martes, diciembre 30, 2025
Primera Edición
  • Inicio
  • Política y Economía
  • Nacionales
  • Información General
  • Policiales
  • Deportes
  • Sociedad
  • Suplementos
    • Eco y Agro
    • Enfoque
    • Río Arriba
    • Jurídicos de Primera
    • Ko’ape
    • Sexto Sentido
    • Turismo
  • Y mucho más
    • Fúnebres
    • Agrupados
    • Servicios
    • Espectaculos
    • Música
    • Cultura
    • Opinion
    • Internacionales
    • Cartas de Lectores
No Result
View All Result
  • Inicio
  • Política y Economía
  • Nacionales
  • Información General
  • Policiales
  • Deportes
  • Sociedad
  • Suplementos
    • Eco y Agro
    • Enfoque
    • Río Arriba
    • Jurídicos de Primera
    • Ko’ape
    • Sexto Sentido
    • Turismo
  • Y mucho más
    • Fúnebres
    • Agrupados
    • Servicios
    • Espectaculos
    • Música
    • Cultura
    • Opinion
    • Internacionales
    • Cartas de Lectores
No Result
View All Result
Primera Edición
No Result
View All Result

“Para mí no quedan dudas de que Misiones tiene payé”

Es el pensamiento de Jorge Figueroa Revoredo, nacido en Lima (Perú), que llegó a la Argentina sólo para conocer Buenos Aires, pero las vueltas de la vida hicieron que se empapara de tierra colorada y pudiera regresar a su país, solamente de paseo. En Posadas cursó la carrera de Periodismo, pero un ACV impidió que recibiera el título, a poco de lograrlo. Aquí se estableció, fue papá de Nazareno, y abuelo de Bruno, pero en esta ciudad tuvo que enterrar a su madre, a su padrastro y a un hermano, que llegaron tras él y habían echado raíces. Desde su condición de discapacitado, se involucró profundamente en el tema y dio vida a la AJUMi, una entidad con muy buenas ideas y propósitos que se diluyó por la falta de interés y por el paso del tiempo.

15 febrero, 2023

El sueño de Jorge William “Peruca” Figueroa Revoredo (62) era ser corresponsal de guerra y establecerse en algún país europeo para cumplir su cometido. Incluso había adquirido una vieja máquina fotográfica americana para dar inicio a su travesía. Pero la vida se planteó distinta y en lugar que el viaje a Buenos Aires fuera un mero paseo, terminó siendo su lugar de residencia permanente por varios años.  Luego, desembarcó en Misiones, donde se estableció, siguió estudios universitarios, fue padre, se afianzó, y también fue abuelo.

A 40 años de haber tomado esta decisión, aseguró no estar arrepentido de haberse quedado en Argentina. “Tengo una familia, una casa, un trabajo. Todos los familiares que emigraron de Perú, lo hicieron de muchachos, y viven realidades diferentes. Ninguno tuvo la posibilidad de estudiar como lo hice yo, por ejemplo”, manifestó para quien la ciudad de Lima “era el centro de la tierra” pero a la que, con los años, Misiones fue supliendo con su “payé”.

Contó que todo surgió en la década del 80, cuando tenía 24 años. Buena parte de los jóvenes de la familia se habían ido a Estados Unidos, no sólo por el tema económico sino por el avance del terrorismo, que había llegado a la capital. “Mis primos mayores estaban dentro de las fuerzas de seguridad, pero a nosotros no nos permitían ingresar. Y como una especie de rebeldía, empecé a viajar. Había conocido otros lugares y me había gustado el sabor. Estuve en Chile, Bolivia, aunque no conozco la selva peruana, tampoco el Amazonas, a pesar de las invitaciones recibidas de un primo que era policía y que lo habían trasladado a Iquitos, cerca de la frontera con Brasil, porque odio el calor y los bichos”, relató.

