El problema de la provisión de agua potable en el municipio de Bernardo de Irigoyen parece no tener fin y se agrava cuando las temperaturas empiezan a subir. Con una comisión directiva casi extinta (solo cuenta con un síndico), la Cooperativa de Provisión de Agua Potable de Irigoyen Limitada (COOPABIL) tuvo que acudir al Municipio para que la asista, debido a la crisis económica e institucional que atraviesa.
El intendente de la localidad, Edgardo Aquino, expuso la compleja situación que enfrenta, señalando graves problemas de infraestructura, financiamiento y operatividad. Asimismo, describió cómo esta cooperativa, responsable de proveer agua potable a la población local, se encuentra prácticamente paralizada, en una situación de abandono que ha generado una crisis en el suministro del recurso vital en distintas zonas de la ciudad.
Intervención del Municipio
Ante la evidente incapacidad de la cooperativa para garantizar el servicio, Aquino sugirió la posibilidad de que el Municipio se haga cargo temporalmente del suministro de agua hasta que la COOPABIL pueda normalizar su situación. “Nosotros estamos interesados en que, en una de esas, nos puedan otorgar a nosotros la provisión de agua, o sea, el servicio de agua, hasta tanto se regularice la comisión de la cooperativa”, afirmó a PRIMERA EDICIÓN.
El Intendente explicó que la falta de balances actualizados y una asamblea que valide la administración de la COOPABIL impidieron cualquier reestructuración interna que permita un funcionamiento efectivo de la cooperativa. “Aparte, si nos ofrecen los balances, ¿cómo pueden llamar a asamblea, si verdaderamente no tienen nada en regla?”, cuestionó.
Esta situación ha generado una parálisis administrativa, ya que los socios actuales no han podido encontrar una solución viable para enfrentar la gran deuda que enfrenta la Cooperativa. En este sentido, Aquino instó a los socios de la cooperativa a reunirse y formar una mesa de diálogo que incluya a todos los organismos pertinentes para buscar una salida.
“Yo creo que tiene que haber una mesa de diálogo, en el cual estén todos los organismos que tienen que ver en la problemática y buscar algún entendimiento, alguna salida y constituir a que se pueda llamar a asamblea y que ahí se normalice”, propuso.
Acciones de la Comuna
“Nosotros prácticamente estamos invirtiendo algo que no recuperamos nunca, y son importantes inversiones, porque con la quemadura de motores o de bomba no más es una millonada”, expresó Aquino y destacó el esfuerzo financiero que está haciendo el Municipio para intentar solucionar la crisis.
Sin embargo, subrayó que la situación sigue siendo crítica debido a las múltiples averías en el sistema de distribución, que impiden la llegada de agua a diversos barrios, especialmente los más alejados.
Actualmente, el Municipio trabaja en trasladar cisternas y crear subestaciones de bombeo intermedias para mejorar la presión y garantizar la llegada del agua a los sectores que hoy están desprovistos del servicio.
“Estamos instalando cisternas a mitad de camino, diríamos, de los barrios más alejados, para tratar de hacer una subestación de bombeo, darle presión y que llegue a esos barrios”, comentó.
La situación se complica aún más por el estado de abandono en que se encuentra la COOPABIL, agravado por lo que Aquino considera una politización perjudicial de la cooperativa. “Esta cooperativa está en abandono hace muchos años y eso se politizó. Cuando vos politizás para bien, bueno, macanudo, el aplauso; pero cuando lo haces para mal, para empeorar la situación, tenemos estas consecuencias”, manifestó.
Según el intendente, la politización de la cooperativa ha impedido el desarrollo de soluciones efectivas y ha exacerbado los problemas de administración.
Falta de obras
La situación de la COOPABIL también se ha visto afectada por la paralización de una obra de infraestructura clave: la construcción de una nueva represa que, según Aquino, era la esperanza de la comunidad para resolver los problemas de suministro.
