Entre los diversos sectores empresariales que se ven afectados por la inflación y las condiciones de importación que repercuten directamente en sus procesos comerciales, el de la construcción no es la excepción.
A comparación del año pasado, las ventas están más bajas; aunque también esta medición está relacionada a que los primeros meses del año, en general, no se caracterizan por ser una época alta en ventas. Esto comentó el presidente de la Cámara Argentina de Construcción -Delegación Misiones- Nicolás Dei Castelli, en comunicación con FM 89.3 Santa María de las Misiones.
Al respecto, hizo una salvedad y resaltó que actualmente se continúan ejecutando obras, tanto con fondos provinciales como nacionales. “Se está esperando el inicio de 680 viviendas que se ejecutarán en Itaembé Guazú. Se llamó a licitación por unas 640 viviendas más, eso va a mover bastante”, aseguró, y mencionó que “la Provincia siempre invierte en obra pública, inaugura escuelas, caminos, hospitales, de todo”.
Ademñas, dijo que el año pasado “venían muy bien” con el impacto de la mano de obra. Y en la actualidad, aunque tienen un mes más “de delay” en el cobro de los certificados, continúa funcionando bien. “El ‘delay’ hace un poco más complejo el tema pero se sigue cumpliendo la cadena de cobro. La verdad es que tiene un impacto muy importante para nuestro rubro porque tiene un uso intensivo de mano de obra, casi el 60% del contrato es mano de obra. Sí, nosotros tenemos que ganar plata, somos una empresa constructora, pero también es importante generar puestos de trabajo a los obreros“, describió Dei Castelli.
Los problemas de siempre
El presidente de la Cámara de Construcción admitió que el impacto de la inflación en el rubro “es muy fuerte”, y ejemplificó de qué manera los afecta.
“Con los mecanismos -metodologías de adecuaciones de precios- que estaban preparados hace unos años para recaudar los contratos, ante esta aceleración quedan como obsoletos, porque uno se llena de papeles y, presenta, depende de la metodología, cuando hay un porcentaje de salto; y ahora todos los meses estamos cumpliendo ese porcentaje, así que estamos presentando todos los meses readecuaciones de contrato y a veces son muy lentas las aprobaciones. El capital de trabajo de las empresas está constantemente en juego para mantener el ritmo”.
Ahora, en cuanto a la importación, Nicolás Dei Castelli apuntó que hay algunos insumos que se consiguen “pero los plazos son superiores a lo que teníamos hace un tiempo, si antes eran 45 días, hoy podemos estar en 90 días”.
Otro de los obstáculos que complica la provisión de insumos es el ritmo al que aumenta el dólar: “La fluctuación, el movimiento constante altera también la compra de insumos porque son impactos diarios”, lamentó.
En esta instancia, también alertó que “los precios no dejan de subir”, y que, de hecho, “las cotizaciones son por día, 24 horas tienen validez y los pagos tienen que ser también casi al contado”. Comparó que en otra época “se podía chequear si era 30 o 60 días inclusive, hasta se conseguían buenos precios una vez que se entregaban los valores; sin embargo hoy es al contado, y eso hace más compleja la situación de las empresas”, explicó Dei Castelli a partir de su experiencia en el sector.
De todos modos aclaró que “hay trabajo” en el rubro y muchas obras están llevándose a cabo, pero estos inconvenientes particulares ponen palos en la rueda a los mecanismos de las empresas constructoras: “Por un lado, como dije, la inflación que modifica los contratos constantemente, y por el otro, la compra de insumos no es como era antes; entonces las empresas quedan medio al límite con todo su capital de trabajo para poder continuar las obras que tienen los plazos determinados”, sintetizó.
En materia de números, añadió que durante la pandemia y poco tiempo después, hubo un acelere importante en la actividad del sector de constructoras y alcanzaron a generar 10.000 puestos de trabajo; “hoy en día estamos con 8.700, lo cual impactó en la ejecución de trabajos que llevan mucha mano de obra”, reconoció.
“Esperemos que la situación se calme un poco, porque sino, teniendo en cuenta la cuestión de las importaciones, la modificación de precios de los insumos y las readecuaciones de los contratos, el panorama se va a tornar inviable”, lamentó el presidente de la Cámara.
Paritarias de los obreros
Nicolás Dei Castelli explicó que, también debido al proceso inflacionario, el sector ha tenido que readaptar los plazos de negociación para, de alguna manera, estar a la altura de este ritmo.
Indicó que las paritarias siempre se abren para el mes de abril, “así que lo que se está cerrando ahora no está homologado aún”, informó, y agregó que actualmente está sucediendo algo que, al menos él, nunca había experimentado en el sector.
Y es que “se están cerrando paritarias por tres meses. Cuando, por lo general -cuando hay poca inflación- se cierra anual. Después, a veces se dejan abiertas varias puertas. Ahora, cuando hay mucha inflación, se va abriendo en el camino la paritaria para que los salarios acompañen a la inflación”, argumentó.
En cuanto a la situación actual, “lo que se está cerrando ahora, estamos hablando de un trimestre del 10% en abril, un 8% en mayo y un 4% en junio. Eso es lo que se está hablando, lo que se debería estar cerrando para homologar”, agregó el empresario.
Hoy en día ¿conviene invertir en el rubro de la construcción?
Según opinó el presidente de la CAMARCO, “siempre conviene” invertir en este sector. Porque cuando, por ejemplo, “pasan uno o dos años y la persona invirtió en ladrillos, se va a dar cuenta que realmente convenía”. Sin embargo, admitió que nunca faltan los momentos de incertidumbre, pero que las oportunidades siempre están para quien pueda aprovecharlas.
“Cuando está revuelto todo, de algún modo siempre hay oportunidades de adquirir bienes, terrenos”; entre tantas fluctuaciones en la economía, “muchas veces, al final y a la vuelta de todo el giro, ciertas inversiones terminan siendo una buena oportunidad”, aseguró.
Y no sólo se refirió a la compra de terrenos o construcciones de gran envergadura. Dijo que “hay mucha gente que quizás no es del sector pero opta por invertir en ladrillos, por ejemplo, y se encuentra con la situación que describimos antes y resulta que no les sobra para culminar la obra.
Entonces, hay trabajos que se ralentizan o directamente no se terminan, y cuando esto sucede “hay que tener en cuenta que nunca conviene parar una obra, porque las obras paradas también generan un costo; hay gastos, hay que cuidarla, y encima luego afrontar el reinicio de la obra que no es nada fácil, todo es muy complejo”, sugirió Dei Castelli.