“Saqué el pasaporte con la excusa de conocer Buenos Aires. Tenía armado, planificado, que fuera solamente de paso, luego, la intención de viajar a San Pablo y embarcarme a Italia o España. Quería seguir estudiando fotografía porque en aquel entonces existía el corresponsal de guerra, que no era más que el fotógrafo, e hice cursos en el Fotoclub Argentino de Buenos Aires. Pero cuando vine, me robaron una vieja cámara americana, en pleno centro”.

Después de haberse inscripto en la carrera de Periodismo de la Facultad de Letras de la UBA, debió afrontar un compromiso contraído con su tía Carmela, hermana de su padre, que además era su madrina. La mujer le había hecho un pedido especial ya que una de sus hijas, casada con un posadeño, regresaba desde Estados Unidos, para iniciar un proyecto en las propiedades que tenían en Misiones. “Le dije que sí, y en diciembre de 1989, renuncié a mi trabajo en una importante empresa láctea. Le hice caso y me vine. A mediados del 90, empezaron las clases en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, hasta donde había traído la documentación pertinente para continuar con periodismo. A pesar que mis parientes no llegaron a tiempo, acá empezaba la carrera, y ya me quedaba descolgado volver a Capital Federal”, acotó.

 

En Posadas tenía casa y carecía de problemas económicos porque disponía de los remanentes de algunas propiedades familiares que administraba. “Me acostumbré a la buena vida porque en Buenos Aires era laburar y laburar, y estudiar. Y era otro el ritmo. Acá me encontré con otro panorama. Fui conociendo Posadas, me compré una moto y a la semana la quería vender. Me mataba el calor, y aunque no lo sabía, era alérgico”. Sus parientes vinieron más tarde, pero lo hicieron en el peor momento, durante la hiperinflación que se generó durante el gobierno de Raúl Alfonsín, y decidieron regresar a Norteamérica.

Habían pasado cuatro años de su estadía en Argentina cuando regresó a Perú, donde “me encontré con un panorama diferente. Luego, regresó a la Argentina. No iba a volver a Misiones, pero me entero de una situación que me obligó a hacerlo. Me quedé a vivir con el abuelo de mi prima, que tenía un departamento y me dijo que hiciera un emprendimiento. Entonces puse una subagencia de quinielas, lo que duró poco tiempo, porque el abuelo enfermó y yo me puse a atenderlo mientras estudiaba y trabajaba. Cuando el hombre falleció, se generaron entredichos en la familia, entonces me alejé y dejé sus propiedades. Quedé con lo que tenía, y con el apoyo de mis amigos de la facultad. Y me decía ¿para esto viniste?”.

 

Salir a flote

Para ese entonces, Figueroa Revoredo tenía un hijo en camino, y se puso a hacer de todo. En eso supo que su mamá, María Revoredo Danz, el esposo, Luis Guerra Jara, y sus hermanos: Fernando y Luz, venían a la Argentina. “Cuando me entero, le dije que estaba en Misiones. Luis era técnico electromecánico, y en Perú había sido jefe de una planta productora de nylon, la primera de Sudamérica, que importaba a Argentina, y que se fue a la quiebra durante el gobierno de Alan García. Acá les agarró la hiperinflación y el dinero que ellos habían traído, se diluyó entre las manos. Por desconocimiento, Luis quiso que lo cambie a australes. Me oponía y le decía que lo guardemos para abrir una despensa. Finalmente, lo puse a seis meses y cuando lo saqué me quería matar, no alcanzaba ni para comprar una caja de gaseosas”, recordó. Habían pensado en volver a Buenos Aires, pero su padrastro era un hombre de emprender. “No le costó mucho, agarró, se arremangó y comenzó de la nada. Y así comenzamos. Yo iba a la facultad y ellos seguían trabajando”.

