Tras conocerse el 8,8% de incremento del Índice de Precios al Consumidor (IPC), dado a conocer este martes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el empresario misionero y expresidente de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas (CCIP) Carlos María Beigbeder confirmó que “en general todo viene bajando y se está notando en las góndolas” la desaceleración de precios.
De hecho, “si se analiza a nivel supermercados, capaz que (la inflación) sea un poquito más baja que los ocho puntos que dio: yo creo que en torno al 4-5 por ciento”, matizó este martes en diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones. Cabe aclarar al respecto que la medición en el NEA dio cifras muy inferiores al promedio nacional: 6,3%.
“Todavía hay muchos bienes que se están acomodando o servicios que tiran el número para arriba, pero en líneas generales viene para atrás, salvo algunos rubros en particular: bebidas con alcohol, vinos, pero el resto de los productos no viene subiendo el precio”.
En cualquier caso, aclaró que la moderación de la inflación en el último mes se debe “por supuesto” a la creciente recesión y a que la gente compra cada vez menos: “Milei está matando la inflación con recesión”, definió.
Entonces ¿qué pasará cuando se recupere un poco el poder adquisitivo? Para Beigbeder, “no creo que funcione de la misma manera que ha funcionado en los anteriores 20 años”, es decir, que vuelvan a “dispararse” los precios, “porque esto cambió radicalmente: yo estimo que el consumo interno no va a ser una herramienta como sí fue con el gobierno de Néstor, de Cristina y de Alberto. El consumo interno va a pasar a segundo plano, por lo menos al principio. La economía va a recuperarse a través del crédito y las cuotas“, opinó.
Alertas con fechas de vencimiento
Respecto al fenómeno de las ofertas que vienen teniendo cada vez más presencia en las góndolas, tanto en forma de descuentos como de promociones, Beigbeder aventuró que “no van a durar mucho más, porque el dueño de un supermercado tiene que agotar el stock, pero una vez que agota, va a reponer al precio (de lista) nuevo, que es más bajo que el anterior”.
El empresario advirtió que “hay que mirar las fechas de vencimiento” antes de comprar un producto “barato”, ya que muchas veces los empresarios los ponen en oferta precisamente para “sacárselos de encima”. Pero al mismo tiempo, planteó que “hay supermercados que ponen el producto (en oferta) cuando tiene dos meses de vencimiento, cuando un litro de leche vos lo consumís en una semana, una gaseosa en un asado o una sentada de un viernes, entonces hay productos que está bueno aprovecharlos porque sabes que se va a vencer en 20 días, un mes, dos meses, pero lo podés consumir sin ningún problema”.
¿Qué pasa con los productos importados?
También se le consultó a Carlos María Beigbeder sobre los posibles efectos de la apertura de importaciones, si ya le llegaron algunos y a qué precio. El empresario respondió con rotundidad que “hay diferencias que son abismales”. Por ejemplo, “el aceite de oliva está en la Argentina a 30.000 pesos el litro y se podría conseguir a $6.000 pesos el litro”.
“El problema son acá los productores locales, que están totalmente locos: el precio internacional está entre 3,5 y 4,5 dólares por litro de aceite de oliva y acá lo quieren cobrar a US$30”.
Paralelamente, evaluó que si bien en algunos casos el consumidor argentino es desconfiado y “marquista”, al final en los hábitos de compra “mucho va a tener que ver el precio: cuando hay demasiada diferencia, no hay marca que se la aguante. El público que consume yerba mate es muy marquista, no así el del vino que va rotando por oferta; y después, una ama de casa tradicional te puede decir ‘yo uso este jabón en polvo’, depende el producto. Pero si la diferenciación (de precios) es muy alta, la gente se anima a probar“.
Aclaró, no obstante, que “estamos en la primera etapa de la negociación y entonces yo me quiero aventurar a decir ‘la diferencia con estos productos es del 100% o del 50%, porque hay que ver cómo te juegan los impuestos. Pero sí hay productos que son llamativos, la diferencia es importantísima”.