Con la misma intensidad y calma de la primera jornada de excavaciones que intentan hallar los restos de Mario Fabián Golemba (27), peritos de tres fuerzas federales bajo las órdenes de la representante de la Fiscalía Federal 2 de Posadas cumplieron ayer el séptimo día de labores periciales, esta vez en el centro de Oberá.
Desde las 8 y hasta las 15, un perímetro de seis manzanas en la zona del Centro Cívico (a tres cuadras de la catedral San Antonio) fue vallado por efectivos de Gendarmería Nacional para aislar por completo un terreno baldío en una de las esquinas del cruce de las calles Larrea y Chaco. En ese sitio en 2008 se estima que estaba montada aún una carpintería.
Durante los catorce años sin respuesta que arrastra la desaparición del joven agricultor de Picada Indumar en Dos de Mayo, la carpintería o pequeño aserradero también dejó de funcionar y fue desmantelada por completo, incluso la construcción de tejas que se utilizaba como vivienda.
Al terreno cerrado por paneles de chapas de zinc, apuntaron las sospechas durante el último año de instrucción de la causa por “desaparición forzada” en la Justicia Federal posadeña. Un testigo habría señalado que un exjefe de la Policía provincial le confesó ese sitio como presunto lugar en el que Golemba fue enterrado después de ser detenido y asesinado el 27 de marzo de 2008 cuando se presumía que se dirigía de regreso a su hogar tras la visita a una nutricionista en Oberá.
El predio fue rastrillado con intensidad, fueron marcados cinco puntos sucesivos para que las perras entrenadas para detectar restos óseos, entre otras habilidades, que posee la Policía Federal recorrieran con su olfato.
Los lugares sospechosos que indicó el escáner de la Dirección Criminalística de Gendarmería fueron repasados con calma por los peritos y observados por los secretarios de la Justicia Federal, pero sin que se lograran los resultados buscados.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN remarcaron, antes de que se inicie la jornada de búsqueda en Oberá, que se sumaron nuevas pistas e hipótesis con testigos acercados a los investigadores que participan en la instrucción del expediente bajo la carátula “desaparición forzada”, delito imprescriptible por ser considerado de lesa humanidad, que prevé penas de prisión perpetua en el artículo 142 Ter del Código Penal Argentino.
Por tal motivo, se analizarán los nuevos sitios a ser rastrillados en Oberá y en otras localidades de la zona centro. La línea de investigación que atraviesa a la participación policial en la desaparición de Mario Golemba desde 2008 es la principal. Pero durante catorce años sólo derivó en un allanamiento con excavación en una dependencia de la Policía de Misiones, un destacamento en zona de colonias y chacras de Dos de Mayo.
El inicio de la pesquisa para hallar a Mario Golemba comenzó en 2008 en el ámbito del Juzgado de Instrucción 1 de Oberá, por entonces en manos de la jueza Alba Kunzmann de Gauchat. Pero no se obtuvieron resultados. En julio de 2021, la Justicia Federal de Posadas abrió un expediente por “desaparición forzada” y en los últimos doce meses ya superó los trece años de inacción y sospecha de impunidad.
“Todas las iglesias tienen que involucrarse”
“Hasta en las oraciones de las capillas de la zona se sigue pidiendo por Mario Golemba”, se lo contó ayer el obispo de Oberá, Damián Bitar, a Eliezer Golemba, hermano del joven desaparecido y querellante en la causa federal.
El encuentro en el Obispado de Oberá se produjo de manera sorpresiva tras la aparición de un emisario de Bitar en las excavaciones que se realizaban a pocas cuadras, en el cruce de las calles Chaco y Larrea, quien se entrevistó brevemente con el familiar de la víctima y pactó la reunión que se concretó pocos minutos después.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Eliezer relató detalles de la charla: “Yo no soy católico y Damián Bitar me dijo que lo sabía. Esa predisposición y compromiso con la causa que demostró, me sorprendió, me alentó, me dio fuerzas, fue muy bueno el encuentro. Todas las iglesias tienen que involucrarse para combatir estos delitos como desaparición, tortura y muerte. La biblia lo dice, las religiones lo indican. No es sólo prédica, es estar en el hecho e intervenir”.
Golemba agregó que mantuvo, durante las últimas horas, una conversación informal con la fiscal federal Silvina Gutiérrez: “Me dijo que la causa va a continuar, que a Mario lo van a seguir buscando, que es un expediente que no se cierra ni prescribe. Aún sin cuerpo, es un delito imprescriptible y puede ser juzgado. Tener la afirmación de la fiscal, me alienta, me lo dejó en claro y eso transmito al resto de mi familia”.
“Hay una madre que espera los restos de su hijo para poder velarlos hace catorce años. Lo recalcaba mi papá también (Antonio), necesitaba un lugar para llevarle flores a Mario”.
“La madre es una institución que todos respetamos y hay que pensar en ella que está esperando por los huesos de Mario, por eso pedimos que el que sepa donde encontrarlo, que lo diga de manera anónima al menos”.
Además volvió a destacar que “la investigación seria comenzó hace un año y ya superó al expediente con trece años anteriores. Hoy hay más cuerpos y fojas que toda la causa de la Justicia provincial (…) Hoy creo que el pacto de silencio se rompió y aparecerán personas que aporten la verdad”.