La familia vivía en un lugar precario cerca del hospital, donde siguió hasta que pudo alquilar una casa en el barrio Rocamora. “Empecé a recolectar los bolsines de publicidad para los diarios, gracias a Daniel Sánchez, y eso representaba una ayudita, pero, al poco tiempo, me dio una gripe tan fuerte que hizo que perdiera el trabajo, al que no podía fallar. Seguí haciendo cosas con Luis, a quien le decían El Peruano, que se hizo conocido porque empezó a arreglar de todo: cocinas, planchas, porque en ese momento era difícil comprar algo nuevo”.

El hombre sufrió mucho por lo que pasó con su dinero, que para lo único que sirvió fue para iniciar la venta ambulatoria, en un espacio que les cedió el dueño de casa. Pero “lo importante era que yo tenía a toda mi familia junta, estaba haciendo lo que me gustaba, y terminando mi carrera”, sostuvo Figueroa Revoredo, que el 30 de diciembre de 1993, al mediodía, comenzó a sentirse mal y sufrió un ACV, aunque los neurólogos del hospital Fernández de Buenos Aires, sugirieron -si bien no se podía hacer un diagnóstico certero, por el tiempo transcurrido- que lo que le pasó fue un aneurisma.

En ese momento, tenía resueltas 20 materias de las 22 que presentaba el plan de estudios de la carrera. Y quien le salvó la vida fue el doctor Porfirio Mestas Núñez, que también es peruano, y se conoció con su padrastro a través de una paciente, reconoció, emocionado hasta las lágrimas.

 

La mano amiga

Mestas Núñez tenía varias máquinas en desuso a las que nadie había podido arreglar. “Si bien estamos hablando de otro campo, pero como Luis era electrónico, electricista, especialista en refrigeración y aire acondicionado, las reparó, por lo que el doctor quedó contento y nació una amistad, y una confianza. Y su esposa, se hizo amiga de mamá. Ese 30 de diciembre, me quedé dormido en emergencias, y le dijeron a Luis: mire señor, lo único que se puede hacer por su hijo es una tomografía para saber qué grado de expansión tuvo la sangre. El único que tenía tomógrafo era el doctor, y el estudio costaba 500 dólares -creo que en ese entonces pagábamos un poco más de cien por el alquiler de la casa-. Mamá dijo, voy a hablar con el doctor, él me va a hacer caso. Llegó a la casa del profesional en momentos que estaba almorzando con los hijos, que estaban terminando su carrera. Sin dudar, el doctor levantó el tubo, llamó a su secretario y le encomendó que encendiera el tomógrafo porque iba con un paciente”, explicó, quien también evaluó la posibilidad de ser piloto de avión por el prestigio que tuvo un pariente suyo al surcar los aires y ser reconocido por las fuerzas aéreas del continente.

Rememoró que lo sacaron de la guardia de emergencias y que “cuando ingresamos al sanatorio, vi al doctor esperándome. Era un salón inmenso, vacío, con una especie de horno. El doctor dijo que, si bien era un coágulo grande, para él no era necesaria cirugía ni drenaje. Con esa recomendación regresamos al Madariaga, y es lo que siguieron al pie de la letra”.

Por unos días más, “Peruca” siguió en el pabellón de terapia intensiva, y sólo podía manejar la vista. “Tenía temor, pero lo que me daba fuerzas y valor era que cuando abrí los ojos tenía en frente a un hermoso Cristo crucificado. Era una estatua de casi un metro, ubicada en el viejo hospital. Me repetía, de esta salgo, pero sin saber lo que venía por delante. No podía hablar, y mi miedo era atragantarme con la saliva y asfixiarme”, advirtió.

Pero esta situación tan difícil se hacía más llevadera cuando lo iban a visitar sus compañeros de la carrera de Periodismo. “Raúl Ataliva, Marcelo Galeano, Daniel Sánchez, Ramón González, me sacaban en silla de ruedas y se ponían a charlar en mi presencia, debajo de un árbol frondoso, mientras yo me sentía un macetero”.

