Mientras el Gobierno intenta plasmar en los hechos lo que promociona como un éxito económico que merecerá hasta un Nobel, en el terreno la pobreza se extiende como una continuidad entre las gestiones anteriores y la actual. Ya bien entrado en el primer cuarto de su administración, el oficialismo mantiene a la inflación como dato positivo… y casi todo lo demás en la otra vereda.
Y es que ya ni siquiera puede celebrar superávit. A partir del fuerte ajuste sobre los trabajadores y jubilados, la recaudación cayó estrepitosamente al igual que el consumo.
Los resultados están a la vista le pese a quien le pese. La pobreza en el primer trimestre del año superó el 54,9% de la población, y el 20% ya vive en la indigencia y no alcanza a cubrir los requisitos alimentarios básicos.
La medición, desarrollada por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina utiliza la base de datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) publicada por el INDEC.
Las cifras son realmente alarmantes teniendo en cuenta que están muy por encima del cierre de 2023, cuando los pobres abarcaban al 45,2% de la población, y la indigencia al 14,6%; y también porque a ese fatídico primer trimestre de 2024 le siguió otro de profundización del ajuste, con lo que cabe esperar cifras negativas históricas para la primera mitad del año en curso.