“Acá había una esperanza, acá se había comenzado los trabajos de una nueva represa, que estábamos esperanzados que iba a ser la solución definitiva, pero resulta que con la paralización de las obras […] ya no hay esperanza de que esto continúe”, comentó con desazón. Esta obra había sido iniciada por el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA), pero la desaparición del organismo dejó el proyecto inconcluso.
Por otra parte, Aquino mencionó que en la actualidad la COOPABIL enfrenta importantes deudas con proveedores y entidades como EMSA, AFIP y otras. Además, el incumplimiento de los pagos al personal se ha convertido en una constante, lo que también afecta el funcionamiento de la cooperativa.
El Intendente remarcó que, pese a los esfuerzos realizados desde la gestión municipal, algunos sectores de la comunidad insisten en recurrir al Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) para buscar una intervención. Sin embargo, Aquino se mostró escéptico respecto a esta medida.
“Siempre les decimos que la solución no va a venir de allá, la solución la tenemos que dar nosotros o con el auxilio del Gobierno de la provincia, porque de allá no está viniendo nada”, enfatizó, sugiriendo que la intervención del INAES difícilmente resolvería la crisis.
Obra inconclusa
A propósito del ENOHSA, en el 2021, en el marco del programa PROFESA, la institución anunció el emplazamiento de una obra de ampliación y optimización del sistema potabilizador de agua potable. El proyecto, que buscaba garantizar una mejora en la calidad del servicio y le permitiría al Municipio alcanzar una cobertura del 100%, tenía un presupuesto de unos $1.300 millones.
Los trabajos, que iniciaron en el 2021, proyectaban la instalación de 2.320 conexiones domiciliarias y más de 64 km de cañerías. No obstante, como otras obras, no se culminó en el tiempo estipulado y, con el cambio de Gobierno nacional y la suspensión de la mayoría de las obras públicas, esta quedó con un avance del 21,33%, sin poder brindar ningún tipo de solución a los vecinos de Bernardo de Irigoyen.
Emergencia hídrica
La gravedad de la situación llevó al Concejo Deliberante de Bernardo de Irigoyen a declarar la emergencia hídrica hace unas semanas, una medida destinada a enfrentar el déficit de agua potable en la ciudad. Aquino indicó que la falta de mantenimiento y renovación de las redes de distribución ha sido uno de los factores más críticos en la crisis actual.
“Aquí hace falta hacer una reparación total de las redes, fundamentalmente, las que están obsoletas y después hay una gran cantidad de mangueras que eso también ocasiona pérdidas de agua y quitan la presión para que llegue a otros sectores”, explicó el Intendente.
La falta de inversión y de un plan de gestión adecuado ha generado una acumulación de deudas, tanto con el personal como con otros organismos, como la Empresa de Energía de Misiones Sociedad Anónima (EMSA) y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP, ahora ARCA).
“Las deudas son generalmente con EMSA, AFIP, con el personal y después algunos proveedores, pero la mayor parte es con EMSA”, puntualizó Aquino. A esta situación se suma una baja en la recaudación por parte de los usuarios, ya que, de los cuatro mil que aproximadamente existen, solo entre el 20 y el 30% paga regularmente por el servicio.
En un intento de buscar soluciones, el Municipio ha dialogado con la ministra de Acción Cooperativa, Liliana Rodríguez, y con el Instituto Misionero de Agua y Saneamiento (IMAS). “Todos están al tanto, inclusive el IMAS, que ayer vinieron los camiones con el guinche para tratar de solucionar los problemas que se nos presentaron en varios pozos”, detalló Aquino.
Sin embargo, estos esfuerzos han sido insuficientes para solucionar el problema de fondo, y los actos de vandalismo en las instalaciones agravan la crisis. “También están los vandalismos en forma permanente, también hay consecuencias de eso, de aquellos que se encargan de echarle leña al fuego y ocurren este tipo de cosas que ya se torna incontrolable”, lamentó.