
La bajante histórica del río Paraná “es un problema muy serio que afecta múltiples factores de la vida, del ambiente, la naturaleza y la economía”. Así lo aseguró a PRIMERA EDICIÓN el ingeniero en Recursos Hídricos, especialista en Gestión Ambiental, investigador y docente de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), Enrique Gandolla.
Es que la zona agrícola más importante del país, que depende del transporte fluvial, está sufriendo el impacto de la baja de caudales ya que esto “genera mayores costos para la salida de la producción”.
En este sentido, apuntó que el impacto económico “ya se está sintiendo en los pueblos del Litoral”.
“Toda la producción de la zona agrícola más importante del país, como Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Chaco y también del Paraguay, que sale por transporte fluvial hoy está con enormes dificultades para entrar a los puertos porque no hay suficiente calado”, advirtió.
En consecuencia, Gandolla sentenció que cuando los buques logran entrar a los puertos, “salen con mucho menos carga de la que podían llevar porque no tienen calado para cargar la máxima capacidad, y esto encarece absolutamente el transporte de la producción agrícola”.
A su vez, observó que la bajante ya está generando un problema serio también en “las industrias que están localizadas sobre los ríos, que tienen al agua como un insumo importante y que han diseñado tomas para determinados niveles del río. Tendrán que hacer obras de adaptación o adecuación a estos nuevos niveles que hoy están muy bajos”.
Precisó además que la calidad del agua “se ve comprometida por estos niveles de caudal. Todos los efluentes que se vertían al río, ya sean cloacales o industriales, se encuentran con un canal de difusión mucho menor de lo que corresponde a la normalidad, entonces los niveles de calidad de agua se ven agravados”.
El impacto de la baja de los ríos, a su vez, alcanza a la biodiversidad. “Los cardúmenes de peces no tienen espacio donde moverse y se ven afectados los ciclos de reproducción”, alertó el ingeniero.
Causas
El experto explicó que “las precipitaciones son una de las variables que caracterizan a un clima y que están determinadas por fenómenos exteriores a esta región”.
Con respecto a la sequía, Gandolla expresó que “lo que está sucediendo es que hay alteraciones climáticas” y que “además está el tema del calentamiento global que pronostica para nuestra región en particular eventos extremos que tendrán mayor relevancia en el clima local”.
“Esto quiere decir que van a ser más prolongadas las sequías, o que vamos tener períodos con lluvias más torrenciales, más intensas o más dañinas”, sostuvo.
Detalló que “estamos pasando ya por un segundo año de sequía muy intensa, con un fenómeno de La Niña, que está regido por el calentamiento del Pacífico, que no es suficiente entonces se genera menos masa de humedad y hay menos precipitaciones en la región”.
De acuerdo al ingeniero esto “influye no solamente en el Litoral Norte sino también en la Pampa Húmeda. Es por la falta de precipitaciones, ya llevamos dos años y los pronósticos indican que esta situación se prolongará por lo menos hasta septiembre”.
Y acotó que “hay indicios de que podría estar apareciendo nuevamente el fenómeno de La Niña, que quiere decir un nuevo período de escasez de precipitaciones en nuestro verano, o sea que esta situación se va a prolongar y se va agravar”.
“Es una situación muy seria que tendrá repercusiones en los caudales del río y en los niveles que son los que hoy más preocupan porque en función de esos bajos niveles que tienen los ríos, como el Paraná, y en todo el litoral hay problemas para la navegación, para el abastecimiento de agua no porque no haya suficiente sino porque las tomas han quedado alejadas de los lugares donde se ha concentrado el agua en el canal”, concluyó.
La afluencia del Brasil
Consultado sobre la influencia que tiene la sequía en Brasil y la administración de las represas hidroeléctricas en la crisis hídrica que afecta a Misiones, el ingeniero Gandolla señaló que “los brasileños también están sometidos a este problema de falta de lluvias”.
“Para Brasil la energía hidroeléctrica es sumamente importante, casi el 70%del consumo energético brasileño está asociado a la generación hidroeléctrica, entonces es razonable que ellos estén haciendo algún tipo de manejo para tratar de retener y erogar el menor caudal”, consideró.
En consecuencia, observó que “se ha advertido que esto puede afectar a otras actividades, como el turismo, el riego, además de los problemas ambientales que genera por deficiencia de caudales por la falta de lluvias y por la necesidad que tienen ellos de operar estos sistemas de represas para garantizar el servicio energético. En estos momentos de crisis este manejo puede significar algún punto extra en el problema”, afirmó.
Programa de gestión ambiental para las cuencas hídricas
El ingeniero Enrique Gandolla realizó un estudio, impulsado por la Red Misionera Agua para el Desarrollo Rural y en conjunto con el técnico del Ente Provincial Regulador de Agua y Cloacas (EPRAC) Maximiliano Toresani, que sirve como un aporte para la creación de un programa de gestión ambiental de las cuencas hídricas. En esta presentación advirtieron que “ya la provincia está teniendo dificultades en varias localidades en el abastecimiento de agua, y que se hace imperioso poner en marcha un programa de gestión ambiental de las cuencas para minimizar esos problemas que están afectando a la calidad y a la disponibilidad del agua”.
“Advertimos la situación de sequía frecuente, los cambios en los usos del suelo que se están dando en la provincia, el desarrollo de las actividades y el crecimiento de las ciudades, y decimos que para minimizar estos problemas es necesario poner en marcha cuanto antes un programa de gestión ambiental de las cuencas”, detalló.
Gandolla observó que entre los principales problemas que afectan a las cuencas están “los cambios del uso del suelo y la eliminación de la cobertura forestal o selvática para convertir las tierras a la agricultura”, ya que “no se garantiza la adecuada capacidad de infiltración de agua al suelo”.
“La cobertura vegetal de la selva cumple la función de regularla cantidad de agua que entra al suelo y penetra en los acuíferos. Cuando eliminamos esta cobertura favorecemos a que la lluvia que cae sobre el terreno se escurra más rápidamente hacia los cursos de agua y con la pendiente que tenemos esta se va de la provincia”, explicó. Otros factores que contribuyen a esta problemática son “las cunetas de los caminos y la expansión de las áreas urbanas que actúan como superficies impermeables”.
“Es necesario pensar en rediseñar el desarrollo de estas áreas urbanas con un modelo más amigable para mantener el agua en el territorio”, cerró.