Todos quienes veían a “Peruca” le sugerían que comenzara la rehabilitación, “pero era enero y no había nadie. Me mandaron a casa. Los días pasaban y mi desesperación crecía porque no podía moverme. Empezaba a ver la realidad, no podía valerme solo y sabía que la presión no tenía que volver a subir a fin de no repetir el episodio. No podía estar lejos del tensiómetro, y se volvió una obsesión”.

Fue entonces que pidió a un amigo de la Facultad de Humanidades que lo llevara a hablar con la entonces decana, Ana María Camblong, que “me atendió amablemente y me dijo que al ser extranjero tenía la beca de estudio y cumplía con los requisitos para la beca de salud. Me ofrecieron quedarme en un sanatorio, pero no era un ámbito para mí. Lo bueno es que entré con ayuda y me escapé solo, aduciendo que me autoricen a salir al dentista. El tratamiento que recibí resultó contraproducente, porque me hacían electroestimulación, que es algo que contrae los músculos y los míos ya estaban contraídos. Haberlo hecho durante bastante tiempo, me afectó más. Ya no quería saber nada, no veía evolución. No regresé, y a partir de ese momento empecé a vivir la vida normalmente”.

 

Vida, y a seguir dando batalla

Lamentó que en la Facultad de Humanidades “tuve profesores, amigos, compañeros de la carrera, con problemas similares, y ninguno salió con vida. De lo mío pasaron 30 años, y si bien quedé con problemas de motricidad, espero que Dios me siga dando fuerzas y salud. Uno no llega a asumir, al menos desde mi experiencia. Convivir es la palabra. Durante toda mi vida, cuando estaba del otro lado de la vereda, fui independiente. Desde los 8 años jugué a la pelota hasta los 20 que vine a la Argentina. En la Embajada Peruana en Buenos Aires había un mayordomo que nos hacía pasar a comer algo y, en el predio de enfrente, jugábamos los partidos. Uno de mis trabajos era lavar los autos de los ministros -que son quienes trabajan en la embajada- y se ganaba buena plata. Trabajaba dos veces a la semana, era exclusivo para los peruanos. El que conseguía un mejor trabajo, dejaba su lugar a otro paisano. A veces lograbas 50 australes, lo que equivalía al alquiler del mes”, recordó.

“Me quedé con el problema motriz pero nunca lo acepté por eso siempre fui contra la corriente. Es que comencé a ver el otro lado de la realidad que comenzaba a vivir a los 30 años. Durante ese tiempo me consideré una persona normal entre comillas, y a esa edad, empezar a depender de alguien, o de algún elemento que me ayude, no era algo agradable. Me convencí que mi independencia no me la va a quitar nadie. A mi mamá y a mi padrastro les costó entender, pero empecé a salir a la calle solo. Con mis tiempos, con mi movilidad, con la deficiencia del servicio de transporte de pasajeros, que era mucho más precario en aquel entonces. Si ahora no existe la cultura de ceder el asiento de adelante, imaginate en esos tiempos. Entonces muchas veces me tocó reírme y, otras, discutir para hacer valer mis derechos”, subrayó “Peruca”, quien a causa de toda esta situación debió dejar de lado la carrera universitaria. “No me pesó dejarla porque un médico me dijo, periodistas hay un montón, Jorge, uno solo. Pero lo que me pesa es que el Estado argentino invirtió en mí un 99% y yo no pude devolver ese servicio”.

Su compromiso con la discapacidad surgió cuando sus compañeros de promoción iban a rendir a las calurosas mesas de febrero, “Raúl Ataliva pasaba por casa a buscarme en su viejo Ford Falcon, y me quedaba en el auto, esperándolo y charlando con quienes pasaban a saludarme. Es que el doctor me dijo que me distraiga, que no piense más, que no le dé tareas al cerebro. En eso, comencé a ver a personas de diversas condiciones, cosa que no había observado en los cuatro años de cursado: a una le faltaba un brazo, a otra, una pierna. Y en varios días, observé a una decena de chicos a quienes le faltaban miembros o que caminaban con la ayuda de algún elemento, por lo general, bastones canadienses. Comienzo a ver esta situación y a comparar mi realidad con el mundo de ellos, al que ahora pertenecía, y del que en cuatro años no me había percatado”.

