El último sábado, miembros del Frente de Trabajadores de la Educación se reunieron en asamblea para establecer cuáles serían los puntos a tratar en la mesa de diálogo con el Gobierno, propuesta en principio para el próximo 11 de julio.
Dos aspectos importantes que tratarán son el rechazo a la extensión de una hora más de clases, y también la exigencia del aumento del salario a un mínimo de $80.000.
En detalle, Mónica Gurina, dirigente de ATE y CTA autónoma argumentó en la FM 89.3 Santa María de las Misiones cuáles son los motivos por los cuales rechazan la implementación de una hora más en las escuelas.
El “rechazo y la resistencia” surge por parte de todo el Frente, pero aclaró que no se trata de una “posición caprichosa, o que simplemente no quieren sumar una hora más”, sino que consideran que detrás de cada decisión que toma el Gobierno, hay una serie de incongruencias y precariedades que son indispensables atender, para que el funcionamiento de una nueva medida pueda desarrollarse eficientemente.
Criticó la iniciativa de “sumar horas de clases y no pensar en la actualización del docente”, si no se piensa “en la infraestructura, no se evalúa que en todas las escuelas debe haber un portero”, en razón de que, por ejemplo, “una hora más de permanencia también implica mayor orden y limpieza”, o “la situación de los comedores y las cocineras”. Entonces, insistió Gurina “es una cuestión desprovista de un montón de elementos que hacen al bienestar y a una escuela pública de calidad”.
La referente contó que algo similar ocurre desde que se implementó el horario extendido:
“La jornada extendida cuando se implementó, fue absolutamente en forma precaria. Porque las cocinas no tienen los elementos, no hay comedor, además hay que hacer talleres y esos talleres no se hacen, no hay espacio. Entonces en el aula vos das clases, comés, limpiás, hacés el taller, todo en un mismo lugar. Hay muchas escuelas que lo hacen bajo precariedad y sobre las espaldas de los docentes”, determinó.
Otro reclamo crucial que expuso en la entrevista Mónica Gurina, se relaciona con la falta de consideración y de escucha a los docentes por parte de las autoridades para la toma de decisiones, según indicó.
“En todo este tiempo, todas las políticas educativas se implementaron sin nosotros, sin los actores, sin los docentes, sin una consulta, sin un intercambio, sin nuestras miradas. Así fue la ley federal, así fue la jornada extendida, cada uno de nuestros pedidos y reclamos no son escuchados, y entonces ahora aparece un nuevo elemento: la hora de clase”, explicó.
Si esta hora no se conversa y analiza con los docentes, “otra vez será la foto del Gobierno Nacional o Provincial con una supuesta política pública que va a cambiar y que va a mejorar”, criticó determinante. A la vez que aseguró que desde el gremio “lucharán por los derechos de los docentes y de los niños”.
Otro reclamo: un piso salarial de $80.000
Mónica Gurina aclaró que hasta el momento no se han reunido con las autoridades del Gobierno para tratar la hora de clase. Aunque habían fijado una mesa de diálogo para el 11 de julio. Instancia en la que también esperan abordar la cuestión salarial y la “actualización y la capacitación en servicio”.
En la reunión expondrán todas las problemáticas que atañen la situación escolar, y en relación a las nuevas medidas. “Estamos a la espera de que esta convocatoria sea en función de poder analizar el primer semestre y comenzar a trabajar el segundo”. Además, dijo que otro tema principal será el salario.
“Exigimos un piso de $80.000, en relación de lo que está la canasta y la inflación”, apuntó la referente del Frente de Trabajadores de la Educación.