El primer tramo del calendario electoral, con más de 20 elecciones provinciales y municipales realizadas este 2023, dejó en claro algunas tendencias: la participación electoral está en descenso.
Aunque los motivos pueden ser múltiples, los analistas coinciden en que el hartazgo de la sociedad con la política y la falta de entusiasmo con la oferta electoral son los factores que desmotivan a concurrir a las urnas, una tendencia que podría trasladarse al escenario nacional en las próximas elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), comicios que suelen tener -a lo largo de la última década- una menor participación que las elecciones generales.
Concretamente, la participación electoral bajó en 14 de las 16 provincias que eligieron gobernador en 2023, según el análisis de los datos oficiales realizado por Infobae. Incluso siete de esas provincias no superan el 70% del padrón.
Las últimas dos citas electorales volvieron a encender la alarma porque ahora la falta de incentivo ciudadana se trasladó a dos de los distritos más importantes del país.
Las PASO en Santa Fe y las últimas elecciones municipales en la ciudad de Córdoba arañaron el 60% de participación del padrón electoral.
“El principal factor es el hartazgo con la política, el enojo de la gente con los políticos. Las expectativas de la gente con la elección es muy baja. Si ningún candidato te moviliza, si no hay nada nuevo, probablemente no vayan a votar”, explicó Mariel Fornoni, directora de la consultora Management & Fit.
Y adelantó que es probable que esta tendencia de elecciones provinciales se repita en las PASO nacionales porque en esos comicios también se registra una tendencia en baja desde que fueron creadas en el 2009, tras la aprobación de la Ley Nº 26.571, e instaladas en 2011.
La participación más baja se registró en 2021, todavía en pandemia, con apenas el 67% de votantes.
Santa Fe y Córdoba
Las PASO en Santa Fe marcaban una oferta electoral atractiva para buena parte del electorado: la alianza opositora, integrada por el PRO, la Unión Cívica Radical y el socialismo, presentaron tres candidatos.
El peronismo santafesino, encabezado por el senador oficialista Marcelo Lewandowski, también presentaba cuatro candidatos. Pero la oferta no fue tentadora para buena parte del electorado: casi el 40% de los votantes habilitados para sufragar no asistió, una cifra significante para el tercer padrón más numeroso del país.
La comparación con Santa Fe bajó incluso casi 9 puntos en comparación con las PASO de 2019. Algo similar ocurrió hace una semana en la ciudad de Córdoba, la capital del tercer electorado más populoso del país. Allí también había una buena competencia en el cuarto oscuro representada por el oficialista Daniel Passerini y por el candidato de la alianza entre el PRO y el radicalismo, Rodrigo de Loredo.
El descontento se hizo notar de nuevo: la participación fue de apenas el 60,2% del padrón. A nivel provincial, el electorado cordobés ya había manifestado su baja motivación cuando, en los comicios que coronaron gobernador a Martín Llaryora, la participación fue del 68%, casi 5 puntos porcentuales menos que en 2019.
Faltazo electoral
Las elecciones en Chaco, cruzadas por la desaparición de Cecilia Strzyzowski, le dieron un revés al gobernador Jorge Capitanich, pero marcaron hasta ahora el piso de la participación electoral en 2023 con apenas el 63% del padrón.
Detrás aparece Mendoza, con el 66% del padrón (fue el distrito con la caída más pronunciada en comparación a 2019), con la particularidad de que es la provincia con mayor caída en la participación en comparación con 2019 (13 puntos menos).
Luego le siguen Río Negro y Córdoba con el 68% de participación, aunque este último caso es el más relevante por el tamaño de su padrón. Resta conocer qué ocurrirá con las elecciones a gobernador en Santa Fe, tras la baja participación registrada en las últimas PASO, que apenas llegó al 60%.
Multa de $50
Pero más allá del descontento con la política, Mariel Fornoni enumeró otros factores que desincentivan al electorado, como la intensidad del calendario electoral y la falta de castigo para quienes deciden no presentarse a pesar de la obligatoriedad del voto.
“Si tenés que ir a votar seis veces en un año, tenés PASO en tu provincia, después tenés que elegir a tu intendente otro domingo y también tenés las nacionales, probablemente elijas solo la que consideres más importante y suelen ser las generales”, analizó.