A eso se sumaron los malos tratos en el colectivo, de las administrativas en la oficina. “Comienzo a interiorizarme sobre la problemática. Conozco a militantes de un partido político, y comencé a hacer cursos de desarrollo social. Para eso la carrera me sirvió muchísimo, fue una base tremenda, porque me enseñó estrategias que sirvieron para muchas cosas”, aseveró.

“Lo que aprendía en desarrollo social, lo contemplaba y miraba desde lo que había estudiado. No sabré desde la práctica, pero sí desde la teoría, me decía. Y comencé a hacer un proyecto para presentar en la Cámara de Diputados a fin de crear el primer centro provincial para personas con discapacidad, que comenzaba desde la gestación, hasta la salida y la interacción laboral. Lo redacté, muchos intentaron copiarlo, apropiarse, hasta que me sugirieron hacer una asociación. Utilicé el escrito y lo plasmé en los fundamentos para dar vida a la Asociación de Jóvenes Universitarios Discapacitados de Misiones (AJUMi), que ya no funciona. Fue la primera a nivel iberoamericano que nació en una universidad. Nuestro fuerte era el conocimiento, la educación”, explicó.

Reconoció que a ese ámbito “me metí a pelear los derechos, y al poco obtuve la personería jurídica, lo que generó un respaldo. Siempre recalqué que no tenía color, raza, credo ni bandería política, y que me movía la problemática de la discapacidad. Eso me ayudó muchísimo para que se vuelva a tratar la Ley Provincial de Discapacidad Nº2.707. Viajaba a Buenos Aires y comencé a enterarme de cosas, como la existencia de la famosa Ley del Cheque, de donde salía un fondo para discapacidad que, acá, nadie sabía de ella. Me obstiné tanto que llegué a viajar tres o cuatro veces al mes. Estaba tan comprometido, porque entendía que era el momento de hacer algo al respecto. Y pude dejar un legado. Pero todo eso llegó a su fin”.

Entre tanta información reunida, “llegué a tener el primer censo habitacional de Argentina realizado por Domingo Faustino Sarmiento. Fue el primer censo de relevamiento de las personas tullidas, inválidas, opas, después de la independencia. Lo conseguí, saqué copia, y lo traje a Misiones, donde nadie lo tenía”.

Creyente en Dios y en la Virgen María, aseguró que “no fue una desgracia que me diera un derrame. Lo que me brindó la discapacidad fue ponerme en contacto con gente que nunca me hubiese puesto en contacto si siguiera del otro lado. Y nuestra vieja ley misionera sirvió para que hoy exista el Certificado Único de Discapacidad (CUD). Nos juntamos más de 30 ONG para presionar al Ministerio de Bienestar Social para que hiciera valer la ley. Armé un rico archivo y repartí la información, la masifiqué, y eso es lo que molestaba a muchos. Cuando me cambié de casa, me alejé del tema cuando consideré que dejé de ser joven, dejé de ser universitario, ya no tenía los mismos vínculos y contactos”.

Noticias relacionadas:


  • Aníbal Villalba, Ramón Miño y Atilio Miguel “Icho” Machuca recordaron las buenas épocas del “San Cayé”
  • Guillermo Monsú (65), es especialista en ginecología y obstetricia.
    Médico rural: de “la Docta” al monte misionero
  • Al rescate de la tradición oral
    Al rescate de la tradición oral

  • “Jurábamos defender a la patria y lo hicimos con honor”

  • Fuente de experiencia y sabiduría para generaciones de médicos

  • Santa Ana: una promesa cumplida y una capilla para San Pantaleón

  • “El mar es otra cosa. Hay que estar ahí. Es trabajar y trabajar”

  • Zunilda Sosa: “El ejercicio de la profesión es sagrado”

  • 30 años dedicados a la abogacía

  • “Soy un soldado al servicio de Dios con la camiseta de los jesuitas”

