Vecinos de San Ignacio reiteraron este viernes de manera pacífica el pedido a la Justicia de Misiones para que se investigue y esclarezca el femicidio de Graciela Beatriz Soto (49), asesinada a golpes y estrangulada en su casa a cinco cuadras del Escuadrón 11 “San Ignacio” de Gendarmería Nacional y cuyo esposo e integrante de la fuerza federal continúa de licencia y tampoco fue citado a indagatoria cuando las evidencias y sospechas apuntan a que debería dar explicaciones ante el juez de la causa, Roberto Sena (Jardín América).
Mayoritariamente, la manifestación volvió a ser de mujeres que caminaron desde el centro de San Ignacio hasta el frente vallado del Escuadrón 11 sobre la avenida San Martín (en el cruce con Cabral) y luego hasta la vereda de la casa de la víctima del femicidio del viernes 12 de enero pasado, aproximadamente a las 6, en calle Pellegrini entre Bolívar y Güemes.
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Las voces que se oyeron durante la protesta fueron coincidentes al apuntar a la falta de pasos de la Justicia provincial en dirección al esclarecimiento de lo sucedido y que, tal como obra en el expediente, fue una muerte violenta que intentó taparse como un suicidio.
Desde los primeros días de febrero, el juez de Instrucción mencionado está de licencia con un diagnóstico positivo de padecer dengue. Los informes que aportó Policía Científica al expediente, descartaron el suicidio y la labor de investigadores de la Dirección Homicidios de la policía provincial coincide con la afirmación pericial.
En el mismo sentido de sospecha, los informes de análisis al teléfono celular del gendarme de 55 años y esposo de Graciela Soto indicarían movimientos extraños, por ejemplo, tardó cerca de una hora en llamar a la Policía y la escena del crimen habría sido contaminada por personas que no deberían haber estado en ese sitio, tal como un médico del Escuadrón de GN, antes que trabajaran los peritos policiales.