La reciente implementación del Decreto 765/2024, que actualiza la normativa de derechos de autor para adaptarse a las nuevas realidades tecnológicas y sociales, introdujo modificaciones significativas al régimen de propiedad intelectual y fue recibida con alivio por parte de los organizadores de eventos en Misiones.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Cristina Padin, vicepresidente de la Asociación Misionera de Proveedores y Organizadores de Eventos (AMPROE), expresó que el sector está “muy contento por el hecho de que alguien se haya fijado en este tema”, refiriéndose a las percepciones que, hasta ahora, hacían “muy pesado el presupuesto para cualquier evento”.
El decreto, aunque todavía en proceso de reglamentación, busca proteger la propiedad intelectual en un contexto tecnológico muy diferente al de su creación original en 1934. “Perfecto lo de proteger la propiedad intelectual”, comentó Padin pero pidió no olvidar que el Decreto Reglamentario 41223/1934 “es un decreto que ha quedado desactualizado”, por eso la actualización es vista como un paso adelante, aunque el sector aún espera una mayor claridad en la reglamentación, especialmente en lo que respecta a la definición de los ámbitos privados y públicos.
La normativa anterior imponía cargas económicas significativas, incluyendo un porcentaje fijo sobre el precio bruto de los eventos, lo que en algunos casos representaba hasta un 15% del costo total. Según Padin, estos cobros “se manejaban de manera poco clara, dependiendo del tipo de evento”, lo que generaba una doble imposición para los organizadores y los dueños de salones.
A nivel nacional, la Federación Argentina de la Industria de los Eventos también está monitoreando la situación, con la esperanza de que la reglamentación final del decreto reduzca definitivamente los costos asociados a la organización de eventos.
“Sin duda, van a bajar muchísimo los costos”, afirmó Padin, destacando que esto es especialmente relevante para eventos sociales como casamientos y fiestas de quince años, donde los gastos por derechos de autor podían elevarse considerablemente.
A pesar de las expectativas, el sector se mantiene cauteloso a la espera de la reglamentación definitiva. “Estamos, por así decirlo, con un niño recién nacido que todavía no ha empezado a caminar”, concluyó Cristina Padin, refiriéndose a la necesidad de esperar para ver cómo se aplicará la normativa en la práctica.