  • “El cáncer convirtió mi dolor en servicio”

  • “Soy parte de una generación que lucha por el patrimonio cultural”
Tags: #Educación#Koape#Posadas#salud
ShareTweetSendShareShare
Previous Post

Apóstoles y localidades vecinas pasaron más de 10 horas a oscuras

Next Post

Tokio visita a El Tala por un nuevo triunfo en la Liga Federal

Radio en Vivo

Videos

Descendientes de inmigrantes impulsan la preservación de la histórica “Picada Finlandesa”, camino clave de ingreso a la zona centro de Misiones en 1906. Para el año entrante también están proyectando una experiencia artístico-cultural que recree “una noche como hace 120 años”. Sería un recorrido por la memoria, para ir tras las huellas de sus ancestros; comenzaría en Bonpland y atravesaría toda la picada con teatro, danzas y relatos hasta llegar a Caá Yarí.
Jóvenes, adolescentes y adultos se acercan al cómic japonés atraídos por sus ilustraciones, relatos y estilos únicos.
Con clases gratuitas en el Paseo Cultural La Terminal, la danza suma jóvenes y reafirma su lugar como espacio de encuentro cultural.
El creciente interés de niños y jóvenes por los videojuegos plantea nuevos desafíos y oportunidades, especialmente en relación al acompañamiento de las familias para prevenir riesgos asociados al uso de plataformas en línea. Desde Misiones Gamer, el proyecto tecnológico del Silicon Misiones que promueve los deportes electrónicos en la provincia, remarcan que el eje no está solo en jugar, sino en hacerlo de manera consciente y acompañada.En diálogo con PRIMERA EDICIÓN el coordinador del proyecto, Agustín Vinuesa, señaló que “no es sentarse a jugar por jugar, es sentarse a jugar cuidándose, con adultos presentes y entendiendo los riesgos que existen en internet”. El referente explicó que uno de los principales trabajos que realizan es orientar tanto a jóvenes como a padres sobre el uso responsable de los videojuegos en línea.
Cuando el proyecto Caelum in Terra (“cielo en la tierra”) surgió, la necesidad era concreta y se repetía en todas las pequeñas parroquias del centro de la provincia de Misiones: contar con hostias suficientes para celebrar las misas, sin que el costo se volviera un problema.Ocurría que traerlas desde los monasterios de Buenos Aires se había vuelto demasiado costoso, no solo por el precio del producto sino también por el recargo en el envío. Frente a ese escenario, en la humilde parroquia “San José Obrero” de Campo Viera comenzó a gestarse una experiencia poco común: emprender la producción local de hostias, hechas a pulmón, con máquinas recuperadas y una fuerte impronta comunitaria.Detrás de la tarea están el diácono Oscar Viveros, su esposa Elvira Ryll, el sacerdote Marcelo Szyszkowski (párroco de la parroquia San Juan Neumann de San Vicente) y su hermano, también sacerdote, el cura de “San José Obrero”, Fabián Szyszkowski.
Este sábado, a partir de las 18 horas el Observatorio de las Misiones, del Parque del Conocimiento ofrece sus últimas propuestas del año, pensadas tanto para niños como para el público en general.La primera propuesta está destinada a los más chicos y consiste en un taller denominado “Aventura Estelar”, que propone reflexionar sobre la posibilidad real de que el ser humano, pueda viajar al espacio y visitar otros planetas o incluso otros sistemas solares.
Liliana Bernardi lleva 35 años en el Kiosco Mach y es la única canillita que queda en Apóstoles. Desde 2020, el tiempo libre la empujó a transformar desechos en artesanías que vende a vecinos y turistas de todo el país.
Desde el Hospital Madariaga señalan que gran parte de los pacientes internados por traumatismos graves requieren meses e incluso años de rehabilitación para recuperar su autonomía tras siniestros viales.
El aumento de personas que abandonan prepagas y sanatorios privados obliga al principal hospital de agudos de Misiones, el Madariaga, a readecuar su atención y derivar tratamientos prolongados.
Ver más... Suscribirse
This error message is only visible to WordPress admins

Reconnect to YouTube to show this feed.

