A 19 días de cumplirse cuatro años del homicidio del preventista de carne Nicolás “Junior” D’Amico, el fiscal de Instrucción 2 de Oberá, Estanislao Bys y Luciano Luna, querellante en la causa, firmaron el requerimiento de elevación a juicio oral de la causa que tiene siete acusados, todos en libertad.
El trajinar de recursos, trámites, pericias y testimoniales está cerrado y sólo restaría la firma de Gerardo Casco, juez de Instrucción de San Vicente y subrogante del Juzgado de Instrucción 1 de Oberá, a cargo de Alba Kunzmann de Gauchat, quien se encuentra de licencia por salud.
De acuerdo a la requisitoria de elevación a juicio, la querella y fiscal acusaron a Diego Ramón Benegas y a Jonathan Emanuel Gutiérrez por el delito de “homicidio agravado por haber sido cometido por alevosía y en concurso premeditado de agentes”, artículo 80 inciso 2, 6 y 7, en concurso real con los artículos 45 y 55, todos del Código Penal Argentino.
También a Gustavo Germán Benegas, Gustavo Ramón García y Diego Orlando Gutiérrez por el delito de “encubrimiento agravado”, artículo 277 del CPA. Y a la conducta antijurídica desplegada por Guillermo Andrés Burkiewicz y Guillermo Sebastián Rockenbach por “tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil y entrega de arma de fuego a quien no acredita la condición de legítimo usuario”, en concurso real previsto por el artículo 189 del CPA. De esta manera los presuntos propietarios del exabasto “La Rueda” en Oberá, tres empleados y dos allegados, serían juzgados por el Tribunal Penal 1 de Oberá, se estima que en el transcurso del año próximo.
A Diego Benegas (36) se lo acusa como autor de “homicidio agravado” por haber sido cometido con alevosía y a Jonathan Gutiérrez (27) por “encubrimiento” del mismo.
En cuanto a Gustavo Benegas (32) hermano de Diego, se le imputa el delito de “encubrimiento agravado”, lo mismo que a Gustavo García (28) y a Diego Gutiérrez (29), hermano de Jonathan Gutiérrez.
En el caso de Andrés Burkiewicz (31), cabo de la Policía provincial se lo acusa de “tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil”, y habérsela entregado a Guillermo Rockenbach (31), también imputado.
Por una deuda
Según los acusadores, el viernes 30 de octubre de 2015, en un lapso comprendido entre las 19.40 y 21, en la carnicería y abasto de la avenida de Las Américas y calle Salto Sokalski de Oberá, Diego Benegas en colaboración con Jonathan Gutiérrez habrían atacado a golpes propinados con un hierro o caño galvanizado a Nicolás D’Amico, bonaerense oriundo de Lobos, quien le exigía una deuda de 350 mil pesos en concepto de entregas de reces vacunas de la empresa que representaba en Misiones.
Una vez consumada la muerte, introdujeron el cuerpo en el baúl del Volkswagen Bora de la víctima y se dirigieron hasta el paraje Chatón, jurisdicción de Leandro N. Alem, donde en un teal, a 300 metros de la ruta nacional 14 rociaron con, al menos cinco litros de combustible de un bidón, y quemaron el cadáver y el automóvil.
El vehículo de “Junior” habría sido conducido por Diego Benegas, mientras que Jonathan Gutiérrez a bordo de un Renault 9 ofició de observador de la ruta ante la posible existencia de algún control policial.
Tras regresar a la carnicería Gustavo Benegas y Gustavo García habrían limpiado la escena del crimen por orden de Diego Benegas. Mientras esto ocurría, un colono vecino del paraje Chatón alertaba a la policía del fuego en el automóvil, se trataba del Bora de D’Amico y en el baúl restos cadavéricos que ni siquiera podían determinarse el sexo por el estado de calcinación.
A golpes
La autopsia del Cuerpo Médico Forense de la Provincia confirmó que el deceso fue con anterioridad al incendio, “carbonización extensa y profunda, reducido y fragmentado, en el mayor porcentaje de la superficie corporal por la acción del fuego, lo que hace imposible su reconocimiento”.
Fueron las comparaciones genéticas las que determinaron que se trató de Nicolás D’Amico.
El análisis toxicológico determinó que no respiró durante el incendio, que falleció antes, lo que apuntala la golpiza de diez o quince minutos que habría recibido horas antes, según los testimonios de uno de los propios acusados.