Fue en abril de este año cuando la tragedia sacudió a la comunidad educativa del Colegio Santa María de Posadas con la pérdida de dos queridos alumnos: Juan Cruz Martínez y Luca Ceballos. A pocos meses del siniestro vial, familiares y amigos decidieron transformar el dolor por la ausencia de los chicos en un instrumento para ayudar a otros. Por tal motivo, este domingo realizaron un picnic en la zona ubicada en la Costanera cerca del Bike Park, donde plantaron los lapachos blancos, en recuerdo de los jóvenes estudiantes.
Durante la tarde, la convocatoria se propuso como objetivo reunir juguetes que serán destinados a diferentes espacios de la ciudad, conmemorando así el mes de las infancias. De esta forma, poco a poco juntaron donaciones que en la brevedad llegarán a su destino. Sumado a esto, fue un momento donde los allegados de Juan Cruz y Luca se juntaron a compartir historias y recordarlos con cariño. Por ello, lograron reunir numerosos juguetes para los niños que más los necesitan y ahora seleccionarán dónde llevarlos.
Sobre las acciones a futuro, relacionados con la historia de estos estudiantes, cabe mencionar que, en este sector de El Brete, está en pie el proyecto de colocar una placa en honor a los alumnos del Santa María y está planificado avanzar en ello para el próximo mes.
Honrar a sus amigos
En el inicio de la jornada solidaria, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN la mamá de Juan Cruz, Gabriela Encina Cross, contó que “este picnic solidario surge de la idea de los amigos de Juan Cruz”. En cuanto a cómo se fue planificando, indicó que “un día en el ensayo (para la Estudiantina) nos reunimos todos, como hacemos normalmente, y en este mes del niño ellos quisieron honrar a sus amigos, porque lo recuerdan de esa manera, ya que siempre estuvieron muy presentes con ellos”.
Entonces, entre los propios compañeros del Santa María y los amigos de los adolescentes “dijeron porque no llevamos y juntamos juguetes para los niños, en este mes del niño”. Entre los espacios donde planificaron la distribución, mencionó diferentes lugares como el hospital, hogares de niños, así como centros que asisten a familias necesitadas. Al cerrar la jornada, contó que “vamos a juntarnos a decidir dónde porque la verdad es que hay muchos lugares, merenderos, el hospital”.
Una vez que seleccionen todas las donaciones que este domingo lograron juntar en buena medida a lo largo de la tarde, comentó que se organizarán para distribuirlos en varios lugares porque “la idea es poder ir todos juntos a entregar estos juguetes”. También fue un momento de emoción entre las diversas familias, quienes una vez más se unieron para hablar sobre estos jóvenes, compartir historias y recordarlos con cariño.
Más allá de los familiares, estuvieron presentes los amigos y compañeros de Juan Cruz y Luca. Entre ellos, Delfina compartió que la idea del picnic “es una muy buena manera de poder recordar a nuestros amigos, ya que es una acción positiva”. De tal forma, convertir la tragedia en un acto de amor y solidaria es una forma de devolver a la sociedad el cariño que recibieron: “ellos también hubiesen querido que los recordemos de esta forma y que hagamos cosas positivas en su nombre”.
Respecto a la memoria que queda de sus compañeros, aseguró que, a pesar de la ausencia física, ellos siguen presentes y en cuanto a la vida escolar, indicó que “yo iba al mismo curso que ellos y la verdad que estar en el curso, ver los videos y los chistes que hacíamos es muy lindo, siempre los vamos a recordar de esa manera”. Entre los recuerdos, otra de sus compañeras, Guillermina, explicó que “de Juan Cruz quedan millones de historias para contar, de Luca también, con amor y felicidad, un montón de chistes”.
De tal forma, una vez más son los jóvenes quienes impulsan acciones solidarias y en este mes de las infancias, hubo numerosas colectas de juguetes destinados a los barrios más humildes. Con el picnic solidario, más allá de la comunidad del Santa María y los familiares de Juan Cruz y Luca, poco a poco se hicieron presentes aquellos que se enteraron de la convocatoria y llevaron sus donaciones.
Desde que ocurrió el siniestro, todo Posadas se movilizó por la historia de estos estudiantes y ahora sus allegados buscan conectar en acciones concretas con la sociedad, para ayudar a los demás y de paso compartir un poco de la alegría que dejaron en sus seres cercanos.
De una tragedia a brindar vida
El 11 de abril de 2024, una tragedia sacudió a la ciudad de Posadas cuando un grupo de cinco estudiantes del Instituto Santa María se vio involucrado en un accidente automovilístico mientras se dirigían a una clase de educación física. Resulta que el vehículo, un Peugeot 207, perdió el control al entrar en una rotonda y colisionó contra un utilitario estacionado. Como resultado del siniestro, los jóvenes fueron trasladados de urgencia al Hospital Ramón Madariaga, donde dos de ellos, Juan Cruz Martínez y Luca Ceballos, lucharon por sus vidas en la unidad de terapia intensiva durante seis días.
Lamentablemente y con poco tiempo de diferencia, el 17 de abril, Juan Cruz y Luca fallecieron a causa de las graves heridas sufridas en el accidente. La noticia de su partida conmocionó a la comunidad educativa y a toda la ciudad, quienes se unieron en un sentimiento de profundo pesar.
Sin embargo, en medio de la tragedia, las familias de ambos jóvenes tomaron una decisión que reflejó su generosidad y amor: donar los órganos de sus hijos. Esta noble acción posibilitó que al menos 14 personas en lista de espera reciban trasplantes vitales, otorgándoles una segunda oportunidad de vida.