To create a new feed, first connect to YouTube using the "Connect to YouTube to Create a Feed" button on the settings page and connect any account.

FM 89.3

📻Actualidad, empoderamiento y perspectivas únicas. ¡Sintonizá y descubrí el poder de SextoSentido! 💪👩‍🎤
📻Actualidad, empoderamiento y perspectivas únicas. ¡Sintonizá y descubrí el poder de SextoSentido! 💪👩‍🎤
El consumo problemático de sustancias continúa siendo una de las principales preocupaciones en Eldorado y en el interior de Misiones. Así lo advirtió el licenciado Víctor Hugo Dornelles, coordinador operativo general del Dispositivo Territorial Comunitario (DTC) de Sedronar en Eldorado, quien realizó un balance de un año “muy intenso” y alertó sobre un escenario cada vez más complejo.“Si nos guiamos por la estadística del Observatorio de Drogas de la provincia, estamos en una zona más que roja, ya pintados de lila en cuanto al consumo de estupefacientes”, sostuvo Dornelles, al describir la magnitud de la problemática. Según explicó, no se trata solo de grandes ciudades, sino que “los pequeños pueblos también están atravesados por esta realidad”.
En el cierre del año, el recientemente designado ministro coordinador de Gabinete de Misiones, Carlos “Kako” Sartori, realizó un balance de sus primeros días en funciones y delineó los principales ejes de su gestión, marcada —según afirmó— por la cercanía con los municipios, el trabajo articulado y la búsqueda de soluciones concretas en un contexto económico complejo.“La idea es gestionar mucho, estar muy cerca en todos los sentidos”, expresó Sartori, quien hasta hace poco se desempeñaba como intendente de Campo Grande y hoy ocupa un rol estratégico dentro del Ejecutivo provincial. En ese sentido, remarcó que su perfil estará centrado en la gestión y en la articulación permanente con intendentes, asociaciones e instituciones de toda la provincia.
Las intensas precipitaciones que azotan a Corrientes en los últimos días provocaron un fuerte aumento del número de evacuados y un escenario crítico tanto en zonas urbanas como rurales. Según datos oficiales de Defensa Civil y la Municipalidad, alrededor de 400 personas permanecen alojadas en centros de evacuados, mientras que muchas otras debieron autoevacuarse ante el avance del agua.El l periodista correntino Juan Martínez describió la magnitud del fenómeno y remarcó que se trata de una situación inédita para la provincia. “En los últimos días estamos por encima de casi 500 milímetros y el acumulado ya supera los 1.800 milímetros. Hubo jornadas donde la lluvia fue una explosión que no terminaba más”, explicó.
Un nuevo femicidio en la provincia de Misiones volvió a encender las alarmas y puso en evidencia un año marcado por cifras estremecedoras. Según el registro del Observatorio de Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá), el 2025 —aún sin concluir— ya acumula 16 femicidios en el territorio provincial, entre casos directos y vinculados.Así lo confirmó Carla Talavera, coordinadora provincial de MuMaLá,  donde expresó su preocupación por la persistencia y gravedad de la violencia de género. “Estamos hablando de una Argentina que viene registrando cifras alarmantes. Lamentablemente estos números no paran. Hoy tenemos un nuevo femicidio en Misiones y un 2025 que termina con datos realmente alarmantes”, señaló.
Con la mirada puesta en la temporada de verano y en el tradicional flujo de viajeros hacia Brasil, el sector turístico de San Pedro mantiene altas expectativas por la reapertura del Paso Rosales, prevista a partir del 1° de enero con el restablecimiento de la Policía Federal del lado brasileño. Desde la Cámara de Comercio local destacan que la habilitación del cruce puede significar un alivio para actividades hoy fuertemente golpeadas.Raúl Añais, referente del sector de turismo de la Cámara de Comercio de San Pedro, señaló que “creemos que vamos a volver a tener una buena afluencia de turismo, como viene pasando todos los años”, y remarcó que tanto la hotelería como la gastronomía “se están preparando con mucha expectativa, esperando que esto traiga un poco de movimiento a sectores que hoy están castigados”.
La delicada situación económica que atraviesa el sector comercial de Posadas quedó reflejada en la decisión de cuatro empresas históricas de iniciar el Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), una herramienta legal que busca evitar despidos masivos, aunque implica reducciones salariales y suspensiones temporales. La medida podría impactar en alrededor de 300 trabajadores.Agustín Gómez, secretario adjunto del Centro de Empleados de Comercio de Posadas, explicó que este mecanismo está previsto en la Ley Nacional 24.013. “Es un procedimiento al que recurre una empresa cuando atraviesa un momento económico complejo, con caída de ventas y de consumo. Se presenta ante la Secretaría de Trabajo del Ministerio de Capital Humano con balances y la nómina del personal para justificar la situación”, precisó.
Las ventas por las fiestas de Navidad dejaron un balance positivo para el comercio de Posadas, con un consumo que mostró planificación previa, búsqueda de precios y una marcada preferencia por segundas marcas y alternativas más rendidoras.
Así lo aseguró el comerciante posadeño Nelson Lukowski, quien destacó que el movimiento superó las expectativas y se mantuvo en niveles similares, e incluso levemente superiores, a los del año pasado
Ver más... Suscribirse
This error message is only visible to WordPress admins

