El cambio climático del que se viene advirtiendo hace tantos años que llegaría con contundencia, está mostrando su peor cara en estos días en Misiones, con temporales que van dejando a su paso decenas de afectados económicamente y con impacto en la producción agraria de la que iremos viendo en el tiempo cómo afectará a la tierra colorada.
Ese cambio climático está visto hoy en un fenómeno meteorológico que sucedió a una larguísima sequía que tuvo también su golpe a familias misioneras, comunidades enteras que vieron peligrar la provisión de agua potable o sectores productivos que hicieron malabares para sostenerse en pie.
Esta vez, las severas tormentas con intensas precipitaciones, granizos y ráfagas intensas de viento casi no dan respiro. Y se fueron sucediendo de norte a sur y de este a oeste, golpeando duramente a decenas de misioneros.
Las constantes reuniones del Comité de Emergencia provincial, son la muestra que el cambio climático necesita un tratamiento especial para reparar los daños a su paso. Porque el daño ambiental que paulatinamente fuimos ejecutando con nuestras acciones sobre el medio ambiente, hoy son de difícil reversión.
Lamentablemente, por más que se haya instalado la cuestión en la agenda pública y social, al momento de actuar, poco importa el cambio climático. Al punto que existen dirigentes que lo niegan, incidiendo en la opinión pública que lejos estará de colaborar con la búsqueda de una modificación en hábitos y prácticas, que van desde el día a día en los hogares hasta en la producción económica.
Por el momento, hace falta solidaridad, resiliencia y apoyo comunitario, estatal y familiar para seguir adelante ante la mayor adversidad que presenta este cambio climático sobre la provincia de Misiones por los próximos meses.