En poco tiempo logró romper sus propias marcas y quebró los récords provinciales de ambas disciplinas en la categoría U-18. Y aquellas jornadas consagratorias en los Odesur juveniles la llevaron a ser elegida por el Comité Olímpico Argentino como abanderada en la ceremonia de clausura de Rosario.
“Mi meta siempre fue representar a la Argentina, pero todo sucedió muy rápido, de repente”, le dijo a PRIMERA EDICIÓN la embajadora de Andresito, una de las deportistas misioneras distinguidas en lo que va de la temporada.
¿Te imaginabas un 2022 así?
No, la verdad es que no. Todo fue muy de repente, de la nada. Yo no me veía haciendo ese cambio, pero se fueron dando las condiciones. En principio, tuve más apoyo que en años anteriores y eso ayudó mucho. Además, después del parate por la pandemia, la planificación se fue haciendo cada vez más presencial. Y le fui agregando elementos cada vez más específicos, lo que me hizo evolucionar más rápido.
¿En qué se basaron esos cambios?
Po ejemplo, en la utilización de zapatillas con clavos, que usé por primera vez en el último Nacional U-18 en Resistencia (N. de R: hace un par de semanas, donde Anelis fue nuevamente oro en jabalina y, además, bronce en bala). Es decir, todos esos cambios me permiten evolucionar. Otro detalle es que ahora también estoy entrenando con una jabalina de aluminio, la misma con la que lanzo en los torneos. Y bueno, el año pasado también había sufrido una lesión en el hombro y durante mucho tiempo no pude entrenar al cien por ciento. Todos esos cambios fueron sumando.
En Resistencia lograste la clasificación al Sudamericano de Brasil… ¿Cómo te preparás?
Sí, va a ser del 8 al 11 de septiembre en San Pablo. Y va a ser mi primer Sudamericano U-18. Por ahora la planificación pasa por corregir varios tips. Y sucede que, al corregir ese tipo de detalles, las marcas en principio son malas, hasta que te vas acostumbrando. No sé cómo me va a ir en Brasil, pero estar allí ya va a ser todo un logro.
¿Cuáles son tus mejores marcas?
Mi mejor marca en jabalina es de 47,97 metros y la logré en Rosario. Y en bala es de 14,09. Fui avanzando en los últimos meses.
¿Y por qué las dos disciplinas?
En principio, siempre me fue mejor a nivel nacional en bala, pero después de Rosario dejé esa disciplina para dedicarme de lleno a la jabalina. Sin embargo, antes del Nacional en Chaco hablé con mis profes, Argentino Demetrio y Liliana Ortega, y volví a hacer bala. Por lo pronto, tengo pensado seguir con esas dos disciplinas hasta llegar a ser U-20. Y ahí elegiré una y otra. No va a ser una decisión fácil (se ríe).
¿Qué significó Rosario para tu carrera?
Ahí conseguí los dos logros más importantes que tuve en mi carrera hasta el momento. Mi meta siempre fue representar a la Argentina, pero no me imaginaba hacer oro y plata. Y menos, ser la abanderada en el cierre.
¿Qué recordás de esa noche? ¿Cómo te enteraste?
Estaba súper feliz, súper orgullosa. Un profesor me había dicho por la tarde que iba a tener un premio, una sorpresa. Y fue otro profe el que me avisó a eso de las 18. Y la ceremonia era ahí nomás, a las pocas horas. Fue una emoción enorme, algo increíble.
¿Cómo lo vivió Andresito?
Cuando volví, hubo acá un reconocimiento de la Municipalidad, me saludaron todos, mis papás Mónica y Pedro me estaban esperando, mis profes del Bachillerato Común 3. Fue algo inesperado. Todo el mundo me saludaba por la calle, incluso gente que yo no conocía. Fue muchísimo, algo que no había vivido nunca hasta ese momento.
¿Qué objetivos te quedan para este año?
Lo principal es el Sudamericano U-18 de Brasil. Lo ideal sería romper mi marca, pero igualmente voy con paciencia, porque sé que, a medida que vaya mejorando mi técnica, esa marca va a salir tarde o temprano. Y también están los Juegos Evita, que todavía me quedan los de este año y el otro.
¿Cuál es tu sueño? ¿Te imaginás en los Juegos Olímpicos?
No me imagino mucho, no tengo un sueño a largo plazo. Me gusta vivir cada torneo y tratar de dar lo mejor, viendo las posibilidades que van surgiendo. A medida que pasa el tiempo, voy tomando otras metas. Y así. Y lo de los Juegos Olímpicos sería lindo, pero imaginarlo todavía me da un poco de miedo (se ríe)… así que vamos paso a paso.