Pocos segundos después de las 15, en su vivienda del barrio El Porvenir II de esta capital, fue hallado sin signos vitales y colgado de un tirante de madera del techo de zinc, Walter Rubén Velázquez, de 32 años y testigo en las investigaciones del femicidio de Mirta Carmen Rosa en febrero de 2013 en un descampado del barrio Los Potrillos de Garupá. Alias “Chinito Fleitas” tal como se lo nombró en sus reiteradas participaciones en delitos contra la propiedad, fue encontrado por su hermana de 23 años, quien alertó a la policía de lo sucedido.
De inmediato se comunicó al juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, de turno este mes y el mismo a cargo de la investigación que se abrió en agosto de 2023 tras el primer juicio por la muerte de la docente de 44 años en el que dos efectivos de la comisaría Quinta de Garupá fueron condenados, Aníbal Aldo Gabriel Villalba (37) y Luis Albino Rotela (45), por el delito de “abandono de persona” a penas sin prisión efectiva de cuatro y dos años, respectivamente.
La sentencia del Tribunal Penal 2 incluyó que se abriera la investigación y se vuelva a investigar el femicidio y que se impute como coautores de “homicidio calificado criminis causa y por haber sido perpetrado por personal de la fuerza de seguridad” contra la docente, además de “apremios y torturas” a “Chinito Fleitas”, e “incumplimiento de deberes de funcionario público y falsedad ideológica”, artículos 80 (incisos 7 y 9), 144 bis, 248 y 293, para tres policías de la brigada de Investigaciones de la UR-X: Emilio Federico Broemser, subcomisario; Adrián Roberto Borda, sargento y José María Bernal, sargento. Los tres fueron apuntados por Velázquez como quienes lo sacaron de una celda de la Quinta de manera irregular y lo llevaron a la canchita de fútbol del barrio Los Potrillos, donde lo golpearon para que indicara qué destino le habría dado a elementos robados.
Esto ocurrió el 14 de febrero de 2013 a la misma hora y en el mismo lugar donde hallaron a Mirta Rosa con la cabeza rota y la vejiga estallada.
Los tres policías acusados por el fiscal Vladimir Glinka, fueron aprehendidos en diciembre pasado y en abril el juez Cardozo les otorgó la excarcelación bajo palabra.
Como lo publicó PRIMERA EDICIÓN, dos meses después uno de ellos, Adrián Borda, fue detenido por Gendarmería Nacional por su presunta participación en la corrupción y prostitución de una adolescente al lado de su vivienda en el barrio A4. Lugar en el que se sospecha de la venta de estupefacientes encabezada por un familiar directo del policía.