El fallecimiento de los dos estudiantes del Colegio Santa María de Posadas seis días después del accidente que protagonizaron en la costanera causó una repercusión y estupor en toda la sociedad misionera, ante un hecho traumático que golpea de distinta manera a grandes y chicos, ya sea en el ámbito escolar, hogareño o laboral.
Lo más difícil de todo es tratar de poder explicar la muerte, tras lo sucedido y la forma de transitar el dolor, la angustia, el consuelo y a la vez la continuidad de la vida diaria. Para saber un poco más al respecto e interiorizarnos en un tema tan poco tratado, Myriam Báez, magíster en Psicopedagogía, dialogó con la FM 89.3 Santa María de las Misiones y contestó de todo en una charla ejemplificadora.
¿Cómo hacemos para explicar la muerte de estos jóvenes en la casa?
“La verdad que es muy difícil. Hablar de la muerte no es fácil, más en esta cultura occidental, donde a veces la muerte no es entendida, aceptada y quedan muchos vacíos cuando alguien se va. Estos hechos tienen un impacto social enorme, como el caso del fallecimiento de estos jóvenes”, advirtió la especialista.
“Cuando tratamos a la muerte, es importante contar la verdad”
Además, como profesional que se maneja en el ámbito educativo, añadió que “es importante cuando tratamos a la muerte contar toda la verdad. Porque muchas familias, en pos de proteger a los pequeños, a los niños, a los adolescentes, se los retira donde hay dolor o muerte; y no se los deja ir a los velorios, no se los deja participar de estos rituales de nuestra cultura y creo que eso es algo negativo, porque se trasforma en una falta protección. Estamos creando un entorno que no es el real, es ficticio. Cuando alguien fallece, ya sea en la familia o en el entorno que nos movemos cambia la imagen, cambia la foto de ese lugar. Por eso es en vano retrotraer a los sujetos a otros momentos que ya no se van a dar”.
“Hay que dejarlos participar de este tipo de rituales y de momentos donde es necesario hacer el duelo; de hacer el duelo de la manera que uno lo pueda pueda hacer. Habilitando la escucha, el abrazo, el contacto, quedarnos sin palabras. Los silencios también son parte de este duelo y también es sano que el silencio opere de alguna manera”, remarcó.
En otro tramo de la charla, esta profesional aconsejó que “las personas se descarguen, se expresen, que hagan su despedida de las forma que sientan. Con los recursos que tengan: con un globo, con una carta, plantando un árbol, una flor, mirando fotos, escribiendo en algún muro; ya que son maneras de simbolizar esta despedida, este dolor y también en algún punto ahí nos reconocemos como seres humanos, ocultar es lo peor que podemos hacer“.
Abordaje del duelo desde la escuela
Por otra parte, se le preguntó: ¿Cómo se aborda en la escuela este proceso, este dolor tras la muerte? “Este proceso se debe ver primero con la franja etaria involucrada con el hecho; en este caso estamos hablando de adolescentes. Hay que notificar a la familia de los estudiantes sobre la muerte de los menores; más allá que ya salió en los medios, el colegio debe informar de manera oficial a los padres del fallecimiento de los jóvenes. Es importante que se haga desde los institucional y que esta información también llegue a los estudiantes desde las autoridades de la escuela. Informar del hecho de forma concreta, clara y evitando que se realicen juicios de valor“.
“Es necesario armar un plan de acción tutorial para toda la comunidad educativa. Por ahí las escuelas no están acostumbradas a tener este plan de acción. En el mismo deben estar establecidos pequeños objetivos, las dinámicas para entrevistar a los padres, a los grupos de compañeros del mismo curso especialmente, ya que son los más afectados”, detalló.
“Habrá un salón con dos bancos vacíos”
“Es muy necesario hacer el duelo. Es necesario darles el tiempo y el espacio para que los chicos se expresen, ya que hay un salón con dos bancos que están vacíos. Eso es algo concreto y muy fuerte, para cualquier persona. Hay que tratar de simbolizar eso, como por ejemplo dejarlo en un lugar específico y comenzar a despedirlo de a poco. También hacer una misa, un minuto de silencio, todo sirve”; recordó.
En referencia a los bancos vacíos, ¿qué se debería hacer; dejarlos o más bien sacarlos del aula?. “Debe ser un primer punto a construir entre los compañeros. Invitando a profesores, profesor tutor, grupo de orientación y entre todos dialogar y ver que hacen entre todos con estos pupitres”.
Además, agregó: “En algunas ocasiones se los deja en una esquina; en un lugar visible; luego se lo va corriendo a un lugar menos visible, hasta sacarlo del aula. Pero esto es algo que el mismo grupo de estudiantes debe considerar“.
“Es muy importante el acompañamiento de las familias”
También se le consultó acerca de la posibilidad de que haya un posible conflicto por versiones o posiciones encontradas, y cómo actuar en esos casos: “Es difícil controlar, por eso va a ser muy importante el acompañamiento de la familia, de todas las familias. Son de alguna manera los que harán fortalecer los lazos para que este grupo se una aún más de lo que ya estaba unido y que pueda superar esto“.
“Si en el seno familiar se tiene opiniones negativas o prejuiciosas, ese hijo o hija irá a la escuela con esa ‘mochila’, con esa habilitación para pensar, decir o actuar de determinada manera; pero si las familias entiendan esta situación de otros lugares, se le podrá otro cierre y salud mental a estas ‘gurisadas’ que quedaron”.