La Argentina tendría que acceder en los próximos meses a un nuevo acuerdo con el FMI para pagar lo que se debe por el programa de 2018. El acuerdo stand by fue firmado por el Gobierno de Mauricio Macri. El total del préstamo es de u$s57.000 millones del cual se utilizaron hasta ahora u$s45.000 y finaliza en 2024.
Desde el ministerio de Hacienda sostienen que “las relaciones constructivas con el FMI no evitan discutir lo más álgido: el horizonte fiscal, los subsidios a la clase media y alta y las reformas estructurales atadas a un programa de facilidades extendidas”.
Por otro lado, el ministro de Hacienda, Martín Guzmán, había anticipado en mayo que “si no hay acuerdo hasta principios de junio, quedará para después de las elecciones”. Pero desde el Gobierno y en el mercado financiero se analizan varias alternativas para la renegociación de ese acuerdo que se firmó en junio del 2018 y finaliza en diciembre del 2024.
Entre estas cuatro alternativas se pueden citar:
• Un nuevo acuerdo firmado antes de las elecciones: se trata de la hipótesis con menor probabilidad de ocurrencia de acuerdo a lo que afirman algunos funcionarios del Gobierno. En ese aspecto es importante destacar las declaraciones de este fin de semana del director de Argentina en el FMI Sergio Chodos, uno de los hombres del equipo económico con llegada directa a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
“El acuerdo con el FMI se va construyendo en etapas. Como el acuerdo va a necesitar un nivel de debate y revisión interna y externa, va a pasar por el Congreso de la Nación”, dijo el director, quien además destacó: “Nosotros no nos ponemos una agenda específica; seguimos avanzando en hitos y en tener áreas de acuerdos. Estamos muy encaminados en construir escalón sobre escalón”.
Además señaló que “falta un tiempo para que podamos verlo plasmado”. Uno de los aciertos de Kristalina Georgieva es haber dividido la discusión sobre necesidad de la distribución de los DEG y cómo se distribuye lo que tienen los países que tienen exceso y no los necesitan.
Este discurso va en línea de lo recientemente manifestado por el ministro Martín Guzmán en la reunión del G20 en Venecia que indica que el Gobierno se tomará un tiempo más allá de las elecciones de noviembre próximo para cerrar un nuevo acuerdo.
Por otra parte, algunas fuentes de ala política del Gobierno han manifestado en reuniones privadas la inconveniencia política de firmar un acuerdo antes de las elecciones.
• Una renegociación a la “Néstor Kirchner”: esta opción se fundamenta en lo que ocurrió en septiembre de 2004, cuando Néstor Kirchner decidió no renegociar un acuerdo stand by con el FMI y dejar de pagar al organismo. Luego de la llegada al poder de Kirchner el 25 de mayo del mayo del 2003, las negociaciones para lograr un nuevo acuerdo con el FMI habían entrado en punto muerto.
El 31 de agosto de 2004, el director gerente del FMI, Rodrigo Rato, llegó a la Argentina para obligar al gobierno a firmar un nuevo acuerdo. La intención del directivo era prorrogar el stand by por una tercera revisión de ese acuerdo que vencía en septiembre por otro año más, pero imponiendo condiciones más rígidas a la Argentina que no eran aceptadas ni por Néstor Kirchner ni por Roberto Lavagna, y su equipo económico encabezado por el viceministro Guillermo Nielsen y el jefe de Gabinete Alberto Fernández.
Kirchner había comenzado a madurar la idea de no pagar y echar al FMI de la Argentina y pagarle al FMI en efectivo la deuda de unos u$s9.500 millones lanzando la famosa frase “Desendeudarnos para Desintervenirnos”.
Finalmente, el 17 de septiembre de 2004 Kirchner y Lavagna decidieron no firmar un nuevo acuerdo y la Argentina a partir de ese momento suspendió su relación con el FMI.
Ese momento no es ni parecido al actual. Kirchner utilizó unos u$s9.500 millones de los u$s30.000 que había de reservas liquidas en el BCRA para cancelar la deuda con el FMI en enero del 2006 y obligó al organismo a cerrar su oficina en el país. Hoy las reservas internacionales liquidas llegan a unos u$s7.000 millones, la deuda con el FMI suma unos u$s45.000 millones y el FMI está instalado nuevamente en Argentina.
Además, en ese entonces el dólar oficial valía 3 pesos y no había dólar paralelo. Hoy, el oficial vale $96 y el paralelo vale más de 180 pesos.
• Una renegociación del acuerdo para después de las elecciones: en este caso se trataría de un Acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF) a 10 años de plazo y con 3 de gracia para empezar a pagar desde el 2025.
Guzmán pretende renegociar todos los vencimientos del acuerdo stand by desde el 2022 y recién comenzar a pagar en el 2025.
Esto le evitaría al Gobierno pagar unos 18.000 millones de dólares por año de intereses y amortizaciones en el 2022 y 2023 de un acuerdo firmado por Mauricio Macri el 7 de junio de 2018 por un total de 57.000 millones de dólares, que finaliza en 2024.
• Una renegociación a la “Francisco”: esta es una de las alternativas que también se exploran con un acuerdo de más largo plazo que llegaría a los 20 años. Se fundamenta en un apoyo del Papa Francisco para que los países pobres muy endeudados puedan renegociar sus deudas a plazos más largos que los actuales. Para lograrlo habría que modificar los estatutos del FMI. Esta alternativa es sostenida por la que llaman el “ala católica” del Gobierno.
Luego de la visita del ministro al Vaticano en mayo pasado la Argentina reforzó la idea del pedido del Papa por “una renegociación de la carga de la deuda” para “los países más necesitados” y reclamó voluntad política para generar cambios.
Fuente: iprofesional.com