Cuatro, de los siete acusados por el asesinato a golpes del distribuidor de carnes de un frigorífico bonaerense en varias ciudades y pueblos de Misiones, Nicolás “Junior” D’Amico (35), jugaron su última carta por evitar el inicio del juicio oral y público ante el Tribunal Penal de Oberá, solicitaron la suspensión por juicio a prueba y ofrecieron resarcimientos de entre 100 mil y 10 mil pesos a los familiares de la víctima fatal.
El recurso fue rechazado el jueves por unanimidad de los integrantes del TP obereño, tras la opinión en igual sentido del fiscal Estanislao Elías Bys y del abogado querellante Claudio Katiz.
Francisco Clavelino Aguirre, Jorge Erasmo Villalba y Horacio Gabriel Paniagua, firmaron la negativa al ofrecimiento de Gustavo Ramón García (32), alias “Katu”, Guillermo Andrés Burkiewicz “Polaco” (36), Diego Orlando “Potrero” o “Poncho” Gutiérrez (34) y Gustavo Germán “Gordo” Benegas (37), todos acusados de encubrir el “homicidio agravado”.
“Katu” García ofreció como reparación económica “100 mil pesos, pagaderos en dos cuotas de 50 mil pesos, consecutivas”, de acuerdo a la solicitud y resolución a la que tuvo acceso PRIMERA EDICIÓN.
Al parecer, los recursos del “Polaco” Burkiewicz son aún más bajos porque dispuso su abogado una suma de “10 mil pesos”. El defensor particular de “Potrero” Gutiérrez y “Gordo” Benegas, coincidió con los dos pagos mensuales de 50 mil pesos.
“In límine”
El rechazo del fiscal del TP de Oberá, Estanislao Bys fue directo: “Considerando la gravedad del hecho, las circunstancias que rodean al caso y el escaso ofrecimiento por parte de los peticionantes, entiendo que no corresponde en este estadío procesal resolver la cuestión, la que amerita se ventile en el debate a los fines de acreditar fehacientemente las responsabilidades de cada actor”.
En tanto que, para Claudio Oscar Katiz, representante legal de los querellantes familiares de “Junior” D’Amico, “los argumentos vertidos por los defensores, en especial el defensor oficial de los imputados Benegas y Gutiérrez, no resisten el menor análisis. Ni siquiera merecen ser tomados en consideración, puesto que más que un argumento en favor de sus defendidos, el ofrecimiento de reparación -uno de los requisitos legales del instituto de la suspensión del juicio a prueba- constituye una ofensa a la memoria de la persona en cuyo asesinato han participado. Es un agravio, un escarnio a las víctimas, pues resulta irrisorio, ridículo, y constituye un insulto al intelecto de los auxiliares de la Justicia que aquí intervienen, en especial a los integrantes del Tribunal por el dispendio procesal en el que deben incurrir dado la irracionalidad del mismo. A ello debe agregarse la gravedad del hecho que se les atribuye, junto a las circunstancias del caso y atento a la inminencia del inicio del debate (…) Esta querella expresa su total oposición y rechazo ‘In límine’ a la concesión del beneficio de suspensión de juicio a prueba (artículo 76 Bis del Código Penal Argentino) a los cuatro imputados solicitantes”.
Como lo adelantó este Diario, el juicio por homicidio de Nicolás D’Amico tiene como fecha de inicio el próximo martes en el Palacio de Justicia de Oberá (calles Salto Bielakowicz y Salto Zinas).
El Tribunal Penal de la Segunda Circunscripción Judicial, fijó cuatro jornadas para el debate: martes 14 y miércoles 15, lunes 20 y martes 21 de mayo. Citó previamente a 43 testigos y por la cantidad de acusados, sumado a los defensores y el resto de los integrantes de las partes del debate, se decidió el traslado a una sala más grande que la que posee el Tribunal en calle Maipú y Bolivia.
Vale recordar que por el hecho, los más comprometidos son Diego Ramón Benegas (40) y Jonathan Emanuel Gutiérrez (31), hermanos de “Gordo” y “Potrero, respectivamente. Están como presuntos autores del delito de “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía y en concurso premeditado de agentes”, agravantes que apuntan a una pena de prisión perpetua.
La hipótesis del crimen gira alrededor a una deuda que Diego Benegas (dueño del abasto) no quería abonar a D’Amico. El 30 de octubre de 2015 lo citaron presuntamente para cubrir parte del dinero. Una vez adentro “Junior” fue golpeado con una barreta para fabricar chorizos. Tras asesinarlo, subieron D’Amico a su Volkswagen Bora hasta el paraje El Chatón, en Leandro N. Alem donde incendiaron el automóvil y el cuerpo resultó calcinado.
Diego Benegas habría dicho que asesinó a “D’Amico porque lo amenazó con matar a su familia si no saldaba la deuda”.