Las empresas prestatarias del transporte urbano de pasajeros de Oberá piden la readecuación tarifaria y este lunes tiene lugar la Audiencia Pública Nº 21, a pedido del intendente Pablo Hassan, previo a un nuevo “boletazo“, que busca implementar el Grupo Z en breve.
El primer orador fue el representante legal de las empresas Next y Guacurarí (Tipoka SA), Facundo Zárate, quien apuntó que el boleto del transporte urbano de pasajeros debería valer $2.258.
El letrado aseguró que para “sostener” el servicio de colectivos en la “capital del Monte”, se debe actualizar el cuadro tarifario “con urgencia” ya que “la tarifa técnica del boleto es de $2.258”.
También señaló que el costo por kilómetro recorrido de cada colectivo es de $4.530, aunque no se sabe con exactitud quién ni cómo se calcula esa cifra ni tampoco si hay un contrato vigente que obliga al municipio a establecer condiciones para que los usuarios o la Municipalidad cubran esos costos.
Al empresario le llovieron críticas que consideraron “disparatado” el pedido y cuestionaron numerosas falencias e inconvenientes que padecen los usuarios desde hace más de un año, cuando estas dos empresas reemplazaron intempestivamente al prestador anterior.
Ayer entre los concejales circulaba la versión de que el pedido podría tratarse en la sesión ordinaria de este martes 12 de marzo, pero no estaba confirmado.

Entre los considerandos, Zárate explicó que “el Estado nacional ha decidido dejar de pagar los subsidios a su cargo, y respecto de las deudas que tiene con las concesionarias del interior del país, nada dijo ni cumplió”, afirmó e insistió que el Gobierno, siempre abonó los subsidios a las concesionarias con retraso, “alejados en extremo de la realidad inflacionaria”, dijo.
Asimismo, apuntó que “los insumos dolarizados de la actividad tuvieron incrementos agravados por la salvaje devaluación“, agregó mencionando las cubiertas, lubricantes, repuestos, combustibles, el valor de las unidades, actualización de sueldos y los índices de tasas bancarias.
También volvió a insistir con una deuda económica entre el municipio y las empresas.
El boleto actual tiene un costo de $330 pesos en efectivo y $260 con QR, lo que significa que la empresa pretende incrementar casi ocho veces el monto actual. El representante no dio explicaciones sobre cómo se llegan ni qué cálculos usó para dar esos resultados.
“Con este sistema nadie está conforme”

Otro de los oradores fue el representante de los usuarios, Carlos Bernhardt, quien explicó que “se deben buscar soluciones alternativas al sistema actualmente vigente porque con este nadie está conforme”.
En los cinco minutos que tuvo para exponer, el Defensor del Pueblo apuntó que “no hace mucho tiempo el intendente (Pablo Hassan) recalcaba a los concejales cuando una ordenanza implicara gastos, debía preverse también de dónde saldrían los recursos. Esto, ¿no es también aplicable a los contratos del transporte urbano?”, se preguntó.
“Dada la situación actual de subsidios del orden nacional y de incertidumbre en lo demás, cabe hacerse la pregunta ¿está la Municipalidad en condiciones de garantizar la integralidad del kilómetro recorrido? ¿en base a qué cantidad de pasajeros? Porque de ahí deriva la diferencia probablemente que deba abonarse. Todo esto me lleva a otros interrogantes ¿Dónde estamos parados?, ¿Qué contrato está en vigencia? ¿El de emergencia, los 8 que se firmaron después o una conjunción de ambos? Así planteada la situación, da la impresión que la única salida es un incremento muy marcado en al tarifa, algo insostenible para la mayoría de los usuarios dada la caída estrepitosa en el poder adquisitivo de los salarios”, resumió.
Asimismo, explicó que “ante este nuevo requerimiento de incremento, debo aclarar que el diseño primario del sistema fue dado bajo el supuesto de que los subsidios de la Nación y la Provincia siempre estarían presentes, comprometiéndose la Municipalidad a garantizar la integralidad del kilómetro recorrido”.
En definitiva, dijo Bernhardt, “tenemos una concesionaria inconforme, basta ver la cantidad de veces que ha reducido líneas, frecuencias, etc.; una municipalidad que no puede garantizar el kilómetro recorrido ni la prestación de un servicio regular, confiables y de calidad; usuarios decepcionados -para usar la palabra más suave- por unos y otros, siendo siempre los rehenes que pagan los platos rotos y que, de persistir este continuo aumento de la tarifa, no lo podrán abonar, con todo lo que eso significa”, advirtió.
Sobre el cierre, sugirió que “estamos en momentos especialmente difíciles, donde debemos sacrificarnos todos, incluso la empresa prestataria. Se deben buscar soluciones alternativas al sistema actualmente vigente porque con este nadie está conforme”, cerró.