Reconnect to YouTube to show this feed.

To create a new feed, first connect to YouTube using the "Connect to YouTube to Create a Feed" button on the settings page and connect any account.

Lo más leído

  • Adiós a José Roberto Ibarra: la voz que hizo del folclore un mate compartido

    Adiós a José Roberto Ibarra: la voz que hizo del folclore un mate compartido

    0 shares
    Share 0 Tweet 0
  • Condonan hasta el 100% de intereses y multas del Impuesto Provincial Automotor

    0 shares
    Share 0 Tweet 0
  • Puntos amarillos y rojos en neumáticos: qué significan

    0 shares
    Share 0 Tweet 0
  • Murió la Ley de Alquileres: desde enero inquilinos pagarán monto extra

    0 shares
    Share 0 Tweet 0
  • Posadas: el predio del Club San Francisco fue cerrado por orden judicial

    0 shares
    Share 0 Tweet 0
  • Verano en Brasil: recomendaciones y trámites para cruzar la frontera por el Paso Rosales

    0 shares
    Share 0 Tweet 0
  • Vinagre en la huerta y el jardín: qué beneficios aporta y cómo usarlo

    0 shares
    Share 0 Tweet 0
  • Frente de lluvias y tormentas llegan a Misiones desde Paraguay

    0 shares
    Share 0 Tweet 0
  • Tránsito reducido en la ruta 12 tras el choque fatal en Puerto Leoni

    0 shares
    Share 0 Tweet 0
  • Vacaciones en carpa, alternativa que vuelve en tiempos complejos

    0 shares
    Share 0 Tweet 0

Diario Primera Edición
Corrientes 2434, Posadas, Misiones
Todos los derechos reservados © 2022

[email protected]
[email protected]
+54(0376)4420407 / 4 440054 / 4427639 / 4426712
No Result
View All Result
  • Inicio
  • Política y Economía
  • Nacionales
  • Información General
  • Policiales
  • Deportes
  • Sociedad
  • Suplementos
    • Eco y Agro
    • Enfoque
    • Río Arriba
    • Jurídicos de Primera
    • Ko’ape
    • Sexto Sentido
    • Turismo
  • Y mucho más
    • Fúnebres
    • Agrupados
    • Servicios
    • Espectaculos
    • Música
    • Cultura
    • Opinion
    • Internacionales
    • Cartas de Lectores