Más allá de la cuantificación y profundidad de los daños, y de lo que pueda impulsar el Estado para minimizar las consecuencias del reciente temporal, volverá a ser la solidaridad de la sociedad la que marque la diferencia para aquellos que fueron sobrepasados por lo ocurrido en las últimas horas.
El violento fenómeno climático que sorprendió a buena parte de la sociedad misionera sin haber tomado algún recaudo (si es que ello fuera posible en eventos como el acontecido) dejó con lo puesto a muchas familias que observan con temor la amenaza de más tormentas en las próximas horas.
Una mano amiga, la asistencia entre vecinos y la empatía se vuelven imprescindibles por estas horas como forma de moderar el impacto del tremendo temporal.