Durante las cinco audiencias consecutivas de debate e incorporación de prueba, testigos hábiles se presentaron ante el Tribunal Penal 1 para ponerlo en conocimiento de lo que vieron y oyeron, pero también lo que aportaron en torno a la contingencia hace cuatro años y siete meses cuando Rocío Antonella Bernhardt (27) fue atacada a golpes y murió por una estocada que le penetró siete centímetros el cuello.
También transitaron la sala de usos múltiples del Palacio de Justicia peritos que no abrieron ventanas a que no se tratara el crimen de un episodio distinto a un femicidio, al asesinato de un hombre a una mujer. Por el contrario, y hasta con fundamentos varios, se aproximaron a circunstancias de una acto con alevosía.
El acusado, fotógrafo Cristian Daniel Vargas (33), y el defensor oficial Mario Sebastián Ramírez, sostienen que un accidente fatal se registró entre las 13.20 y 13.30 del jueves 4 de abril de 2019 en el departamento 1-A de la calle Comandante Miño 980 de la chacra 179 de Posadas.
En pocas palabras, que Antonella tomó un cuchillo con su mano izquierda y amenazó a Vargas para que le devolviera su teléfono, aparato que en la coartada del encartado asegura guardaba un archivo de video con un acto sexual entre ambos y que ella lo grabó sin su consentimiento para exigirle dinero o se lo enviaría a su esposa.
En el contexto de ese forcejeo que sostiene Vargas, Antonella sufrió golpes fuertes en la boca, en la oreja izquierda, en el parietal del mismo lado y en la parte superior del cráneo, todos premortem como aseveró en su informe de autopsia Silvina Carolina Lanzos, y lo ratificó en debate con precisión la médica que se recupera de la doble fractura de cadera que sufrió por un accidente vial reciente.
La perito del Cuerpo Médico Forense del Superior Tribunal de Justicia fundamentó que la lesión letal en el cuello y con un cuchillo dentado (tipo tramontina) de 20 centímetros, es poco probable que se concretara con la víctima y victimario parados y forcejeando. Vargas incluso, en sus dos ampliaciones de indagatoria durante las cinco audiencias, repitió que tenía el celular con la mano izquierda y con la mano derecha intentaba frenar el cuchillo en la izquierda de Bernhardt.
El inciso 11 del artículo 80 del Código Penal Argentino está vigente desde diciembre de 2012 y encuadra al “femicidio” cuando “se matare a una mujer, cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”. También impone como agravante de prisión perpetua el inciso 2 del mismo artículo: “Con ensañamiento, alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso”.
Lanzos sostuvo: “Se necesita mucha fuerza para provocar esa herida, para penetrar con un cuchillo dentado”. Agregó que la lesión indicaba con claridad que fue un arma de “monofilo” porque “la coleta de salida se afinaba hacia la derecha, sentido del mentón y de arriba hacia abajo”. Estimó que la muerte tuvo un “tiempo muy escaso” de llegada, principalmente, porque la sangre al cortarse la carótida ingresó rápidamente en la vía aérea, faringe en este caso. “Fue un sangrado masivo”.
También indicó que “no hubo signo defensivo” en el cuerpo de Antonella, salvo la lesión en la mano izquierda, un corte en un dedo. “La causa de muerte fue asfixia por la pérdida masiva de sangre que ingresó en la vía respiratoria y en un breve lapso determinó el óbito”.
La herida del lado izquierdo del cuello fue de 5,5 centímetros de largo: “Fue hecha contra el piso o superficie similar, con la víctima en posición cúbito dorsal (recostada sobre su espalda) para ejercer la presión necesaria”. Y contextualizó en que en la escena del hecho no se hallaron rastros de sangre esparcida o caída de una persona de pie, sino de un sangrado sobre el pecho y el rostro de la víctima.
Cinco mujeres declararon en el debate: la propietaria de los departamentos, las vecinas de Antonella y la cuidadora de una persona discapacitada, que tuvo la entereza de grabar con un celular los movimientos de Vargas cuando se fue del lugar porque creyó que Antonella estaba aún con vida, mientras estas personas acudieron a ayudarla porque oyeron los golpes y sus intentos de gritar por socorro.
Este lunes desde las 8.30 en el Palacio de Justicia, se desplegarán los alegatos del querellante Fausto Mauricio Vergara, el fiscal Martín Alejandro Rau y el defensor oficial Mario Sebastián Ramírez.
En silencio aguardarán justicia los cinco hermanos de Antonella y sus padres.
La decisión estará en las manos de los jueces Viviana Gladis Cukla, Gustavo Arnaldo Bernie y Ángel Dejesús Cardozo.
Fotos: gentileza Marcos Otaño (@mmo_marcos)
