Aunque parezca una pregunta sencilla las más de las veces no tenemos clara la respuesta. Según los adiestradores, varios son los motivos que llevan a un humano a decidir tener un perro
• Soledad: nos hace compañía y solemos hablarle como si nos comprendiera.
• Moda: perros de trabajo, de servicio o de defensa terminan como perros de compañía dentro de un departamento.
• Custodia: para que resguarde nuestra propiedad o casa.
Algunos de los errores más comunes que cometemos como tutores son: humanizarlos y pretender que nos comprenda como si fuera persona, enojarnos con conductas propias de su especie cuando no les enseñamos lo que esperamos de ellos, no establecer pautas claras de comportamiento para la convivencia diaria.
Antes de incorporar un perro a nuestras vidas, consideremos ciertos aspectos:
• Tener claro que como perro tiene conductas propias de animal.
• Conocer su raza si la tuviera.
• Establecer pautas de convivencia.
• Saber que su educación forma parte de una tenencia responsable.
Una de las consultas más frecuentes a educadores caninos es la imposibilidad de controlar al perro en la vida diaria. En la mayoría de los casos, estas personas suelen tratar a su perro como si fuera un bebé lo que lleva a transmitirles mensajes contradictorios que resultan en un perro con conducta inestable.
Seamos responsables y no creemos en nuestros perros necesidades que nos convienen, de vez en cuando, pero que no corresponden a su especie. Así, tendremos un perro estabilizado que lejos estará de manifestar problemas de comportamiento.