El castigo por incumplir la ley es prácticamente nulo. Para las próximas PASO, por ejemplo, el castigo por no ir a votar será de apenas 50 pesos. Además de la multa, se supone que no haber concurrido a los comicios podría dificultar trámites y la gestión de documentos personales, como el pasaporte, pero en la práctica no se aplica, indicaron fuentes judiciales.
La Justicia Electoral mira con preocupación la tendencia a la baja de la participación, esperan los resultados de las internas de agosto y analizan medidas que puedan incentivar el voto de cara a las próximas elecciones generales. “La cuestión punitiva es muy débil. Si votaste o no votaste, eso no te impide nada. La multa es insignificante, entonces permite que la gente vote cada vez menos”, opinó Fornoni.
Justamente, en la antesala de los comicios municipales en la ciudad de Córdoba, un mensaje emitido por la Junta Electoral de ese distrito generó polémica.
El organismo publicó una solicitada en los diarios que mostraba la boleta que se utilizaría en el cuarto oscuro y adelantaba que no habría multas para quienes no se presentaran a votar. El título del mensaje era “El voto es obligatorio”, pero debajo decía “No se pondrán multas por no ir a votar”.
Tras los últimos antecedentes, la jueza con competencia electoral María Servini firmó este martes una nota que recuerda que el voto es obligatorio y, caso contrario, los incumplidores no podrán acceder a postularse a cargos públicos durante los próximos tres años después de la falta, y no podrán hacer trámites ante administraciones públicas nacionales, provinciales y municipales hasta un año después de la fecha de los comicios.
¿La baja participación beneficia algún partido?
Aunque no hay una respuesta contundente, las tendencias hasta ahora marcan que los jóvenes son los electores más desencantados con los políticos, es decir, que los candidatos con más votos de esa franja podrían sufrir una merma ante la baja participación.
Mariel Fornoni agregó, además, que la baja participación suele beneficiar a los partidos políticos con mayor “aparato” o militancia organizada, ya que pueden movilizar a parte de su electorado incluso ante la falta de motivación natural por la oferta electoral.
Buenos Aires, distrito clave
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, ya manifestó su preocupación por el impacto que podría tener la baja participación electoral. El mandatario provincial se lo hizo saber durante estos días a los intendentes que lo visitaron en La Plata.
En Unión por la Patria interpretan que es probable que los votos que no se sufraguen puedan llegar a ser propios, tal como ocurrió en la última elección legislativa, cuando en las PASO el nivel de abstención fue alto, pero luego achicado en los comicios generales.
La Provincia de Buenos Aires es el distrito que, por amplia diferencia, mayor cantidad de electores/as tiene. Las personas habilitadas para ejercer el voto en ese distrito son casi 13 millones y representan un 37% del total del país.
Buenos Aires junto con Córdoba, Santa Fe y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires representan los 4 distritos con mayor porcentaje de electores/as en todo el país, alcanzando más de un 60% entre todos.
El resto de las provincias están por debajo del 5% siendo Tierra del Fuego la de menor cantidad con 141.548 electores/as representando un 0,41% del padrón nacional, según datos electorales oficiales.
Datos históricos
Desde el retorno de la democracia, la participación electoral superó el 70%; salvo las PASO 2021, realizadas en pandemia. Con una participación del 68% del padrón electoral, fue la elección con más baja concurrencia hasta ese momento.
Según datos oficiales históricos, las cifras más altas de participación se registraron en las elecciones de 1983 y 1989 superando más del 85% en los dos procesos electorales inmediatamente posteriores al regreso de la democracia.
En las elecciones siguientes de la década de 1990 los porcentajes bajaron hasta un 82%.
Tras la crisis económica, política y social desatada a principios de siglo, el porcentaje de la ciudadanía que ejerció su derecho al voto se mantuvo por debajo del 80% hasta el año 2015. En las presidenciales 2019, la participación en las PASO rondó el 76%, pero en las generales el porcentaje superó el 80%.
Esta tendencia que mantiene a las PASO con una menor participación se repite desde que se implementaron las internas abiertas obligatorias, en 2011. En las últimas elecciones de 2021, la participación fue de un 68% en las PASO, mientras que en los comicios generales el porcentaje se elevó a un 71%.
Fuente: Medios Digitales