La empresa Servicios Urbanos no está entregando nuevos plásticos, por lo que los usuarios que precisan cambiar sus tarjetas, por deterioro o pérdida, o hacérselas nuevas para abonar menos que el boleto común, no pueden concretarlo.
Para tratar de frenar este contratiempo, desde la firma proponen utilizar la billetera virtual SUSA, pero hay varias líneas que todavía no cuentan con los aparatos validadores, por lo que muchos usuarios quedan afuera del sistema. Incluso la situación ya está provocando dolores de cabeza para los padres o tutores de niños que comienzan el ciclo lectivo en breve.
Sobre este tema, PRIMERA EDICIÓN recogió los relatos de numerosos usuarios del transporte urbano que por varias razones (robo, deterioro, etc) se acercaron a las oficinas para renovar sus tarjetas SUBE sin éxito, ya que desde el sector de atención detallaron que no tienen plásticos y no saben si los volverán a recibir.
A cambio, los empleados que atienden en las terminales de transferencia de la UNaM, Quaranta y en la oficina del shopping proponen descargar la aplicación de la billetera virtual SUSA para el pago electrónico del pasaje.
Los inconvenientes
El primer problema que se presenta es para aquellos que deben utilizar las líneas 14, 16, 23 y 28, que trasladan a los pasajeros a la zona Oeste de Posadas, cuyas unidades todavía no poseen los aparatos que permiten hacer uso del pago a través del escaneo de un código QR.
Por otro lado, el drama se acrecenta con vistas del inicio de clases para algunas familias con chicos en edad escolar, sobre todo los que ingresan al nivel inicial o a primaria, que no poseen celulares. Si bien la empresa propone que los menores utilicen la aplicación a través de las cuentas vinculadas a los aparatos de sus padres o tutores, por cada pasajero deben cambiar de usuario para marcar el viaje, generando más demoras.
En este mismo sentido, muchos usuarios se quejaron por el contratiempo que provoca tener que marcar al iniciar su viaje pasando el código QR por el lector que se encuentra detrás del chofer y luego, al momento de descender, escanear nuevamente para cerrar el viaje en alguno de los dos validadores que se encuentran ubicados en las puertas traseras de las unidades. Sobre todo, se presenta la dificultad para las personas mayores y los niños más pequeños.
En cuanto a esto último, un viaje que tiene un valor de 50 pesos terminará costando 100 pesos si el pasajero no cierra el viaje o el sistema (como ya le ha sucedido a varias personas).
Más caro
Tal como se mencionó con anterioridad, los pasajeros que no tienen sus tarjetas SUBE ni la posibilidad de acceder al pago electrónico a través del celular, deben abonar con dinero en efectivo, que cuesta 20 pesos más (70 pesos frente a los 50 pesos con el plástico).
Además, “si no le das el monto justo del pasaje, el vuelto no siempre es el correcto. Por ejemplo, si le das 100 pesos, siempre te devuelven 20 pesos, con el justificativo de que no tienen cambio”, relató un pasajero a este Diario.